ANATOMÍA DE UNA VIOLACIÓN

 

ADVIERTO QUE ESTE TEXTO CONTIENE EXPRESIONES, PALABRAS Y CONTENIDO QUE NO AHORRAN DETALLES CRUELES Y PUEDE HERIR SENSIBILIDADES

Es la historia de una rata y de una mujer inocente e indefensa que sublimaba un digno amor con un descocado sacerdote llegado de tierra salvajes y vírgenes. Esta tarde era lo que le faltaba por conocer a "Francisca", no contado para protegerla de ella misma como le lamentaba su "Ahijada"; la intimidad cruel del dolor físico y la asquerosa humillación personal que supone una violación, la de su autor, su posterior marido. Es el lado cruel de la vida cuando se pasa por encima de los demás y se les penetra hasta los hígados de modo repugnante, prepotente y afiladamente burlón. La agresión, la prepotencia y el desprecio a lo más sagrado que tiene uno y que se preserva para compartirlo con quien amas, no para que te lo rompan a golpes y rasgándote de parte a parte.

 

Las angustias reconocibles en una violación que nunca mueren y esta tarde contándoselas a su "madrina", revivía un magnífica Loreto todo el drama de aquellos días sucios en las caballerizas. Mujer herida, empalada por un pene sádico que goza en el sufrimiento de tomar lo que no se puede defender ni desea ser mancillada de ese modo, vomita por dentro, aterrada, mientras el criminal deja inconsciente a una chica que no se puede defender.

Excelente secuencia, pudorosa en su elipsis. Una magnífica interpretación de María y de Loreto, de gran valor televisivo, con una "María" que necesitaba tanta ternura de su "madrina" como arrojo en el perdón de la misma y una "Francisca" que no puede sino saltar por los aires, como si le hubieran clavado un puñal que lo vio venir y le desgarró el intestino al escuchar el relato perverso de una afrenta contra la intimidad física y el derecho a la integridad moral de la persona y ser querido, vejada de este sangrante modo tan ignominioso. Tal es así que, herida, en el alma huye de la celda.

"Francisca" capta algo crispante cuando entra en la habitación del convento. Algo que parece participar de modo turbio. Es una secuencia de ambiente sugerido. De modo seco, sin pausa porque no admite retorno, descarnada y desasosegadamente le narra lo que le sucedió ante un salvaje en sus peores y más pervertidas pulsiones criminales.

Lo peor de las violaciones es la hostilidad, el desprecio, la violencia impagable que pisa y humilla, la prepotencia de quien es más fuerte, el desdén con el que se considera al más débil, la provocación, la aberración sexual de un agresivo coito repugnante contra la voluntad de la otra, el chantaje, lo que se debe de callar después y que arrastraba "María".

He hablado de la elipsis, muy bien resuelta que no por ello ha sido menos gráfica. Todo ese submundo oscuro de esa carne mancillada, coágulos de sangre desparramados sobre la paja de un establo sin que nadie acuda en tu ayuda. Esa era la anatomía descuartizada de la violación. Un lote humano desde la mirada viciada de un hijo de puta. Un ser inmundo que te deja para después mirarte y no reconocerte. 

Es muy difícil ponerte en la piel de un violador, y muchísimo más en la de una violada. Es tan ultrajantemente íntimo y tan doloroso por su deber casi a silenciarlo.Cómo poder imaginarte, cómo poder narrar por parte de "María" toda la cobardía, el erotismo repugnante, el placer en la perforación carnal respondida entre aullidos de dolor no querido, toda la maldad, toda la sucia venganza, toda la misoginia que conlleva esta violación de una adolescente en PV.

Otro modo de volver a narrar lo sucedido con su cuerpo ante "Celia" sin la presión de cómo puede actuar después su "madrina". Todo su drama y horror y secuela inconfesable y peso arduo de penar diario y avergonzado. La dos actrices nos conmovieron muchísimo. Toda esa sociedad de campo de PV lo hace. Poblada de buena gente pero de otros que amenazan con sus conductas viciosas y perturbadoras, el sadismo, el machismo, el puterío, la violencia contra las mujeres y una crueldad sin límites.

Violencia calculada, vengativa, descontrolada y creciente que acaba en el pajar en medio del paroxismo y la locura.Un capítulo que no olvidaremos tan fácilmente, sumarísimo, de denuncia de la violación y de la mayor crueldad de deber guardar silencio y estar bajo la vergüenza de sentirse culpable o condenado por una sociedad que, encima, paga a los violadores. El mundo del ayer y del hoy de las mujeres sobre cómo sobrevivir siendo pacíficas y generosas en el amor frente a alimañas sin rostro y sólo huevos. Sobre cómo mantener su cuerpo al abrigo de los violadores. Alejadas de esa orgía de violencia y sangre que es una violación consumada, cruda y angustiosa y sin posibilidad de parar lo que vas siendo consciente en su taladro de tortura y penetración.

Y una "Francisca" soberbia que representa el mundo de su maldad herida, de una repudiable moral  puesta en entredicho, dentro del convencionalismo falsario en el que se mueve, del pésimo ejemplo que ha dado siempre y de las leyes del terrateniente en las que basó toda su miserable actuación contra la niña inocente. Me llamó la atención como miraba escrutando la "Doña" sobre "María", que no era sino sobre su mundo derrumbado, su dolor insufrible por la soledad de esa  decisión brutal de encarcelar a su "ahijada", una mirada espantada sobre su corrupto mundo y lastimera sobre sí misma.

Sensacional muestra del comportamiento del ser humano sometido a tensiones supremas y cómo sobrevive siempre y la verdad triunfa.

Estoy emocionado con este reverso del capítulo del viernes. La cara que puso "Mariana" y la cruz que pone "María". El triunfo de la virtud frente a lo abyecto. "Mariana" gana, "María" gana y está a punto de gozar plenamente de su amor a pesar del clima obsesivo, cruel, oscuro, viciado, violador que ha vivido o padecido, interpretado magistralmente por ella, por estas dos actrices llevadas hasta el límite de lo soportable por la agresión de un auténtico monstruo.

Mis felicitaciones a ellas dos por la fortaleza demostrada en esos momentos en los que el guión mandaba de modo decisivo repetir aquella tristísima historia donde la envidia y los celos se tornaron violencia animalesca.

PD: Quiero aclarar una cuestión. Quien escribe esto jamás ha estado enamorado de Megan, ni mucho menos atraído enfermizamente hacia ella. Soy periodista y me está prohibido enrollarme con  mis actrices favoritas. Pero estoy muy bien informado de todo. Y sé que Megan es una persona encantadora, un cielo y una bellísima chica. Y es una de las mejores actrices de Europa. De ella escribí eso y mucho más y lo sigo manteniendo. Me hubiera gustado conocerle, no fue posible y lo sentí. Jamás la difamaría ni se me ocurriría. Le tengo un gran respeto y recuerdo muchas veces y con mucho cariño aquellos mis inicios primerizos como espectador de PV, con ella, Mario Martín, Alejandra, Jonás y Carlota. 

Dedicado a Megan de un admirador que no tuvo tiempo para conocerle.