sábado, 22 de agosto de 2015

BRONCA EN LA BODA DE "ENCARNA"



Termina ya otra temporada de este serial estupendo. Honesto en su planteamiento, que sigue al dedillo aquella época franquista, no desde el lado de los perdedores o ganadores sino de la gente y de lo que se urdía entreveradamente en aquella sociedad casposa de la que tanto hemos heredado. Ha captado como casi ningún largometraje sobre esta etapa costumbrista de la vida española de los 60, repleta de ilusión y propulsada hacia el cambio que la economía y los pelotazos dictaban, todo aquel palpito de supervivencia que se vivía, con sus complejos y grandezas, con su perversión y buenismo, sin ningún tipo de contemplaciones. Un guión subversivo y valiente, escrito en libertad y donde prima la vocación por contar cómo ven sus autores aquella época atribulada, más que buscar audiencia. En el futuro quedará como una videoteca de una vida y de una temperatura, casi sacadas como si la cámara hubiera estado colocada allí, en esa plaza, en esas casas, en aquel Madrid superviviente de los mediados años 60.
España y muchos televidentes no se sienten especialmente atraídos por la historia y mucho menos por la verdad y por ello huyen de aquello que reconocen como su gran vergüenza; y este serial muestra las vilezas de aquel tiempo, muy reconocibles en estas nuestras estaciones de hoy. Por ello el serial tiene menos audiencia que otros pero es el mejor.
Es la vida y el tiempo de una España insatisfecha y fascista; un país casi hundido y ligeramente satisfecho; una sociedad violenta, dictatorial, machista y cañí; donde eran tan despreciables y rencorosos los de la izquierda como la derecha; cuando lo mejor era el pueblo sojuzgado por todos ellos (terroristas, franquistas, banqueros, monjas, comunistas, curas y ...  demás ralea), una sociedad presa de una infinita tristeza porque triste era todo lo que la rodeaba. Una serie donde a quien más ataca en imágenes absolutamente objetivas es a aquellos más papistas que el Papa, mas comunistas que Stalin, más franquistas que Franco y más censores que Carrero Blanco. Termina una temporada de modo magnífico por lo que yo he visto (aunque tengo mucho enlatado que contemplaré después) en este agosto. Y concretamente con esta secuencia tragicómica de la boda de "Encarna" que, con la interpretación de Fariba Sheikhan en la muerte de "Inés" en ESDPV,  es de lo más destacado que he seguido en la televisión en este verano. Y en la cual he encontrado un canal de comunicación libre porque en ESDPV, tal y como se han puesto las cosas, hay que tener el carnet servil de Carmena para escribir sobre ello o entrar en los foros sin que te insulten. Y el que no es de "Podemos" es automáticamente un facha, más antiguo que la meadica, un absoluto rencoroso y además de buitre. El daño que han hecho al serial es inmenso. Ellos sabrán el por qué. Que leyéndoles parecen de Batasuna algunos.
Una serie esta de "Amar..." que comencé a seguir y escribir sobre ella hace muy poco pero que me anima para continuar haciéndolo después de estas vacaciones hoy tormentosas aquí en Francia.



Enorme secuencia. De tanta trascendencia o más que aquella en la que "Pepa" desbarataba de modo más light que aquella boda de su enamorado "Tristán"; inolvidable e irrepètible. ESDPV es un lugar donde no hay más que repetición, mediocridad, falta de ímpetu, desgana y algún enchufado de muérdago. Una dirección rotunda y un final para este "Dante" que ha causado un alborozo incondicional que tiene sus precedentes en "El graduado" o en aquel Capra "Sucedió una noche", pero actualizado y genial la entrada de "Américo" en la iglesia. Que nos ha hecho testigos de un final justiciero ante una novia atontada por el amor frente al acoso y derribo de un "Dante" que se las prometía muy felices. Un escándalo coyuntural y una momento estupendo.
Toda la relación entre ellos podía haber sido enfocada como algo agridulce y meramente dramático y se ha convertido todo en un ejercicio cómico dramático como un inteligente y sentido drama de conflictos, engaños y frustraciones. Un enredo cruel y gangsteril  vodevilesco con un loable planteamiento dramático y justos rasgos de humor (es imposible rodar algo que tenga que ver con la interrupción de una boda que no tenga humorada), muy equilibrado y que cuaja porque resuelve de un plumazo un engaño de modo estrepitoso donde la culpa, el amor, el deseo, la ilusión, la rabia y el desengaño afloran en un instante.



Un final absolutamente sorprendente. Muy de acuerdo con la reacción que profesa un enamorado ante el violador que se quiere casar mediante tretas, promoviendo un matrimonio farsa. Momento que aborda el amor verdadero como contaste a lo que perpetra "Dante". La bondad de una mujer ilusionada y que va a dar un "Sí" engañada; un matrimonio que parece perfecto pero que posee podredumbres insalvables; con ese final en la que ella abandona esa iglesia y a ese su amor que creía verdadero con ese dolor ante la añoranza que produce lo que se creía verdadero y era falso en su absoluto. 
Doloroso instante que trasmite este final en la capilla en que que descubre que no interesabas a la persona de tu amor.Cuando persiste en el aire de incienso y boato eclesial la vedad es su más dolora y cruel proporción.



A destacar Laura Domínguez y Pepón Nieto así como Álex Martínez que rompe valientemente esta relación con duras consecuencias. Elocuente y justiciero Álex/"Américo" que acaba como un obús contra aquel falso bienestar que le llevaba al altar a "Encarna".












En recuerdo de Daniel Rabinovich de los Luthiers que falleció el día 21 de agosto del 2015


1 comentario:

  1. Tienes razon parecen unos exaltados cuando nos dicen que hay que votar a Carmena porque todo es malo menos ella.Comeran de algo de ella no me cabe duda. Tu escrito es muy bueno. Besoss

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