"HERNANDO" Y "MATÍAS" SOLOS POR LA VERDAD

Antes de nada pedir por favor que se divida la serie en dos partes bien diferenciadas. La trama de "Los Manantiales", indistintamente antes o después, y la de las paridas de lo demás de ESDPV. Así nos ceñimos  a esta buena trama de la "Casa de Aguas" y no perdemos tiempo y playa. Es tal el ínfimo nivel de un guión repetitivo, falto de imaginación y alargado para que no se noten sus carencias, que no tiene remedio las alcahuetas tramas porteriles de un ESDPV, carentes de un guión con algún interés, que no lo reconoce nadie ya. Como ejemplo, la trama del "Intendente". Comenzó con buen pulso y parecía potente. Hoy es un peñazo, ha devenido en algo ya histérico e intragable que además está negado de lógica y resulta una caricatura y algo que no te lo crees ni con muchísima buena voluntad. Me da miedo el pensar que con "Los Manantiales", puede ocurrir lo mismo un día. 

Por supuesto, lo único que ha merecido la pena ha sido la secuencia inicial y la final. Lo demás, prescindible y de nulo interés. Por no hablar de los trajes de baño y de los niños enfermos que eso le va mucho a "Podemos" últimamente, preocuparse por la niñez abandonada, enferma y desnutrida. Y casualmente siempre asoman en ESDPV los programas de "Podemos".

Me gusta ese trato cercano y que rompe barreras entre "Matías" y "Hernando". Que tiene un sabor a cine de Frankenheimer y en las novelas del estadounidense Malamud, con esos personajes que ellos crearon, donde se perseguía a personas por lo que no habían cometido, que se escondían aunque no hubieron delinquido, con una lección muy importante y era que siempre, la verdad, se descubría después. Y he visto  a "Hernando" desmoralizado, pero fuerte por un inocente y poca cosa "Matías" en apariencia, que le conforta y que le ayudará a para salir de este embrollo. "Matías", grande jóven que le infunde fe en sí mismo, que le consuela y le devuelve la creencia en la justicia y la dignidad de su persona; un "Hernando" que encontrará el modo de sucumbir a la catacumba y de salir de esa encerrona en el que le han metido.

Esa leve sonrisa en el actor cuando ve a un "Matías"  y confía en él  y le ayuda. La presencia le calma, es lo menos que tiene y lo mucho "Hernando". Le mitigan la nostalgia, la rabia y el dolor de su alma. Y nos encontramos algo que es muy al uso en la literatura rusa, el valor de lo individual, de usar de la inteligencia, de planificar con calma una salida, más que en la violencia o en el caos y hundimiento, para enfrentarse a una situación desesperada. Y otorga poderes  a "Camila" para que actúe en su nombre. Y pone así solución a esa secuencia de hoy , en el fin del capítulo, donde un "Elías" más cauto que nunca, pero igual de insidioso, le previene sobre la ruina de su família si "Hernando" no aparece. Y desea darle por muerto. "Los poderes", es un momento de regocijo e inteligente y de lo mejor de la semana con toda la parafernalia de la cripta y el remake de "El fantasma de la ópera". Y excelente este actor, Jaime Lorente, al que estuvieron a punto de cargarselo unos incompetentes guionistas porque no le ubicaban en la trama, ello se notaba en los guiones, cuando aquí dijimos era ese enorme "il matto" del cine italiano de postguerra. Es curioso a "Elías" lo crearon sin tener idea clara de lo que iban a hacer con su personaje. Jaime es un enorme actor que a muchos sorprendería lo que es capaz de hacer en un escenario.

Y muy interesante también sobre "Crimen y castigo" la alegoría de ese sufrimiento de los seres queridos que se marchitan sin la presencia de la persona querida. Que todo lo que ha hecho "Hernando" ha sido siempre por los suyos. A seguir esta trama y, por favor, un ruego, quiten a Ana Belén y dejen la preciosa sintonía que es además de un signo icónico musical de la serie, una llamada a tropa para sentarse a ver el capítulo y una melodía preciosa. Ana Belén, una pésima cantante y una descolorida vieja gloria del felipismo, hoy en el ostracismo y decadencia como aquella ínfima intelectualidad progre a la que pertenece, que se creyeron los amos del país, desde aquella fallida  "Transición" hasta el 15-M. Ya no vende, ni antes tampoco. Es un horror. 

A destacar cunado habla "Hernando" de estar ya en prisión; encerrado y escondido. Y es que, y ello es precisamente de "Crimen y castigo" que le trae "Matías", de Dostoievski, que no hay mayor prisión que la propia conciencia de inocente que tiene que demostrar la inocencia. Es una reflexión enorme. Y toda esta primera parte, sobre todo por la interpretación de los dos actores (aunque a Iván ya lo están corrompiendo con la basura de los hermanísmos), es una combinación de racionalidad y emotividad, de agudeza y desgarro interior en "Hernando", de generosidad y peso moral por parte del joven "Matías", que lleva a ambos a tener una preciosa relación de pesadumbre y gran fortaleza y que les ayudará a luchar por la verdad. Es la grandeza humana, en esta trama sencilla pero muy poderosa, casi un turbo que perfora nuestras conciencias burguesas y acomodadas, corruptas, sustentado todo en la dirección, la expresión dramática y en las dos brillantes interpretaciones.