martes, 4 de agosto de 2015

HISTORIA DE DOS SOLDADOS REPUBLICANOS JUEVES, 4 DE JUNIO DE 2015

OTROS DÍAS DE ESTA GRAN SERIE


ACTORES DE LA TARDE:

MANOLO ZARZO, ANDREA DURO, ANDREA ROS, ÓSCAR LADOIRE, FERNANDO VAQUERO Y ALEJANDRO ALBARRACÍN.


Pero... menuda secuencia. ¡Extraordinaria! Donde la profundidad e ironía se encuentran en la sutileza, y el ingenio se esconde tras esas experiencias vividas que nos transmiten soluciones desde el otro lado de las cosas, hablan desde el más allá en el tiempo; como esa foto de dos grandes camaradas nos acerca resolver un conflicto y nos da la clave de algo que estaba ya inventado en 1938 y casi milagrosamente, en la actualidad, resuelve un trabajo porque seguramente ocurrió para que una frase sobre los sueños y la lucha en la vida, resolviera un eslogan veintidós años después para una publicidad sobre cosméticos.


Una foto, un pasado, la guerra, un anciano que no sabemos muy bien quien es y que recuerdas a ese ángeles del cine de Ladislao Vadja, una vieja historia de soldados llena de literatura, amistad y vigor, una breve secuencia que ha sido una pequeña obra de arte de la televisión, propiciadora de valores eternos de humanidad, camaradería y amistad en tiempos de conflicto bélico, con una impresionante interpretación de Manolo Zarzo que es, simplemente, magnifico.


Una secuencia muy moderna que me ha recordado a un filme de enorme éxito en Francia que he visto recientemente: "Un homme Idéal", de Yann Gozlan, donde se descubre un manuscrito entre un desalojar muebles viejos de una casa sin habitar, que pertenecía al fallecido y que también marca la existencia de los demás en el hoy desde el ayer en el que se escribía. Se apropia y se usa comercialmente.


Y hay mucho de aquel espíritu del cine de Lazaga. Leales compañeros a los que la nostalgia del hoy les une en el recuerdo aunque uno ya no está. Secuencia intimista donde la aventura y lo bélico de unos combatientes que combatieron del lado republicano, quedan en segundo plano. Con un sutil ataque a la falta de libertad que trajo el otro bando y las desgracias que sobrevinieron a esos soldados a los que se les marginó en la nueva España; época que no borró la hermandad ni los sentimientos que surgieron entre aquellas pobres víctimas (de todos los bandos) de los partidos políticos españoles.
Aunque no ataca al comunismo ni es patriota de nada este momento, es triste y evocador de un pasado que destrozó a personas, familias y que dejó muy maltrecho a todo un país. hay mucho que contar de aquella época, Manolo Zarzo la ha descrito con una sabiduría absoluta, eran tiempos de tristeza, supervivencia e injusticia que les arrebataron todo, a los súbditos de aquel gran país.


Una narración sobre un retrato amargo de los que lucharon y luego se vieron en la indigencia, al estilo de William Wyler que sin mostrar agresividad ha atacado desde dentro al Régimen y la versión oficial dando una patina de reconciliación al ser presentada desde hoy, como algo asumido sin más remedio y como que la vida nos brindó, en medio de aquellas noche de guerra y vigilia, un escrito para la posteridad, aunque se trate para ser usado como remunerada quimica comercial.
Elegante secuencia, parsimoniosa, de mala una y de espíritu de protesta ocultado tras la escritura, que no oculta una infinita tristeza porque, triste, muy triste, fue la vida y el tiempo de aquella España que fusiló a los republicanos. una historia que terminó mal y que ahora sigue reproduciéndose en toda su maldad y bajos instintos.


Es surrealismo del bueno la llegada a la comisaría de la hija de "Arratia", esta extraña chica que recuerda a Agatha Christie en su vestimenta y descaro, como ayer comentamos, y que podía muy bien tratarse de un poli camuflado como una chica tan poco femenina y procaz, para investigar al terrorista "Jorge Arteche", Javier Hérnandez, un actor con mucho mejor caché que en "El barco". Tienen este personaje de Andrea y el del grandioso Óscar todo el encanto, el misterio, la ironía, lo soterrado de unos seres ocultos tras máscaras que maquillan su naturaleza e intenciones. Televisión de la buena.




Y mi felicitación para Andrea Duro, absolutamente desperdiciada en ESDPV en capacidad dramática y registros múltiples, hasta en voz (que ella canta por cierto), con Fernando Vaquero han dado densidad a su enfrentamiento en "El Asturiano", donde los dos fluyen con naturalidad y pasión en sendos papeles. con una elocuencia fantástica.


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