ANÉCDOTAS DE LOS CINES DE SAN SEBASTIÁN 3 ESTRENO DE "BEN-HUR"

UN GRANDIOSO CINE DE CALIDAD PARA UNA GRAN CIUDAD

EL ASTORIA

UN RECUERDO A LA INAUGURACIÓN DEL ASTORIA DE SAN SEBASTIÁN Y A SUS GRANDES PROFESIONALES DE ENTONCES.

                                                                                  

El cine Astoria merece dos y hasta tres capítulos. En abril de 1961 se estrenó el ASTORIA de San Sebastián con "Ben-Hur" y yo siendo un crío estuve allí, con mi madre, sobre las cinco de la tarde, aquel día de la inauguración de abril de 1961. Es para contarlo y es historia. Yo era un niño que, boquiabierto, asistió sin pestañear a cómo se abrían dos cortinas, una roja primero que parecía como de terciopelo y otra mas liviana, blanca, que daban paso a un escenario amplio y con un saliente que me impactó. Y a un pantallón no vea usted!!! Yo que estaba acostumbrado a las pantallas casi de 4/3 del Actualidades o del Miramar, aquello era algo asombroso.

Lo recuerdo como si fuera ayer. Eran las vacaciones de Semana Santa del año 61, el curso en el que comencé a estudiar en Los Jesuitas, donde ya nos dijeron antes de las vacaciones que iba a estrenarse ese filme en un cine nuevo y que dijéramos a nuestros padres para ir a verlo. El 2 de abril en sesión de tarde, mi madre y yo cogimos el "Topo" desde Pasaia, donde vivíamos, y nos llegamos hasta el nuevo coliseo que la SADE creó en el Ensanche de Amara.  Recuerdo a mi madre decir en aquel vetusto medio de transporte que la entrada le había costado treinta y tantas pesetas en butaca.  Qué recuerdos!!!! Hoy, pasados tantos años, lo revivo como si fuera ayer mismo. Nunca lo he olvidado. Al bajar del ferrocarril, mi madre compró unas pastas en Amara Viejo y hacía algo de frío, lo recuerdo y yo llevaba un abrigo oscuro y la emoción me embargaba. Ya quedaba menos para ver "Ben-Hur".

Días antes por las calles de San Sebastián recuerdo estaba la ciudad llena de afiches- carteles que se decía antes- con multitud de momentos del grandioso "Ben-Hur"

Uno de ellos en una juguetería que existió en la calle Garibay y en la que yo siempre emplastaba la nariz para ver geniales juguetes mecánicos y de hecho ahí me hicieron una foto en cierta ocasión. Pero había afiches, muchos, por comercios del Boulevard, recuerdo en una tienda de medias que hace esquina al lado de los arcos que aún creo está tal como ayer yo rememoro. Recuerdo me comentaba mi madre que de "tanto ver imágenes de la película la íbamos a ver completa". Ese era el ambiente pre-inauguración que traigo a la mente.

Me viene a la memoria mi madre que, antes de entrar al cine, en unos jardines que había al lado, me hizo una fotos con aquella cámara Agfa que mi padre había comprado en América en sus viajes. El patio de butaca era impresionante. Recuerdo estuvimos hacia la mitad del aforo, el el lado de los "nones" como se decía, y en la mitad de fila. Nos habían dicho que el sonido sería algo nuevo y sorprendente. El cinemascope descomunal y así fue en realidad y más aún. Yo miraba hacia arriba y veía dos pisos y hacia las boquillas de la cabina que se encontraban en el primer piso aunque luego supe que entraba a la cabina de proyección por el segundo piso y que, dentro de ella se descendía hasta situarse en este primer balcón.

Mi madre me decía que no estuviera tan impaciente. Me lo dijo también una tía abuelita que vivía con nosotros y que era muy mayor, falleció años después con 107 años. De la que me despedí antes de ir al Astoria y la recuerdo en la cama dándome consejos sobre cómo debía ver una película. Ella estuvo sirviendo en Paris, en casa de exiliados rusos y conoció el cinematógrafo en esa  ciudad y me hablaba mucho de cómo era aquel cine.

El "NO-DO" con aquellas voces algo altisonantes pero impecables de Francisco Cantalejo, Matías Prats o José Hernández Franch, evoco ya que el encuadre del noticiario era ya mayor que el de los cines habituales y cuando se abrieron todas las cortinas y comenzó la proyección en 70 mm y Panavisión con aquellos compases de la música de Miklos Rozsa y ya no existen palabras para narrarlo. No se abarcaba la acción visual del ojo humano en reposo. ¡Que pasada! El estéreo era de un avance técnico que a los ingenuos espectadores que éramos de andar por casa en los demás cines donostiarras, nos sobrepasó y nos entraba por todos los poros de la piel y salía música de todos los costados. Me estremecí y además me dio algo de miedo cuando, entre los primeros compases de la banda sonora, se escucha en off la voz del actor catalán Ramón Martorí, "Baltasar" en el filme , doblando al actor Finlay Currie, hablando sobre el empadronamiento y todo eso de Judea y de Tiberio o Augusto.

                                                           

Por lo demás secuencias que me impresionaron en aquel día: La caída de la teja, el encuentro entre "Ben-Hur" y "Mesala", Charlton Heston y Stephen Boyd, me llamaba la atención el nombre de "Druso", la adoración de los Reyes, toda la música, la secuencia de las galeras, la carrera de cuadrigas, la voz inusual en un doblaje y bellísima de Haya Harareet que luego me enteré fue la de Irene Gutiérrez Caba, los caballos de los dos protagonistas, la secuencia de los leprosos, el pasaje extraordinario del "Calvario"... todo el filme que luego lo he contemplado en infinidad de ocasiones. Al salir vi a mi profesor de entonces, en la fila de delante, y hablaba sobre la música, José Luis Gutiérrez se llamaba.

Fue uno de los comienzos mas enternecedores en el cine espectáculo y de alta calidad en aquel inolvidable Astoria que hoy ya no existe. Un inicio antológico para un donostiarra y cinéfilo empedernido como el que les escribe. Un momento invaluable que comenzó a hacerme amar más el cine a través del cine Astoria y de esta hermosa y monumental película proyectada en un coliseo extraordinario y vanguardista de los mejores de Europa.

Una invocación a aquel día mágico. Por la mañana, cuentan las crónicas, que se inauguró con el Gobernador Manuel Valencia. Así como con el Presidente de la Diputación, sustituido por Ramón Florez y con el Alcalde de Donosti Ramón Vega de Seoane. Proyectándose el inicio y la "Carrera de Cuadrigas". Gentes de la judicatura, de los tres ejércitos, de Hacienda incluso... para este magnánimo acontecimiento. ¡Es ná!!! 

Los proyectores era unos novísimos dos Fischer Hamburgo FH 99 para 35/70 mm, que en el 64 colocó el Olimpia de Bilbao y con cabina similar a la del Astoria, conjuntamente con un Westrex que servia para meter la bobina de aquel NO-DO y proyectar una parte de filmes con objetivo primario. Cuando los filmes no eran en Panavisión o 70 mm se usaba el proyector Westrex y uno de los Fischer. Por ejemplo en "El hombre que mató a Liberty Valance" o en "Los palomos". Años después, tras la remodelación, el Astoria en su sala 3, colocó un excelente Victoria 8. 

Los FH 99 eran algo complicados de manejar pero un excelente profesional como Luis Antero se enfrentó a los 1.500 espectadores del cine con resultados óptimos. Aquello era nuevo en la Ciudad y muy diferente. Luis, incluso, inventó un doble sistema de carbones para paliar cierta oscuridad en los laterales en el 70 mm.

Inauguraron el cine los proyeccionistas Luis Antero y Javier Gorri que pasó al Savoy en el 62 cuando se inauguró este cine de Gros. Le sustituyó Marcial López y con Luis proyectaron enormes filmes durante años. "El Cid", "El Álamo", "Rey de Reyes", "Espartaco", "La Fayette", "Oklahoma" en Todd-ao.... Ya hablaremos de ello. Marcial murió en 1.982 y Luis Antero en el 2006. Tenéis un fragmento de una entrevista que le realicé. Luis era muy exigente y un gran profesional, no le gustaba que nadie entrara en la cabina y tenía una sonrisa chispera y socarrona.

FRAGMENTO DE LA ENTREVISTA CON LUIS ANTERO PROYECCIONISTA DEL ASTORIA.

http://www.ivoox.com/cine-astoria-san-sebastian-luis-antero-audios-mp3_rf_1484307_1.html

Y no quiero dejar de citar a otros profesionales que también pasaron por la cabina del Astoria: Riojano que cubría las fiestas de Antero y Marcial, como también Peio Aldazábal que aprendió en el Centro Obrero de Los Jesuitas. Peio, muy buen operador y que creó la Filmoteca Vasca que, por cierto, en sus inicios, se encontraba ubicada en uno de los camerinos del Astoria. Txema Castivia era corre-turnos y que entre el 92-97 estuvo en los multicines y que aprendió mucho de Luis Antero. Txema que estuvo, en los 70, en el Bellas Artes con otro proyeccionista de calidad que también trabajó en el Astoria: Eduardo Miñambres. Así como con Ángel Garzo que falleció en el 2011 y era un operador enorme de la SADE. Eduardo y Txema inauguraron los multicines del Petit Casino. Txema batió un record: proyectando en el Festival de Cine, en la playa de Ondarreta, en un primer ciclo con "Piratas" de Polansky para más de 12.000 personas, según comentó Diego Galán. Había gente hasta en las barcas. Estas dos fotos son del proyector en la playa. Y a recordar a Javier Iturbe con el proyector Victoria 8 y su gran lente que inauguró la Sala 3 del Astoria.

Y un recuerdos a aquella taquillera María Luisa. Reboredo de conserje. Navarro y Varela, elegantes, de acomodadores uniformados. Con el tiempo hubo otros profesionales de sala y entrada como: Carmelo Marcuello, Ángel Lanchas, Juan Mari Ugarte, Federico, "Juanillo"... Y la Pasaitarra Loli García que ha fallecido  hoy 16 de octubre. Compañera de sus compañeros.

EL ASTORIA NOS MERECERÁ MÁS RECUERDOS PROXIMAMENTE.