martes, 24 de mayo de 2016

LA EMBAJADA CAPÍTULO 4º. EL ENLACE CON MADRID


Esto que le ocurre a la serie es que el dinero es para las estrellas estrelladas y poco queda el resto.  Así va la serie. Cada vez estas televisiones capitalistas se hacen eco de actores menos notorios, más baratos y que resultan más atractivos para la audiencia. Belen Rueda está ya muy vista
Con un Share cada semana menor (pierde casi medio millón de espectadores desde su inicio), es ya podemos decir un pequeño fracaso no sólo de audiencia sino por la degradación argumental de la misma cunado tenía que estar siendo más potente cada semana.
Fallan clamorosamente algunos de los actores (Úrsula Corberó, penosa y simple a más no poder; Maxi Iglesias, un soso en apuros; Amaia Salamanca, la reina de Saba venida a menos; la propia Belén Rueda que tendrá un caché de mírame y suéñame y siempre actúa con la misma expresión de viuda inconsolada a la que se le mueren todos los maridos, incluso cuando folla su personaje, mala actriz de mínimos registros; Chino darín está correcto y nada más, no es ningun actorazo; y Abel Folk empieza a repetirse ya entre un serial frívolo y parece sacado de una esquela; todo, un folletín de cuernos que de pasada habla de la corrupción de embajadas (ayer en contacto con el gobierno español que parece del PSOE por el detalle que a un personaje le marginan en credibilidad por representar a Génova, aunque da lo mismo),  con ese siempre colocar a una actriz que puede ser un día buena, Megan Montaner, haciendo flexiones y felaciones para carnaza de ese público español tarado y que se revuelca en el morbo y en la obscenidad.



Cada vez que vemos a Megan el rol es un rol sexuado y la usan para carne en las series. Lo tengo claro. Y sus pelotas de fans, que tanto dicen apreciarla, a ninguno se les escucha pedir papeles más de enjundia para la potencialidad de esta actriz. Recuerdo que un día me denunciaron un artículo de ella porque sacaba las fotos que navegan por toda la Red en lenceria sugestiva. Pero sí es lo que hacía, y salvo la enorme "Pepa", lo demás, lo que ha rodado en cine es que no hay por donde cogerlo, folletines llevados al extremo de la vergüenza, bazofias, y en televisión a excepción de "El Secreto de Puente Viejo" (lo mejor sin duda que ha hecho) todo es exhibición del cuerpo, sexo y hasta mamadas. Por cierto le controlan muy mal el sonido y no se le entiende apenas. Va por mal camino. Yo le aprecio pero me siento decepcionado porque no la toman en serio. Y es un ser prodigioso. Parece que la contratan de agradecimiento. Sus papeles carecen de relevancia y casi son objeto sexual.
Fallecido el cónsul está impactante y absolutamente certera "Olga" (Alicia Borrachero). Carlos Bardem el mejor sin duda con Arévalo que es el único personaje que mejora como el buen vino.
Por cierto lo de los "Catalufos" que dijo "Cadenas" aunque quieran ser separatistas, no por ello han hecho ascos a la mordida.




La mejor secuencia de ayer fue el diálogo entre Bardem y Arévalo sobre la repercusión de las comisiones en los bolsillos de los que aprueban las obras; así como la del cementerio, con Abel Folk y el actor Carlos Olalla, advirtiéndole este en la cola del pésame, sobre lo que le repercute el lío en la embajada.
Carece ya todo de lógica, es frío e insensible, revolcones entre casi todos y en absoluta decadencia sin haber casi empezado y dicen que han rodado 13 capítulos. Le ocurre como a "Sin identidad" que una televisión comercial jamás puede profundizar sobe la corrupción y lo único que brinda es mediocridad para una supuesta audiencia que en esta ocasión se ha colado en perspectivas.









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