miércoles, 5 de agosto de 2015

SATANÁS Y SUS DISCÍPULAS / MIÉRCOLES, 17 DE JUNIO DE 2015

 OTROS RECIENTES TIEMPOS DE ESTE MARAVILLOSO SERIAL


ACTRICES DE LA TARDE:

PALOMA PASO JARDIEL Y EVA MANJÓN

CON:  JESÚS OLMEDO, LUCÍA MARTÍN, JOSÉ ANTONIO SAYAGUÉS Y NATALIA RODRÍGUEZ. 


Una monja y un chulo putas. Dos caras de una misma moneda con personas de igual inmoralidad: Esa impía religiosa y ese rufián timador que abusa de las mujeres para sacar beneficio. Un cebo: la ambición por alcanzar lo supremo. Una monja aparentemente inocente, muy lista, sibilina y aduladora, con cara de hacerte encima un favor en el nombre de su Dios, pero mala y ambiciosa como pocas, mala pero muy mala y que aspira al cuerpo y alma de una inocente adolescente para sumar el noviciado a mayor gloria de Dios y de las arcas del clero; que es de las personas que dan más miedo vivas que muertas; y un chulo putas que busca en el cuerpo de una cabaretera sin escrúpulos que pasará por lo que sea con tal de alcanzar su Dios, su éxito,  han sido la analogía luciferina de esta apacible tarde en este magnífico serial melodramático y con un mensaje envenenado en el capítulo de hoy. 


Y dos protagonistas: Paloma Paso y Eva Manjón. La primera, un increíble retrato robot de una monja poseída por el demonio que luce su mejor y más piadosa sonrisa; un  peligro público si la dejas mangonear y lavar cerebros sin madurar; y la segunda, una sorprendente actriz que fue totalmente desaprovechada en ESDPV, donde interpretaba un personaje forzado e histriónico; aquí es más ella, una actriz enormemente sugerente en este papel que borda de ambición y boleros, con letra y voz incluida. Un personaje que resultó excéntrico y sin fundamento y que aquí está de fumando te espero, mito y grandeza y con un sorprendente magnetismo de estrella.
Aunque pueda parecer procaz, entre las dos protagonistas (el chulo y la monja), todo es bajeza moral y parecido increíble. Los dos comercian con la carne y no me atrevería a decir cual de los dos es más indigno; si el que desea al estilo de Buñuel, contemplar algo más del pecho de la cantante y de todo su cuerpo sobre lo que esta  a la vista (libidinoso y elegante momento con un sutil y experimentado "Dante"/Jesús Olmedo) o esa monja retorcida y lasciva que se hace aguas pensar tiene encerrada bajo las llaves de su paraíso e inexistente Dios, a una candorosa chica a la que desea, con su palabrería sobre el Altísimo, acercar para prostituir en una secta, internándola en un convento.


Con unos buenos secundarios. Una suelta y convincente Lucía Martín que muestra esa fuerza que el cine y la televisión sobre todo han dado a los llamados, estigmatizados por una patraña que se la creen, que se los llevan al huerto adulandoles sobre su bondad y fuerza humana poderosa que poseen y que parece trascender para amar más allá de todo, a Dios en un convento, que no hace sino explotar esa inocencia de los buenos sentimientos, esa bendita ignorancia sobre lo que es la vida y son las sectas religiosas por la cual la Iglesia católica navegó haciendo todo el mal que pudo destrozando y separando familias, haciendo proselitismo,  para servir  a los intereses de una oligarquía religiosa.


Lucía, a pesar de lo joven que es, resalta casi miméticamente  la psicología de aquellas chicas de los 60 engatusadas por la clerigalla, en busca de un inventado camino de perfección, que lo dejarían todo hasta su familia para casarse con un Dios genialmente inventado, que dudas si realmente es la actriz o su personaje de "María Gómez".

 

La secuencia de la canción en el Café es brillante y muy escueta, fiel reflejo de que que es y ya no es, pasa efímeramente y luego toca la prostitución de la profesión. En pocos seriales, en este y en "Cuéntame" sólo he podido seguir este cruel tema,  hemos visto reflejado lo que a muchos actores se les obliga a hacer,pasando por la piedra si quieren triunfar. Los dos seriales, no se siguen tan enfervorizadamente porque entre melodrama, policíaco, humor, te la cuelan con un dardo sobre la permeabilidad de una profesión muy proclive a que muchos deben prostituirse para salir adelante y en la que es difícil mantenerse. Ya es hora que alguien lo cuente sin algún tipo de prudencia para que no se sepa lo que es un secreto a voces. Se nota que el Director argumental, Tirso calero, tiene libertad de creación y ello me hace incondicional de esta serie, que empecé a comentar sobre ella como sustituto de mis escritos sobre ESDPV, y que me tiene ahora atrapado.


La secuencia del café nos ha traído a lo mejor de todo lo imaginario de la cultura camp española, que me merece todos los respetos. Yo no soy un vasco, aunque vivo en Francia, que odia a España ni que la pone a parir como hacen algunos de mi tierra pero que luego bien que trabajan en Madrid y nos miran por encima del hombro a los que nos hemos quedado aquí dando la cara y pasándolas canutas en todas las profesiones.
Pose folclórica y canción desgarrada para dar paso a un momento musical en el que "Estibaliz" presenta ese lado ligero, sensual y provocativo del escenario, ligero pero de dudosa decencia porque sólo se sube si pones tu cuerpo a colmillo de un chulo.


Con este impresionante "Pelayo" que con tanta o mayor sagacidad que la monja demonio, ha plasmado en su mirada acerada todo el escepticismo hacia la parroquia de esta sacerdotisa de secta, oculta tras el convento y que busca la instauración del Maligno en la tierra a través de estas chicas, criaturas inocentonas, de angelical belleza que son de lo más apetecible para estos arcanos diabólicos. Aunque ya digo que el capítulo insinúa pero no muestra, pero se trasciende. Un agente del diablo con mano izquierda y que se escurre entre lo sutil y agasajos, con ciertos inapreciables casi toques de sadismo que me ha gustado mucho.
Y frente a todo la lógica que llega para desenmascarar a la monja demonio, la que nos prepara "Leonor"/ Natalia Rodriguez que me recuerda mucho Irán Eory, una de las mujeres más guapas del cine español, malograda actriz. Natalia, hoy nostalgia de un romanticismo elemental pero peleón.



EN RECUERDO SEL GRAN ACTOR DE DOBLAJE QUE SE HA MARCHADO:

CLAUDÍ GARCÍA. LA VOZ DE JONATHAN PRYCE Y DE JAMES REBHORN





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