lunes, 27 de febrero de 2017

ESPAÑA: SIN JUSTICIA Y SIN REMEDIO


La justicia en España no ha muerto, la mataron en la Transición los jefes de los aparatos de los partidos. Si Urdangarín se puede escapar o no, es accesorio; de hecho, ya ha eludido la cárcel. Otro súbdito, en su pelaje, habría entrado ya en prisión, por mucho más tiempo y sin esperar a algún Supremo. Son una afrenta estas dos justicias, que dependen de para quien.
En España, con este desenlace, sólo se han sorprendido los cándidos o los idiotas; los que, con su refrendo de una lista cerrada, creen que van a encontrar algo más de libertad, democracia y decencia, acudiendo a dar su apoyo a alguno de los partidos del  Estado de Partidos. Los que van a votar nos hacen un perjuicio ilimitado, pensando que ese otro partido nos va a resolver algo. Bien sean necios o  interesados, que de todo hay, el daño democrático o económico que provocan, dando legitimidad a toda la corrupción, es inconmensurable, cuando votan a Jefes políticos que nombran a la función judicial.


Mucha prensa española se ha prestado con villanía a defender y aplaudir a los jueces y felicitarles por dejar en libertad a Urdangarín, sin prosperar incluso la petición mínima e irrisoria del fiscal que pedía prisión eludible con una fianza de 200.000 euros. Según las magistradas, no existe riesgo de fuga, con una visitilla al mes a la autoridad judicial de Suiza y comunicar cualquier desplazamiento por el orbe terráqueo, será suficiente para persona tan digna. La maquinaria de los partidos PP y PSOE, del Rey Emérito, políticos, organismos públicos y Hacienda, fiscales y jueces al servicio de la Dictadura de Partidos, ha funcionado a la perfección, como un reloj suizo. Todo lo planeado con nocturnidad en la Zarzuela, ha dado su resultado final. Luego se olvida y...  ¡Aquí no ha sucedido nada! Siempre nos quedarán “la responsabilidad e independencia de los jueces”.


El fallo ya rebajaba las expectativas de la Fiscalía Anticorrupción. La misma, pedía diecinueve años y medio de prisión para Urdangarín. Tras año y medio de juicio y meses de deliberación, ha sido  condenado a seis años y unos meses por lo que, de momento, tampoco va a entrar en prisión. Bendecido por unos periodistas vividores, parece que  ser sentenciado por tres jueces, por delitos de prevaricación, fraude a la Administración, tráfico de influencias y delitos contra la Hacienda Pública, no es motivo para encarcelar de inmediato y funciona según “la lógica esperada de una situación que no es excepcional”, según un aliviado y satisfecho Horrach, el mismo que ahora nos intenta contentar con aumentar más pena al cuñadísimo. Nadie se cree esto.

Y llega la segunda parte, colocada como carnaza a los tumultos mediáticos para que se hable lo menos posible de este chanchullo de Urdangarín: el caso de las Tarjetas “Black”; que además oculta, en su sentencia, la esencia de lo que ocurrió realmente  y responsabilidad del PSOE, PP y Sindicatos. Están Romero, Blesa, Rato, de la Riva… No era solamente un dinero del que se apropiaron unos señores y que en algunos casos fue devuelto. Era la financiación del Estado de Partidos mediante su mano larga, acaparando el poder y dinero en las Cajas. Unos partidos y sindicatos que han quebrado a las mismas y que no respondían ante accionistas. Elegidos a dedo, los consejeros, en un  34%, por los corruptos partidos políticos españoles, manejaban nada menos que 1,2 billones de euros, 56 millones de cuentas y controlaban el 65% de las operaciones bancarias del país. Fértil negocio para financiarse depredadoramente  con el dinero de ilusos ahorradores.


1 comentario:

  1. Quesencillo y terrible articulo. Un abrazo valiente que dices verdades como puñetes

    ResponderEliminar