viernes, 18 de octubre de 2013

MARIANA, MAURICIO Y OTRAS SOLEDADES


Antes de nada decir que sé que el artículo de ayer  ha sentado mal, muy mal. Ya lo advertí. He recibido algunas críticas. No deben de escandalizarse algunos por el lenguaje fielmente expresivo de una actualidad perenne, de corrupción homosexual en la Iglesia, que fue ocultada en connivencia social por aquello de la vergüenza pública para muchísimas personas y aciagos protagonistas, durante cientos de años al menos que se sepa. Y hechos más graves; de hecho, un iracundo “Celso”, intenta asesinar a “Gonzalo” la próxima semana. Pero soy una persona muy libre escribiendo y no me auto censuro. Sé, ser tierno y dulce cuando hay que serlo y con quien se lo merece, pero cruel y procaz con la injusticia y los delitos, expuestos sin pelos en la lengua. Por el contrario creo que, en el capítulo de ayer, hay otras verdades hermosas y bellamente cinematográficas. Detrás de esos campos de exterminio religioso, de tanto discursito escupiendo sobre la mujer, de formación estricta y de obligaciones cruelmente castigadas en sus incumplimientos, de castigos humillantes y crueles, ha habido mucha homosexualidad. Toda. Yo siento haber molestado pero está en la prensa y en el padecer de muchas generaciones a los que les “metían mano” los curas y les babeaban el rostro para seducirles por la propia salvación y auto estima  de ellos. Todo era pecado menos dejarse tocar los cataplines por esos asquerosos. Yo estudié en el colegio francés de San Sebastián, liberal y laico y me contaban sobre lo que mis amigos tenían que padecer por los curichis. Algo impensable en la educación francesa. Es más, solíamos decir que, desde la verja de la Villa hacia dentro, era el Consulado también y la frontera, estábamos protegidos, de los curas y de los policías, era territorio francés. Eso nos tranquilizaba. Cosas de adolescentes. Bellos recuerdos.



Memorable Selu esta tarde. Cómo me ha recordado en los gestos ante su padre, cuando no "capiscaba" aquello del dejar al esposo sólo con “pan y agua”, a aquel inolvidable Luis Heredia/”Manuel”, en el filme “Viridiana”, cuando le preguntaba a José Calvo/ el ciego “Don Amalio”, sobre “cuando le picaba cómo veía para arrascarse”. No creo que Selu haya buscado esa referencia, pero casi todo el personaje de “Manuel” tiene unos registros tan histriónicos y frikis como los de esta tarde el pavisoso “Hipólito”, que me parece que no ha leído el “Kamasutra”, ni ha puesto en práctica las variedades que hay para paliar las rutinas de la cama y darle pimienta a la vida sexual y fósforo a la imaginación, hierro a los sentimientos, dinamita a las pasiones y grandeza a las sensaciones. ¡Cómo estoy estos días!. Voy a perder lectores si sigo por este camino. Pues... como me lance.
Sorpresas da la vida.”Olmo”, que dejó muy atrás su reiterado personaje aburrido y reiterado, de tramas maléficas junto al hijo convertido ahora en robot sin sentimientos, acompañando el padecer de una pobre viuda, consolando las perforaciones que dejan las inamovibles y crueles verdades existenciales sobre que  lo que parte no vuelve jamás.. ¡Excelsa Aída!, Iago me convence algo más que antes de ir a la cárcel. Tiene una voz bien timbrada, es correcto, no me apasiona pero ante ella, queda empequeñecido. Me maravilla la transformación, estado demacrado de viuda absolutamente registrada, que llega del camposanto que aporta en el registro Aída. es para darle el pésame si te la encuentras por Alcalá.
Desde luego retrata que, la vida, no está hecha para los idealistas ni para los grandes amores, todo se derrumba. Aunque, y lo traslada “Soledad” muy certeramente, ella que añora a “Juan”/Jonás Beramí, que la pasta de la que están hechas las mujeres sobrelleva el silencio y la ausencia del ser amado de modo digno, discreto  y enrollado con fuego rojo sobre el corazón.


“Candela” ante un siniestro “Olmo” advierte en sus carnes y alma que enamorarse es morir un día en todos los sentidos, porque aquí no se queda nadie y se sufre la distancia con la incógnita del más allá. Amor puro, fogoso, truncado, que duele y se confía a un maleante que o está zumbado o es un asesino plenipotenciario. Creo que os habréis dado cuenta de la enorme profundidad psicológica de la protagonista viuda. Así como de su reacción confiada atípica ante un sospechoso casi forastero con aire de bonhomía cuando se pliega cual samaritano a escuchar los quejidos, secarle las lágrimas e instruir a la desdichada por la vereda del consuelo por correspondencia. Aquel despiadado criminal se ha transformado, por la bendición de Dios, en un benemérito hombre consuela viudas. En todo un ejemplo de vida, sirviendo y ayudando la penita de los demás. De entrega desinteresada a la bella “Candela”, tocándole la lira para mitigar su aflicción. No me creo nada, eso de la reinserción traumática del “Olmo”. Romanticismo puro, tragedia castellana inundada de pena lúgubremente plañidera, nobilísimos sentimientos de una pobre mujer a la que el verdugo de la muerte de su “Tristan” le ha mostrado la faz más dura de la vida y lo injusto de la pena de muerte. Un hermoso pasaje que nos habla de la fidelidad a los mejores sentimientos de las grandísimas mujeres, sin caer en el melodrama panfletario. Hondísima secuencia.


Sobre Mario Zorrilla, sobre su “Mauricio”, que imagino le esperan enormes momentos latigando al escombro de “Fernando”, tengo que reiterarme  en aquella secuencia con “Mariana”, en la cocina de “La Casona” con aquella confusión sobre el admirador florista. Yo no sé de que va Sigüenza pero no puede funcionar eso. Carlota es mucha Carlota, es fascinación pura y cine absoluto de sesión continua y vuelves al día siguiente. Es la más bella actriz de televisión del momento. Michelle Jenner también, pero es más corrientita. Muy tarde se están dando cuenta, las cadenas, de la valía de estos dos enormes personajes que, de secundarios, nada en la trastienda.
 

 !VIVAN LAS MUJERES! "Manque pierdan"
Sería, él emparejarlos, a Mario y a Carlota, una bomba de radiación directa y nuclear. Lo dije hace unos días que, a recaudo de la audiencia, la serie les condena a verse sin mirarse y a no reparar entre ellos y a menospreciarse como carne ya vista y que empacha por trompicarse a diario entre esas estancias demoníacas. Es que se huelen a “Montenegro” cuando se recorren por entre la “Casona”. Y sin embargo, por las edades que representan ambos, y en aquella época, bien podía ser los interpretes de un original enlace entre casi desahuciados que encuentran un camino de recuperación, un reset, cuando ya se les daba la extremaunción a su casi  irrenunciable soltería. Porque se llevan de maravilla en el juego de arañarse en sus propios trasiegos obligados, de modo natural, menos forzado que “Aurora y “Conrado”. Sería una porosa fantasía pulp que liberaría de muchas leyes psíquicas y que encauzaría muchos  complejos de  televidentes que creen que no son de una edad, unos rasgos obligados y una tipología común para acceder al amor; cuando lo que empareja, a veces, es la mente, la desgracia, la soledad reconocida y asumida, la distancia que puede más que la propia presencia física y la necesidad de amparo prevalece sobre lo correctamente amatorio y aséptico. Pero si me lee Aurora Guerra me dirá que no me involucre  en lo que los guionistas han pensado para el futuro de ambos actores, Mario y Carlota. Es que lo de Sigüenza es muy rarito. Parece una inmersión en el cine soso de catástrofes. Los momentos en los que, Mario y Carlota, alzan la voz en cuando surge la chispa entre las brasas de lo quemados que están, todo es frenético y de altísimo guión provocador. Ya veremos pero, y pediré disculpas si me equivoco, lo de Sigüenza parece forraje para un cine de amor sobre una base de testosterona descontrolada, entradas y salidas y diálogos fingidos. Esto de los amores entre seres estéticamente incontrolados, y con gran pulsión cinematográfica, ya se ha visto en innumerables filmes de André Hunnebelle, en “El jorobado” o en “El capitán” por ejemplo. O en Cocteau en "La bella y la bestia"
Dedicado a Mario Zorrilla y a Carlota Baró a los que considero dos buenos amigos, si me lo permitís.

2 comentarios:

  1. Eres el mejor Iñaki. Asi si se habla y se les tira a la cara a los que tanto daño han hecho A mi en un colegio de Rente me querían meter mano y mas cosas.Por lo demas me sorprende cada dia como escribes no conocia esta tu faceta de comentarista de seriales pero lo haces muy bien ya que yo te suelo escuchar mas por radio. Antes me decojonaba pero ahora hasta te leo sin ver el serialisimo.Por cierto que descojono cuando te vi en televisión preguntar en una rueda de prensa y decirle a la tia que era muy educada y al tio ese de Canibal que era muy mal educado.Lo pusieron en varias cadenas que lo vi en la EITB y decía el tontua del presentador que habia periodistas con parkinson bucal. Menudo HP. espero escucharte el lunes de nuevo y te leere aqui tambien.

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  2. Disculpame si te ofendi el otro día. No he pretendido hacerlo. Tengo mucho aprecio a ti y por supuesto a mi paisana. Y creo que tienes razon ella y tu merceis os respeten y mas en este tu bloc. Disculpame y que no sea obice para que dejemos tu y yo de seguir tratandonoes. Un fuerte abrazo

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