¿Pero es que aún no se han enterado los guionistas feministas de "Amar..." que en aquellos consultorios, como en el de "Elena Francis", también escribían y asesoraban mujeres?
No escribo ya sobre la serie pero comenté que si encontraba algo ofensivo lo haría. Antes de nada, una pregunta a los guionistas y actores de la serie: ¿Alguno de entre ustedes sale de su estudio de grabación para contar a alcahuetas las intimidades de un programa; poniéndolo a caldo; denigrándolo; humillando el sagrado secreto profesional; ensuciándolo; desvelando sus intimidades, y para contarnos de qué va realmente esa serie de “Amar es…”? Como hacen todos ustedes con el “Consultorio”. Y pregunto no solo a los guionistas sino a las actrices Elvira Arce, Anabel Alonso e Itziar Miranda si, por costumbre, tienden a desvelar los groseros secretitos de una serie, como están histriónicamente interpretando estos días en un remake de “Elene Francis”, para únicamente hacer una burda propaganda feminista que ni se acoge a la realidad, ni es creíble, chirría por todos los sitios y ofende, falseando además la memoria, el trabajo y tiempo de un programa de radio. Están desaforados los guionistas y estas mujeres gritando como posesas ante un programa consultor con el que no están de acuerdo, carecen de dignidad por interpretar semejante bazofia. No tienen alguna autoestima estas actrices; yo como actor me negaría aponer en escena semejante despropósito. No todo vale para cumplir con un contrato y, menos, cuando se está cuestionando la honorabilidad de alguien que fue real y con el que inmediatamente surge la comparación, o se está atacando a la misma lógica como este también es el caso, un actor se debe de negar.
No escribo ya sobre la serie pero comenté que si encontraba algo ofensivo lo haría. Antes de nada, una pregunta a los guionistas y actores de la serie: ¿Alguno de entre ustedes sale de su estudio de grabación para contar a alcahuetas las intimidades de un programa; poniéndolo a caldo; denigrándolo; humillando el sagrado secreto profesional; ensuciándolo; desvelando sus intimidades, y para contarnos de qué va realmente esa serie de “Amar es…”? Como hacen todos ustedes con el “Consultorio”. Y pregunto no solo a los guionistas sino a las actrices Elvira Arce, Anabel Alonso e Itziar Miranda si, por costumbre, tienden a desvelar los groseros secretitos de una serie, como están histriónicamente interpretando estos días en un remake de “Elene Francis”, para únicamente hacer una burda propaganda feminista que ni se acoge a la realidad, ni es creíble, chirría por todos los sitios y ofende, falseando además la memoria, el trabajo y tiempo de un programa de radio. Están desaforados los guionistas y estas mujeres gritando como posesas ante un programa consultor con el que no están de acuerdo, carecen de dignidad por interpretar semejante bazofia. No tienen alguna autoestima estas actrices; yo como actor me negaría aponer en escena semejante despropósito. No todo vale para cumplir con un contrato y, menos, cuando se está cuestionando la honorabilidad de alguien que fue real y con el que inmediatamente surge la comparación, o se está atacando a la misma lógica como este también es el caso, un actor se debe de negar.
Nadie en la historia de un medio ha ido a contar a dos verduleras locas, "Beni" y "Manolita", lo que se esconde tras la trastienda de un programa de radio. En aquella época
no existían comunicaciones en directo con los oyentes en este tipo de programa. Ni nada de lo que estos días se plasma con enfurecimiento, es verídico. Todo es una falsificación de la realidad. La imagen que está queriendo
transmitir, sin alguna sutileza, es que el machismo estaba incurso en aquella
radio franquista y hasta de una virtud, que profesionales se hagan cargo de la asesoría,
se hace una ignominia y se cuenta manipulando que todo era antifeminista y que
se debe combatir con vehemencia desde ese pobre “Asturiano” que es ya una caricatura
de lo que fue.
El programa de “Elena Francis” era muy digno, guste o no desde hoy
considerado siempre en su tiempo. Y de hecho existen hasta estudios sociológicos del mismo. Esas dementes conversas al feminismo más frentista
de hoy, “Manolita” y “Benigna”, no existían en aquel tiempo; son una invención
de guionistas que desean incorporar las mayores barbaridades posibles,
arrimando el ascua oportunista a un feminismo inexistente en aquel tiempo para
trasladar ideología actual y subir esa audiencia que apenas alcanza póbremente ya al 11%
diario.
Es para alucinar que se ha vivido en estos días con el programa
de radio. Las locutoras de todos los programas de la radio en los 60, eran
auténticas señoras. Suponer que en 1.969, una actriz locutora pudiera
comportarse como “Consuelo te consuela”, es una monstruosidad. Ni era el programa tan
machistas y fueron evolucionando con los años, alejándose del nacional
catolicismo e imagen tradicional de la mujer y las firmas del guión eran de
auténticos profesionales. Estos guionistas de pacotilla de “Amar...”. Debían
besar por donde pasaron Juan Soto Viñolo o Isidro Solá. Juan, que falleció hace
unos pocos meses, fue un hombre muy polifacético, escritor, guionista, crítico
taurino y un excelente comunicador por la radio. Y aunque me digan que la serie
plantea una ficción, es un agravio absoluto a aquel programa ya que los datos
coinciden y hacen referencia a él por analogía. Pero existían mujeres de igual modo, señores guinistas: Ángela
Castells, María Castañé y Joaquina Algarn, en el asesoramiento y guión,
curiosamente antes de que llegara Juan Soto Viñolo, en 1.966. “Elena Francis”
era una representación ideológica, poseía un fuerte impacto sociológico y llegó
a convertirse en un hecho del lenguaje; jamás una estafa.
Maruja y Roser
Eso por lo que aúllan
las comadres de “Amar…”, fue una genial creación ficticia de una identidad para
vender un producto y que contó con unas actrices inmensas. Eran la voz hecha carne. Y ni María
Garriga, en los primeros tiempos o la excelente Roser Cavallé ni mucho menos
Maruja Fernández en última época, ni nadie realmente, hubieran actuado
como “Consuelo”. Pensar de ellas eso, sería una zafiedad y un desconocimiento de la realidad absoluto. Es un disparate y está concebido desde una grave adulteración
de los hechos, una malversación de la lógica y de una fabricación de algo inverosímil
para arremeter contra unos tiempos que tampoco son muy diferentes a los que nos quieren meter con embudo unos guionistas
dispuestos a todo con tal de arengar a buenas señoras a ver esa serie que
parece ya la guerra de los sexos.
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