lunes, 31 de agosto de 2015

SUSPIROS Y SUEÑOS / OPERACIÓN BIKINI


Termina agosto, desfile de personajes que se van diluyendo en "Amar es para siempre" como un goloso azucarillo en el amargo café de su tiempo, adquiriendo la mezcla una cóctel agridulce y ensoñado donde uno puede imaginarse aquella época preciosa de nuestros padres que nos contaban, llena de ingenuidad, optimismo y bondad, alegres de espíritus enormes personas que podían estar derrotadas pero que, como le dice "Fortunato" a "Paco" esta tarde (en la principal secuencia para mí), pelearon por sus sueños y al final resultó. Un buenismo difícil de comprender en esta España buitre de hoy pero que nos familiariza con unos explosivos tiempos que llegaban y que, como ese bikini que tanto costó entrara en nuestro país, eran ya imposibles de impedir entraran por todos las fronteras de una país en rebeldía ya por vivir mejor, aspirando a más.



Un final de temporada apasionante que nos dejará huérfanos de muchos  protagonistas a los que seguimos durante meses que nos han hecho disfrutar y pensar, sufrir y emocionarnos y que denunciaron lo que costaba sobrevivir y pelear por la justicia en aquella España de Franco parecida a la actual. Eso que tanto falta en la televisión: sentido crítico que nos hable con nostalgia costumbrista de nuestras raíces.
En esta tarde tormentosa en Hendaye, cuando acaban las vacaciones y anochece antes, nuestra epidermis nos ha olido a aquellas familia que fuimos cuando éramos unos niñitos en aquellos años en los que se hablaba por lo bajín; entraba el pescado congelado; lo Pop formaba ya escandalera en la vía pública; los diferentes eran tratados de maricones (muy parecido a aquel concejal de Pasaia, de EB/IU, que me lo llamó a mí en la Parte Vieja donostiarra); en la tele el gran periodista Luis Pruneda (actor de doblaje también, la voz del narrador en "Los  Diez Mandamientos) creaba el primer programa de cine en la tele de "Miramar", en Barcelona; en los tiempos en los que se olía a salitre en Cadaqués; cuando cortaban las pelis y no eran toleradas; eran los ojillos que se alegraban con el bikini; cuando se escuchaba al gran locutor Pedro Aldamiz/ Ramón Mendezona las ondas desde Hungría, interferidas desde España. Cuando discurrían los 60 entre mis padres y mi hermano.



Momentos de enormes recuerdos para muchos televidentes, de llorar a escondidas viendo este final del serial lleno de esperanza y futuro fuera de España. Hay sentimientos que florecen pocas veces, en contadas ocasiones ante un serial.
En estos últimos días, entre acción y terrorismo como fondo, nos hablan de lo que se puede hacer por los que se aman. Con este desenlace que en algunas tramas se va vislumbrando, que te deja con una agridulce saber de boca y que te hace reflexionar sobre las cosas importantes en la vida.



Fantasía y esperanza como caudales poéticos en la batidora de un futuro que resultará tal y como queramos sea y luchemos por ello. Poesía al servicio de un final en el que nos explican como terminan sus personajes inolvidables. Una reconciliación en muchas secuencias y una puerta abierta al futuro (como en "Nicolás" y "Clara" en esa fantástica y onírica secuencia de la cena) que nos hace temblar de regodeo emocional. Todos los personajes, presentes y pasados, han tenido algo solmene y hermoso, que no dejaban de ser arquetipos de lucha y supervivencia. Y nada empalagosa esta retrospectiva a los primeros 60 españoles sino didáctica y hasta demoledoramente crítica y ensoñada en toda su arqueología del tiempo pasado.



Cuando se habla del tiempo se corre el riesgo de no interesar o de narrar lo mismo. Suelo no enganchar ni resultar muy creíble o parcial. Sobre todo en España donde los corruptos partidos han usado del dinero para subvencionar un cine que les rente en adhesiones e ideología al servicio de los votos para los del turno en el poder.
Por ello esta serie me ha maravillado. es independiente y no le han dolido prendas en buscar analogías entre el ayer y el hoy más actual. Buen ritmo en la narración, excelente guión, no decaía ningún capítulo, actores soberbios (¡y los que vienen!!!!), que ha tenido una destreza inmensa en la descripción de una Madrid del que existía o en cliché o en casposo en otros filmes o televisiones de antaño, renovando el lenguaje y al servicio de la verdad y de lo más castizo de aquella sociedad que despertaba.



La aparición de este personaje sacado de Montalban "Bonilla", un gran Federico Aguado, hace más apasionante el final; entresacado de "Pepe Carvalho" y de aquel tardofranquismo ya casi que llegaba en los mediados 60, lleva la radiografía de los cambios de personajes que se movieron en torno a él. 
Por supuesto destacar de nuevo la miserabilidad y horror del terrorismo, algo aún no superado en este país, con esas lastimosas imágenes de "Arteche" molido a palos; así como esa referencia a aquel alcalde Zaragoza de Benidorm convenció a Franco de la utilidad turística de es escueta prenda. Tenía 29 años, viajó en Vespa a Madrid para permitir esa escandalera en un país aislado moralmente aunque económicamente ya en manos de "pelotazos". ¡Lo consiguió Zaragoza! El bikini revolucionó una ciudad que se pobló de rascacielos en un remoto pueblo donde había tan solamente 3.000 habitantes. Todo ello se cuenta en un corto: "Bikini" de Óscar Bernàcer y que arrasó en el 2014. Y es de apreciar esta referencia porque, Franco, que no era tonto, en cuanto le hablaron de divisas, aceptó de inmediato. Y fue un motor de despegue para esta zona (que tiene tantos rascacielos hoy como Milán  u otras ciudades de grandes construcciones en vertical); desgraciadamente el cine español cutre usó de estas dos piezas de ropa para hablar de zorritas, de modo inenarrable y horroroso, en un cine erótico metido en pusilánimes menesteres guarros. Con desnortados actores haciendo el ridículo y chicas "apetitosas" para productores como esos con los que se encontró "Lucía", dando un tufillo sinvergüenza a picante en películas desastrosas que no alcanzaron nunca algún valor sociológico.









Dedicado al aniversario de nuestra emisora Urdin Irratia y a todos los que han trabajado en estos 25 años. Así como  a la memoria de mi hermano pequeño, Miguel Ángel,  que cumplía hoy años y que falleció en septiembre del año pasado a pesar de su juventud.



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