TODAS LAS CENICIENTAS ENCUENTRAN A SU PRÍNCIPE AZUL.

Es que ha sido precioso, trasladado a principios del XX,casi una fantasía excéntrica que me ha maravillado en la interpretación de Francisco y Fariba, que causa en su franqueza y aire costumbrista un efecto de fascinación por aquellos cuentos que nos contaban de niños y que los veíamos en el cine Pequeño Casino de San Sebastián, un momento insólito en PV y una metamorfosis del cuento de hadas de los Grimm,  donde la tragedia invade a una heroína que sueña con el amor de un príncipe y donde la verdad y la bondad de la felicidad triunfan con reparos. Con reminiscencias del "Ever After" de Andy Tennant, una historia realista y menos fantasiosa y una aventura arriesgada la que se proponen "Inés y Bosco".

No voy a pedir perdón por decir que Fariba se lo trabaja y duro, que me resulta muy convincente y suelta en una "Cenicienta" con cerebro y sensibilidad, agallas frente a una "madrasta" perversa y malísima. ¡Menuda manía le han cogido algunas personas de la Red! Lo hace francamente muy bien y además, el guión, le favorece. Un secuencia de "Cenicienta" entre personas humanas y enamoradas hasta el tuétano, donde los malos son asquerosos y los dos buenos, algo o nada ingenuos y muy románticos los dos. Curiosa combinación inteligente del guión.

Una "Cenicienta" madura que defiende lo suyo aunque pena por saber que su amor no bailará con ella y sí con otras. Un príncipe algo inocentón y la madrastra, la peor de todas. Con un toque costumbrista y melancólico de por medio, muy sobrio y nada afectado por la ensoñación propuesta y solución propuesta para ese baile de las 12 en el reloj. Hermosa versión del cuento, juvenil, erótica y que roba el corazón sobre todo por la interpretación de Fariba en un punto álgido en su belleza oriental.

Un modo sorpresivo, hermoso y nada sutil de decantarse por esta belleza de cuento, en un momento de elegante comedia romántica y picarona, que me ha recordado al Clark Gable de "Sucedió una noche", un romance de contrabando, un sueño imposible y un drama que se avecina con final tal vez infeliz. Todo además entre planos almibaradamente suaves, caricaturescos y vivos porque la pasión incendia el sentir y azuza el razonamiento.

Tiene en común con la narración original  que está narrada la secuencia de modo dulce y bonito aunque transmite tristeza y mucha. Sigue siendo bonito ver a una pobre criada soñar con un  galán, deslumbrarse ante su porte y que contemplemos que los sueños se hacen realidad porque la bondad pura y grande  y pureza de una inocente chica los desea vehementemente. Si mantenemos la esperanza, si tenemos paciencia, si vamos al cine a ver historias encantadas como esta, los sueños se harán realidad y como no cuesta dinero, soñemos sobre la felicidad que existe al otro lado de PV.

ACTORES DE LA TARDE: JORDI COLL, SANDRA CERVERA  Y LORETO MAULEÓN

Por ese recuerdo maravillosamente reflejado en sus rostros,plano y contra plano, cuando "Martín, recuerda aquella cartera que su padre "Tristán" llevaba junto a su pecho, como talismán. Donde los recuerdos son recurrentemente maravillosos, puramente emocionales y los plasman a la perfección. El amor paterno del protagonista y una fidelidad conyugal en "María". Momento para la antología del serial. Dentro de una secuencia sagaz, de cartas de una desconocida, thriller de una cámara aunque articula su imagen en torno aun enigma inquietante.

Un recuerdo a "My Fair lady" en este momento. El parecido de "Mauricio" con el actor Charles E. Fredericks, el "Rey Jorge V" del filme de Cukor, es asombroso, como lo es el momento en el que Audrey Hepburn le pide justicia en el tema "Ya verás", donde Rosa Guiñón,  Teresa María y Alberto Aguilá lo interpretan en el doblaje, y la reverencia de hoy de "Bosco" me rememora a  aquella. Y ese otro gesto de Mario, con los ojos, , cuando comprueba la broma de la que ha sido objeto, me ha recordado a Lee Marvin en "La leyenda de la Ciudad sin Nombre" cuando dice aquello de "..contra eso predican todos los domingos en la iglesia".