AMAR ES PARA SIEMPRE: ¡ESTOY EMBARAZADA!

Capítulo sumamente interesante además de entretenido porque lo comercial no está reñido con la calidad. Capítulo que pone sobre la mesa la realidad de lo que sucedía en aquellos días, sobre todo el soporte legal de una dictadura y de una voracidad empresarial; ansiando cambiarlo por una sociedad de amor sin hipocresía, de libertad, esperanza y trazando el camino a una democracia, fidedignamente, envuelto todo en una trama novelada pero a no perder en un solo instante. Y viene algo muy fuerte, se palpa.

La triste cara de "Marta", inolvidable, cuando comunica a su esposo llena de alegría que está embarazada y éste le responde de modo desdeñoso y falto de delicadeza para con una mujer en ese buen estado.

Una secuencia atroz en la que un "tiburón" trepa y arribista de los nuevos ricos  y adelantados Yuppies, "Alonso", una excremental aristócrata en franca decadencia, además de un hipócrita que se apropia de parte de los fondos que dice van a la causa "Juancarlista" porque anda a dos velas, se ha encontrado esta tarde con la horma de su impotencia para tener hijos y ante la humillación de ser padre de un hijo, posiblemente, de "Rafael". Buñuel daba tormento a sus personajes ricos y decadentes, terratenientes, abusadores, dándoles en sus más íntimas partes y en su hombría. Además de un soberano hipócrita que, por pegar un braguetazo, se casa con "Marta" a  sabiendas se acostó con otrop hombre y que ahora no perdona su embarazo. Esa es la doble moral de aquellos nuevos ricos a basde de chanchullos y de carecer de esrúpulos.

Como a "Alonso" esta tarde, sin pretenderlo "Marta", le ha herido de muerte en el único talón de Aquiles que tiene este ambicioso directivo, en su incapacidad sexual para poder tener hijos; inexpugnable en todo menos en eso; un ser elegante y aparentemente comedido y tolerante pero escualo voraz que usa a todos y a una entrañable família, despóticamente, para trepar y escalar hasta el top de la multinacional "Haussman". Muy bien los dos actores, Mariona Ribas y Miguel Ángel Múnoz, en una última secuencia en la que se le ha venido el mundo encima a este exitoso, arrogante e inmerecidamente rico Marqués de la Chorra Pelada con su mamá incluida. Y le va muy bien ese aire progre de "Juancarlismo" democrático , más liberal que ninguno, lleno de estrés que afecta a sus relaciones familiares, como el hombre diferente que propuso el OPUS en aquella España de finales de los 60. ¡Inmenso personaje! Tras el cual está reflejada la evolución económica y política del franquismo hacia sí mismo con Juan Carlos luego. ¡Menuda moto vendieron!

Yo no tenía un concepto tan alto antes de Miguel Ángel, pero no deja de sorprenderme, da en clavo.

Como la secuencia con vitriolo sobre la caricatura de ese director gilipollas de publicidad, un pedante, un engreído, un snob que desprecia a quien no conoce a ese su amigo Antonioni y a su inmenso filme favorito: "Blow Up"; que tras ello todo es baladí (que por cierto me encanta a mí ese filme) pero que le sirve para despreciar a los demás y por supuesto a los que ven a Manolo Escobar y a Concha Velasco en "Relaciones casi públicas"; que no es sino un fatuo y si te descuidas un corruptor de modelos y un violador. Un snob que es una mal amor y son de estos que se dan una castaña en un coche de lujo porque da más caché. Y cuando los entierran lo hacen con traje de Armani. Nancho /"Novoa" ha mostrado es su sencillez y origen de pueblo, de hacérselo todo desde abajo y ha sido tan natural en sus expresiones como en sus gustos. Por cierto: "Blow Up" estuvo prohibida en España hasta 1975. Era una pedantería para lucir mantilla de Manola y tocar "pasta" y algunos culos, el arrimarse a este filme, inflándose de rimbombancia,  que no podría haber visto casi nadie en este país, en 1.968.

Y bueno ya lo del anuncio en ingles que propone el marqués, muestra la inopia de estos nuevos ricos cuando "Benigna" (la siempre maravillosa Anabel Alonso) da la clave: es en castellano y para gentes  corrientes, para quienes debe ir destinado el anuncio, porque son quienes los van comprar. Y es que hasta el estrafalario Jaime de Mora y Aragón vendía, en castellano, por la tele aquel "Tu-Tú" detergente. Esta era la pequeña burguesía advenediza y aprovechada que tomó las riendas económicas del país sin zorra idea de nada y que acabó como era de esperar dando miles de "pelotazos". Pero España iba mejor, para ellos y para Sofico claro.

Sobre todo me encantas los momentos de mujeres, cuando intercambian sensibilidad y desahogo por su situación entre tanto facineroso y putero. Conversaciones íntimas de mujer. Hoy, entre "Marta" y "Nuria", una Thais Blume deslumbrante siempre en su sencillez y en su labor, por la justicia, abnegada y sacrificada, emboscada tras los informes de un bufete. Por no hablar de "Sor Amparo" que conoce el secreto de "Nuria".

Y esa historia que no despunta, sutil, muy cauta de esa atracción de "Esteban" por "Rosalía", que pudiera ser como no, y ese diablillo de "Fiona" que lanzará tentáculos mortales hacia ese hombre héroe supuesto de guerra que creo que, el lunes, da una sorpresa a la americana de Madrid.

Los conflictos laborales también formarán parte de mis criticas, surgidos por ese mismo sistema de producción que no repara en nada que no sea la cuenta de beneficios.

Y una saludo a aquella chapliniana "Quintina" en aquellas sus primaveras de "El Secreto de Puente Viejo". Un personaje ciego que estaba lleno de expresiones oculares que lo decían todo. Una enorme mujer desamparada como los de Charlie Chaplin y que luego nos recordaba mucho al desparpajo de una Rosita Valero y quien fuera una de las primeras voces de Marilyn entre nosotros. Ahora Blanca Parés ha aprendido y madurado y se nota. Hoy, en su cabreo con su hermano "Bruno"/ Óscar Ortuño (este chico es un portento), ha mostrado unos registros tan dispares como elocuentes.

Su lectura de Colette, libretista y artista de cabaret, muestra ese despertar femenino  a la sexualidad a través de la lectura de "La ingenua libertina". Un tema tabú que en aquellos anestesiados años parecía que las mujeres carecían de impulsos sexuales. Y esta novela de Sidonie Colette, es la búsqueda de una aventura pasional , para disfrutar ella, la mujer mujer, los placeres sexuales y no sólo el hombre.

La verdad es que se trata de una novela feminista y femenina, adelantada en aquella Francia de principios del XX, muy digna, sensual y erótica y que habla de la verdad de la sexualidad y del disfrute de ambos, censurada por supuesto por el franquismo. Por cierto la vi el otro día aquí en Hendaye en "La Médiathèque". Casualidades curiosas e inexplicables.