La justicia en España no ha muerto, la mataron en la Transición los
jefes de los aparatos de los partidos. Si Urdangarín se puede escapar o no, es
accesorio; de hecho, ya ha eludido la cárcel. Otro súbdito, en su pelaje,
habría entrado ya en prisión, por mucho más tiempo y sin esperar a algún
Supremo. Son una afrenta estas dos justicias, que dependen de para quien.
En España, con este desenlace, sólo se han sorprendido los cándidos o
los idiotas; los que, con su refrendo de una lista cerrada, creen que van a
encontrar algo más de libertad, democracia y decencia, acudiendo a dar su apoyo
a alguno de los partidos del Estado de
Partidos. Los que van a votar nos hacen un perjuicio ilimitado, pensando que ese
otro partido nos va a resolver algo. Bien sean necios o interesados, que de todo hay, el daño
democrático o económico que provocan, dando legitimidad a toda la corrupción,
es inconmensurable, cuando votan a Jefes políticos que nombran a la función
judicial.
Mucha prensa española se ha prestado con villanía a defender y aplaudir
a los jueces y felicitarles por dejar en libertad a Urdangarín, sin prosperar
incluso la petición mínima e irrisoria del fiscal que pedía prisión eludible
con una fianza de 200.000 euros. Según las magistradas, no existe riesgo de
fuga, con una visitilla al mes a la autoridad judicial de Suiza y comunicar
cualquier desplazamiento por el orbe terráqueo, será suficiente para persona
tan digna. La maquinaria de los partidos PP y PSOE, del Rey Emérito, políticos,
organismos públicos y Hacienda, fiscales y jueces al servicio de la Dictadura
de Partidos, ha funcionado a la perfección, como un reloj suizo. Todo lo planeado
con nocturnidad en la Zarzuela, ha dado su resultado final. Luego se olvida
y... ¡Aquí no ha sucedido nada! Siempre
nos quedarán “la responsabilidad e independencia de los jueces”.
El fallo ya rebajaba las expectativas de la Fiscalía Anticorrupción. La
misma, pedía diecinueve años y medio de prisión para Urdangarín. Tras año y
medio de juicio y meses de deliberación, ha sido condenado a seis años y unos meses por lo
que, de momento, tampoco va a entrar en prisión. Bendecido por unos periodistas
vividores, parece que ser sentenciado por
tres jueces, por delitos de prevaricación, fraude a la Administración, tráfico
de influencias y delitos contra la Hacienda Pública, no es motivo para
encarcelar de inmediato y funciona según “la lógica esperada de una situación
que no es excepcional”, según un aliviado y satisfecho Horrach, el mismo que
ahora nos intenta contentar con aumentar más pena al cuñadísimo. Nadie se cree
esto.
Y llega la segunda parte, colocada como carnaza a los tumultos
mediáticos para que se hable lo menos posible de este chanchullo de Urdangarín:
el caso de las Tarjetas “Black”; que además oculta, en su sentencia, la esencia
de lo que ocurrió realmente y
responsabilidad del PSOE, PP y Sindicatos. Están Romero, Blesa, Rato, de la
Riva… No era solamente un dinero del que se apropiaron unos señores y que en algunos
casos fue devuelto. Era la financiación del Estado de Partidos mediante su mano
larga, acaparando el poder y dinero en las Cajas. Unos partidos y sindicatos que
han quebrado a las mismas y que no respondían ante accionistas. Elegidos a dedo,
los consejeros, en un 34%, por los
corruptos partidos políticos españoles, manejaban nada menos que 1,2 billones
de euros, 56 millones de cuentas y controlaban el 65% de las operaciones bancarias
del país. Fértil negocio para financiarse depredadoramente con el dinero de ilusos ahorradores.
Quesencillo y terrible articulo. Un abrazo valiente que dices verdades como puñetes
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