domingo, 7 de mayo de 2017

EL CINE MIRAMAR QUE PERDIMOS 1ª PARTE capitulo 26



AQUEL SALÓN MIRAMAR


Un artículo en tres partes dedicado al Gran Salón Miramar. A sus trabajadores, a sus espectadores, a los aficionados al cine, a las gentes de su tiempo que contemplaron su construcción y sus primeros años, a su Ciudad y a su enorme historia, desconocida mucha de la misma. Detrás de este enorme teatro Salón de Cine existe toda una parte muy importante de la vida de SAN SEBASTIÁN DONOSTIA.

                                     

                                                   LOS ESCOMBROS DEL MIRAMAR


DONDE ESTUVO EL MIRAMAR



Fue en 1.913, un viernes 1 de agosto, la empresa propietaria del Salón Miramar invitan a autoridades, prensa, a la inauguración de un nuevo Salón de "cine", diseñado por el arquitecto Ramón Cortazar, ubicado en la calle Aldamar.
Unos proyectores Gaumont, de última tecnología, proyectaron sobre una primigenia pantalla, mucho menor que la posterior que conocimos, a las siete de la tarde de este día mencionado, proyectaron algunos filmes animados, animados por los nuevos concertistas que durante el verano actuaron el este nuevo Salón: el concertista de violín Clemente Ibarguren, acompañado de su hijo; Ereña, el cellista, y Ugarte, pianista, ambos discípulos de la extinta Bellas Artes.

                                                         El Miramar en sus inicios


                                        Proyector Gaumont similar al de Miramar





                                          Clemente Ibarguren (izquierda) y Ramón Cortazar



                                                                                         Ugarte 


A las siete de la tarde de aquel día, los invitados escucharon al Orfeón Donostiarra interpretando "Ausencias y anhelos", de Busca; "Canción de Praishku" y "Canción de cuna", de Esnaola; "Iru Txulo", del Padre Donosti; "Suite Vasca", de Otaño, y "Jora Aragonesa" de Retana.

                                                            Orfeón Donostiarra 1.910


                                                                   Esnaola y el  Padre Donosti

Otaño



Aquel Miramar

La sala se abrió al público el 2 de agosto de 1.913, en sesiones de 6,30, 7,30, 9,30 y 10,30. Tenía una arquitectura vanguardista en aquellos años 20 que fue quedándose obsoleta. Amplios y rasgados ventanales por donde entraba cañonazos de aire y luz. Era un teatro de los mejores de España y con una puesta a punto a la última y con todo tipo de garantías que pudieran exigir los espectadores más exigentes.


Emplazado en una manzana triangular, aislado de construcciones, rodeado de calles espaciosas, con ventanas, fachadas y salidas a todas ellas. Su entrada principal daba a las calles Aldamar y Soraluce, en su ángulo de intersección. Tenía un amplísimo vestíbulo, y de él, por cuatro grandes puertas, de dos metros de anchura cada una, se accedía a una gran sala de espectadores sobria, blanca y elegante.










                                                              
27 metros de longitud por 17 metros de ancho eran las medidas de la sala. En planta baja las butacas; espaciadas y con pasos amplios y cruzados; con un número de butacas de 697. Al fondo, en el piso primero, una hermosa tribuna para la música. Palcos en derredor, con capacidad para 100 personas. El escenario se encontraba al fondo, aislado de la sala de espectadores por una pared incombustible y por dos entradas con dos cortinas: una de agua y otra  metálica. Un teatro para 797 personas. Un local espacioso y espléndido con todo tipo de detalles. Tenía el primigenio Miramar, en su parte frontal, un aire a la "Bombonera" del Novedades donostiarra. Un local incombustible en una Ciudad que había padecido incendios en teatros y frontones y, en ocasiones, muertos  recientemente.


Aquel Miramar.



La cabina del Miramar, en aquella época y en la posterior era muy bonita y soleada con terraza a la azotea. Entonces, completamente aislada, al aire libre, a la altura del piso principal, donde se encontraban los urinarios y por donde accedían los músicos al anfiteatro.
Dos salas en el ángulo S.E.: una para la administración y otra para el ensayo de filmes. Hacia en Norte dos salones: café, restaurante y cocina en los sótanos.
Todo el piso de la sala era de hormigón sobre tierra firme y las paredes de ladrillo y cemento armado. El techo de cemento armado y con una capa de agua con 25 cm, para impedir absolutamente la combustión.
Encima, gloria del Miramar, una azotea a la que se accedía desde la cabina, con vistas a la mar. Las escaleras de piedra artificial. El piso de los palcos de cemento armado y delomet, incombustible como pasta. Su ante-techo era de hierro así como de cemento armado.

                                     

Los palcos tenían salida a un un balcón anchuroso y corrido, que daba sólo al paseo del rompeolas, a muy pocos metros del Miramar. Las bocas de riego, para casos de incendio, estaban distribuidas: 4 en el escenario, 6 en la sala y una en la cabina.
El alumbrado eléctrico  y los demás cables se encontraban dentro de un tubo Bergman. No era posible un accidente.

                                                                     LOS PRECIOS:

Palcos con nueve entradas..........................  3,50 pesteas
Palcos con siete entradas............................   2,50 pesetas
Palcos con 5 3ntradas.................................    2,00 pesetas
Butaca de preferencia.................................    0,30 pesetas
Butaca general.............................................    0,20 pesetas

LOS PRIMEROS ESPECTÁCULOS Y FILMES DEL MIRAMAR:

En estos primeros años compaginó el cine con las variedades. En su escenario actuó Pastora Imperio, Amalia Molina, Leocadia Alba, Catalina Bárcena, Luisita Esteso, Isadora Duncan. Entre los años de 1.916 y 1.928 albergó también un pequeño museo de oceanografía y, desde 1928 a 1.942, las oficinas de la Real Sociedad.


                                             Amalia Molina y Pastora Imperio


                                             Leocadia Alba y Catalina Bárcena



                                             Isadora Duncan y Luisita Esteso


                                      






               
                                                       Real Sociedad años 30 y 40

Poco filmes conocemos de los que se estrenaron en aquella época, hasta la llegada del sonoro, un 22 de mayo de 1.930. "La falsa ruleta". "En el timón". "Los vencidos". "El último resplandor". "Arabio" caballo salvaje". "El sueño de Alissa". "Robinet" quiere trabajar". "Fredi, detective". "Sangre bohemia". "Pancho, nodriza". "La novela de dos días". "La gloria". "Pancho y Caco". "Error del confitero". "El peso del reconocimiento". "La moneda rota". "La moneda robada". "El salto de la muerte". "Las leyes de la casualidad". "Un rey, un vizconde y un bandido".



                                                                "ROBINET"





Y los primeros filmes sonoros : "El gran charco".


           EL RELIEVE Y MÁS SOBRE EL CINE MIRAMAR EN OTROS CAPÍTULOS










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