LA OTRA CARA DE "ALONSO"

Un precioso capítulo donde la otra cara de "Alonso" ha estado presente en primer plano, aderezado por la nostalgia que han provoca en nosotros acontecimientos lúdicos y divertidos que marcaron la vida de aquella generación, así como una genial escena de "Pelayo" declarándose y ahogando sus penas en aquel licor del anís tan recurrido para distender situaciones, agarrándose una "moña" de campeonato , en aquellos años de la posguerra.

Los guionistas bien conocen aquella época y lo que en diversión estaba de moda: aquel filme del propio Jerry Lewis, protagonizado por él de igual modo, "El terror de las chicas" (cargante en el doblaje por parte del gran Manuel Peiró), que se estrenó en el Cine Emperador de Madrid, que con el Conde Duque o el Galileo, desapareció en los noventa. Efemérides como las canciones Pop de moda con el buen grupo de "Los Ángeles" y su famosa versión del  "Happy Together" de los "Turtle", o la famosa "Lola" de los Brincos que presentaba Tomás Martín Blanco en la SER y que la bailaron los jóvenes 67 en aquellos programas que, en San Sebastián, los organizaba Radio San Sebastián en el Frontón Anoeta de la mano del elegante Felipe Subijana y de Francisco Izquierdo. Por no hablar de aquella emisora seguida en la clandestinidad "La Pirenaica" que emitía desde Bucarest con sus míticos locutores como Ramón Mendezona. ¡Recuerdos....! Es de agradecer al guión ete apartado hoy más efusivo a la memoria lúdica e informativa de aquellos años 67/68.

Felipe Subijana locutor de Radio San Sebastián

El equipo de La Pirenaica

Tomás Martín Blanco

Aunque la secuencia principal ha sido este doblete que ha tenido el despotilla y acojonadillo, al mismo tiempo, de "Alonso". Valiente con sus pobres obreros, en sus manos, y cobarde con una justicia que le puede colocar en el disparadero del delito. Un tecnócrata arribista del nuevo empresariado del "pelotazo", que campa a sus anchas en la empresa "Haussman", tan sólo para medrar y obtener el visto bueno de la central por su producción ajustada milimétricamente a las exigencias. No existen tiempos muertos para los trabajadores y él exige con esa cara de psicópata que parece te va a devorar si no rindes al máximo sin descanso alguno. Nada se le escapa a su control y nada le apiada, solo busca el mayor beneficio posible caiga quien caiga. Son los nuevos ricos sin puñetera idea de llevar una empresa y que crea  semejante tirantez que, a la postre, creará conflictos difíciles de resolver.

He leído que Miguel Ángel grababa ayer lunes su último capítulo; ignoro el plazo con el que se emite el mismo una vez grabado, pero da pena pensar que tal vez se vaya antes del verano. Ignoro que sucederá pero es de lo mejor, tanto él como su personaje, hoy en la serie; da vida y sustancia al serial y a aquella época explicada tras una trama de oportunista.

El actor respira un ambiente físico y empresarial de alto standing, jamás falta a  la naturalidad y los diálogos le fluyen como si hubiera vivido aquel ambiente y nos demuestra cada tarde que todo le sale rodado porque tiene mucho talento.

Y su otra cara, hablando con "Quintero", la del atemorizado conspirador "Juancarlista", metido en delitos contra la seguridad del Estado , ayudando a la causa del nuevo rey que se preveía y que no para de darle a la cabeza que le puede suceder si todo esto de la detención de policías se airea. Intercede ante el juez por puro interés de supervivencia. Y hay un momento que no tiene desperdicio, cuando hablando con el juez para que desista de seguir con el "caso", le advierte que ya hay gente más importante que ellos que lo saben y desaprueban. Algo que me ha recordado a las llamadas que recibió el pobre juez José Castro, quien instruyó el caso Nóos, por la parte de ilustres y notorios del Reino, para parar el procesamiento de la Infanta Cristina de la casa Real de este Rey al que apoyaban los progres en los finales de los 60. ¡Vaya cuadrilla todos!

Premio grande para José Antonio Sayagués por la vis cómica mostrada tras su fracaso, pajarita en ristre, para conquistar a "Fuencisla" Y sobre todo cuando le hablan del matrimonio como pasaporte seguro para alcanzar su amor con este peligroso compromiso. No ha tenido desperdicio verle con "Hernar" y "María" defendiendo su soltería y su fortín herido por un flanco débil porque le confesó esa pequeña debilidad del amor a la mujer que le gusta.

A mí me han dicho que este personaje no gusta a todo el mundo. Tiene ese ramalazo parlanchín y retrechero al tiempo que comunistoide de gran corazón e iconoclasta trasgresor que se queda sólo, pero sentimental siempre.

Hoy José Antonio ha hecho gala de un desmadrado humo disparatado, con su habilidad para embrollarlo todo, ahogándose en penas de anís y en una reacción dolida surrealista que me ha tirado del asiento de tanto reírme.

Por cierto parece que "Jaime" rompe con Henar", se veía venir; es un personaje algo veleta y nunca cuajó con "Henar", que es una buena chica, a la que este burguesito la utilizó como desahogo. Ya lo cantaba Luis Eduardo Aute en aquel 1.968, en un filme rodado en Torremolinos, la primera peli de Pedro Olea, "Días de viejo color", cantaba aquello de que "Todos los burgueses son unos burgueses". Por cierto un saludo al donostiarra José Manuel Gorospe, uno de los protas de este filme, que fue la primera voz de Emilio Gutiérrez Caba en el cine, en "Nueve cartas a Berta", hoy retirado de la profesión.