PUENTE VIEJO: UN CAPÍTULO QUE HA SIDO UNA TOMADURA DE PELO

Cuando en una serie o filme  lo que vemos nos hace no creernos nada y saber nos encontramos ante algo falso y prefabricado para el cine o video, eso es una mala serie o película. Como esta tarde.

Este capítulo parece haber sido realizado para "El día de los inocentes". Una broma cruel que juega con los sentimientos del espectador como cuando le colocaban a un pobre, que lo necesitaba, una moneda pegada al suelo. Es reírse a la puta cara. Como la del "enano" cuando te despiertas y te da un susto de muerte o cuando, con los ojos cerrados, te mandan adivinar partes de un supuesto cuerpo humano, y es una fruta con un agujero y la broma es que te creas que tocas lo intocable. O cuando te dicen que se ha muerto tu familia por el gas mientras tu no estabas. Todo lo que hemos visto es mentira, en las dos secuencias latosas y plomizas: la del que no es hijo de "Hernando" y el timo de la muerte de "Candela y su baby". Los guionistas, faltos de ideas, con un casting que no da una, han tomado las de Villadiego y lo enredan hasta quemar las barcas, en una confusión de personalidades y sucesos equívocos pensando el mantener la audiencia y este es un camino muy peligroso porque pueden llegar a exasperar. 

Ante todo alegrarme de que hayan retomado la sintonía original preciosa de Álex Conrado. Un casting que selecciona a Ana Belén, que canta horriblemente, que nunca ha gustado ni como actriz o cantante, que la progresía la ha querido enchufar a nuestras vidas, no es recomendable ni de fiar en nada. Era un pegote que no estaba en consonancia con las imágenes. Era horroroso. Olía todo a política y enchufe. Habrá costado una "pasta" para, como dijimos hace meses, terminar siendo no apreciado por los espectadores. ¿Que idea puede tener el responsable de esto, sobre lo que es PV, para haber anulado la esencia de la propia leyenda de ESDPV, que es la sintonía de entrada? Esto es como los aeropuertos, que se hacen y luego ahí quedan

Llevan ya varios días mencionado al ínclito "Papi Mirañar". Hoy aludiendo a la muerte del infame y criminal Lenin que implantó un Régimen de cruenta dictadura y que condenó a la miseria, pobreza y exterminio a varias generaciones, que duró muchas décadas, con su comunismo soviético (eso que tanta gracia les hace a los guionistas de ESDPV a través de "Pedro Mirañar") una máquina de picar carne que diezmó a rusos y a otros pueblos. Y me huele que vamos a tener otra desgracia, que como segunda vuelta no funciona nunca en casi ninguno, el retorno del comunista "Mirañar"; ello, de ser así, sería insufrible y un fracaso total. Su ultra-radical personaje, incluso el propio actor metido en discusiones políticas que echan algunas para atrás, carecería de algún interés, además de encontrarse quemado el actor y el personaje. Y ya gracia, ninguna.

"Dolores" tenía razón: los ataúdes cerrados de esta tomadura de pelo indican que se sigue jugando con el sentimiento de dolor por la muerte de personajes muy queridos, que pueden resultar heridos en algunos espectadores al creer que el suyo y su actriz puede haber muerto y ya no volverán, incluida una criatura recién nacida. Yo es que creo que porque sea ficción no todo vale. Montar un tinglado coral, que sonaba a hueco, falso hasta los cimientos de la impostura y el engaño, y sólo para conseguir audiencias porque los guionistas han perdido el norte y, como decíamos el pasado día, están quemando las naves. Era una inocentada o el "Tocomocho" de Tony Leblanc donde te venden una ficción con menos verosimilitud de la que acompaña a las imágenes. Era la ficticia muerte en una secuencia que no ha reparado en medios y vestuario sólo para dar interés a un guión que carece de alicientes. Y se juega con sentimientos. No sé si volverá o no "Candela" pero se están cachondeando del respetable que menuda "risas" deben de hacer a costa de lo que se dice o supone. Y al tiempo que "Severo" no se vaya otra temporada o por días a ver a su família oculta.

El único momento real y de calidad ha sido este, el de "Garrigues" escuchando un drama de dolor (que también es un cuento) y regodeándose en su victoria, sentado al otro lado de la puerta corrediza.

En la secuencia penosa de Ignacio Montes, que tampoco es hijo (menudo cachondeo se traen con nosotros) he recordado en Ángel de Miguel a Álex Gadea cuando se descubre "Gonzalo" ante él su padre "Tristán". Pero seguimos en la misma inocentada, confusiones a espectador y trastornos disociativos de perogrullo en "Ismael". ¡Por favor! Lo de Ignacio de esta tarde, y lo que nos espera y desespera, puede ser de velatorio, pero de verdad. Es una pena que esta trama haya perdido todo su negro encanto y se ha transformado en un texto para la exhibición de un mal actor en detrimento de todo lo demás.