miércoles, 3 de junio de 2015

LA GATA AFILA LAS UÑAS / HA NACIDO UNA ACTRIZ


ACTORES DE LA TARDE:

ANDREA ROS, ANABEL ALONSO Y OSCAR LADOIRE.

CON: NATALIA RODRÍGUEZ Y ALEJANDRO ALBARRACÍN

¡Al loro! Ha nacido una actriz: Andrea Ros. Me alegra coincidir con ella, yo iniciando mis crónicas sobre la serie y ella debutando.


Geniales secuencias, dos, con esta aparición en la pantalla de Andrea Ros, un personaje que mana de las fuentes de mujeres de equívoca ambigüedad, procaces y con pantalones de Agatha Christie (como aquella protagonista de "La ratonera", la señorita "Casewell, aquel tan poco femenino y ordinario personaje arrojado y que tan bien interpretó, entre otras, en el teatro Romea de Barcelona, la actriz Estrella Sanz) y que evoca por su aspecto masculino en el maquillaje a un actor inmenso del doblaje y cine español  de los 40 y 50, de tanto recuerdo, a Don Pepe Moratalla aquel chico picarón y que guardaba un aguijón siempre en la recámara, simpático y con una soltura encomiable. Parece que va a cantar el "Pichi" y que vemos a Rocío Durcal en "Las Leandras". Sugiere mucho Andrea.  Andrea Ros, esta actriz catalana de Tarrasa, que ha debutado esta tarde y que se ha merendado el capítulo.


Una fierecilla a domar por una grande Anabel Alonso/"Benigna", protagonista de su pensión y casera recta y defensora del orden, muy de aquel tiempo. Dos personajes característicos de una España de los 60, aprisionados entre el rigor y aquel nuevo aire absolutamente escandaloso, preámbulo de la liberación de la mujer posterior, de cuando la mujer se sentía maravillosa encerrada en un cuerpo de mezcla andrógina, que se manifestaba con orgullo en una España profunda. Lo modoso de aquellas chicas da paso en este personaje enorme y muy jugoso, a la huida en camión desde Cádiz, dando rienda suelta a una personalidad espontánea y muy independientemente aventurera. Donde, como ocurre también en la secuencia entre Natalia Rodríguez y Alejandro Albarracín, sobre aquel London democrático y la Dictadura fascista de Franco, política por otro lado, al final, los problemas y las angustias de los jóvenes, son los mismos. Un canto maravilloso a aquel Londres que tan bien reflejara Antonioni en su filme "Blow-Up"; hipnótica ciudad que no era tan democrática como parecía; sí, por su sistema representativo de genuina democracia pero que albergaba también una sociedad obrera  y una juventud oprimidas por el sistema y que. entre flores y pop. se rebelaba propugnando más libertad, sexo y música alternativa. Preciosa secuencia.


Aunque la protagonista ha sido Andrea Ros. Le ha dado desparpajo y solvencia; ello, para ser la primera vez, cautivar así, no es nada fácil. Me ha recordado el arrojo de Megan Montaner en ESDPV, de la que sus fans recalcitrantes me han aconsejado me lave la boca para hablar de ella y, mejor, que me calle, que ellas son las únicas que pueden aplaudir a la actriz. Una actriz ha nacido. Es un tipo de cine (no olvidemos que "Amar es para siempre" tiene más de cine que de televisión, como decíamos ayer) que echamos de menos; de aquellas películas con las que innovó el cine conmovedor y libre de la Transición en los años 70, el recientemente fallecido director Vicente Aranda. Cine con imágenes geniales, transgresoras y muy entrañables, basado todo sobre una sociedad que venía cambiando; en la cual, el cuerpo no debe castigarse ni ocultarse en otra apariencia, porque el hábito no hace al monje y siempre debe prevalecer y mostrarse en público con desafío, tal cual a uno le gusta, aunque estuviéramos en aquella época de falta de comprensión, intolerancia y represión de los 60


Atrevidos momentos, provocadores, que han hecho retroceder a un padre nada menos que de la Brigada Político Social ante el torbellino deslenguado de una hija, que es un personaje humano, surrealista, de reconciliación y la mejor interpretación de su vida del gran Óscar Ladoire, aquel actor que comenzó con Fernando Trueba con aquel filme de emblemática frescura y reflejo de los 80: "Ópera Prima". 
Momento con comedia sobre cómo las personas pueden parecer de otro sexo pero no son así porque sólo buscan mostrar un instinto que se viste de cómodo pero que son tan mujeres a pesar de su apariencia, aunque como digo la transgresión está en su pinta exterior solamente.


Una visión nostálgica sobre cómo las modas pasan, las revoluciones quedan, los retos y los combates permanecen siempre. Nada de visiones pesimistas sino cachondas y eufóricas de cómo la juventud desmelenada barre la polilla de esa penumbrosa pensión. Y que todas las formas externas son válidas para vivir feliz y encontrar la felicidad y el amor que no por llevar pantalones y parecer ambiguo es menos mujer ni se buscan otras formas de sexualidad. Andrea Ros una actriz que tiene mucho que decir.
A destacar también esa mirada azul de gatuno enamorado, en Juanjo Artero sentado junto a Sara Rivero.


No hay comentarios:

Publicar un comentario