El Régimen del 78, apoyado por toda la casta política, judicial, sus
periodistas y demás aprovechados, es un pasaporte al saqueo de nuestro país. Se
vendió al país y se continúa entregándolo al latrocinio de unos desvalijadores
de los que, con tanto sudor, hemos conseguido trabajando. Todo está consensuado
para su interés político, de poder y gobierno y económico. Sacrificarían a su
propia madre con tal de hacerse con el poder en el Reino de Taifas que es en lo
que, unos vividores bandidos y sus secuaces, han convertido a este país.
En España no hay un sentimiento de unidad; todos estamos enfrentados
porque es la maldad más grande a la que nos han abocado los gobiernos
autonómicos y central. España presa del sectarismo, egoísmo, maltratada,
violentada en sus cuentas corrientes y destruidas sus clases media y baja, lo
está pagando muy caro. No se puede levantar un país así.
En España se pegan pelotazos, pero jamás se gobierna para las
necesidades reales de los contribuyentes. El que sigamos sin un Plan
Hidrológico Nacional es una vergüenza, teniendo nuestras huertas de Murcia, del
Reino de Valencia, el Campo de Cartagena, la Almería desangrada, todo
sacrificado a la indolencia de unos políticos gandules e incompetentes que
pactaron destruir planes hidrológicos para ser apoyados en gobiernos y, de este
modo, así, aupados al poder para seguir delinquiendo. Estos sinvergüenzas,
después de destrozar al campo en estas riquísimas regiones por negarse a crear
infraestructuras para llevar el agua sobrante de Aragón, enfrentan a unos
desgraciados súbitos que, creyéndoles sus embustes e insidias, enfrentan a unos
con otros. Mientras la casta consigue lo que anhela: el gobierno de aquí y el
de más allí.
Mucho más importante que aeropuertos sin utilizar, AVE, Expos y
Olimpiadas para que dejen dinerito en las arcas de los partidos, era un Plan
Hidrológico Nacional. Una secta política que jamás ven, en el Estado, su tierra
a amar, cuidar y proteger además de gestionar. Desconocen lo que es un
sentimiento de solidaridad y necesidad de que a los pobres españoles les
administren su vida en beneficio de la comunidad. Se dedican a arramplar con todo lo que pueden
en lugar de mostrar un apegado sentimiento de pertenencia y respeto a los
impuestos. Y mientras se desbordan ríos por algunas zonas que arrastran en
torrentada todo lo que pillan: ganados, casas, enseres, cultivos, comercios,
vehículos; ningún político hace nada por el trasvase y enfrenta a comunidades
haciéndolas odiarse unas para con otras.
Es triste que alguien se arregle porque el río se ha llevado todo de
más de una familia y burlarse, otros, pidiendo les “den por culo” porque “se lo
merecen”, por “cabrones insolidarios”. Y todos, valencianos, murcianos,
cartageneros y almerienses, terminan por alegrarse del mal ajeno cuando la
culpa es de que ningún oligarca ha luchado por un Plan Hidrológico Nacional y
que ningún presidente del gobierno ha tenido la decencia de llevar acabo.
Jamás, desde antes de la República, España, ha solventado sus más
graves problemas. La sequía. Porque nunca se ha gobernado, se ha robado.La culpa la tienen, hoy, los políticos, de que el
agua que va a verterse en el Mediterráneo por la inundación, abastecería
suficientemente la Cuenca del Segura por un año. ¡Qué lamentable! Y los españoles
despotricando unos contra otros. Prieto y Borrell, décadas después, elaboraron
planes para paliar la sequía levantina. Así como Aznar José María Aznar, que
preveía la llegada de agua dulce del Ebro a las tierras del Sureste, planificando
un vasto programa de infraestructuras aprovechar la propia ribera del Ebro. A
Partir de aquí el impresentable Zapatero, hoy repudiado por muchos ciudadanos
del mundo por su inmundo conchaveo con Maduro, del que se están llevando más de
160.000 euros por cada visita a asesorar al criminal cómo machacar más a los
pobres venezolanos, cuando llegó al poder tras el nunca aclarado 11-M, derogó sin
pudor la obra del Plan Hidrológico, asegurándose la investidura gracias a los
mismos separatistas catalanes, hoy en la cárcel o exiliados, así como al
traidor PSC. Y esa necesidad vital de agua, la obra pública, se desmoronó por intereses
bastardos de castas oligárquicas. Obra financiada en su práctica totalidad con
fondos europeos, que solucionaba la escasez de agua en parte de España y en
especial en tierras de Levante. Aunque Zapatero ideó el Plan de las
desaladoras, con Cristina Narbona, que fueron una absoluta inutilidad. Un timo
y un pelotazo de 9 millones de euros en desaladoras fallidas. Que hoy siguen
costando 445 millones anuales. Cuatro de las diez están sin servicio hoy y las
restantes instalaciones, que se siguen pagando, no son viables por su elevado
coste energético.
Zapatero actuó así, sin piedad, y son responsables todos los que le
votaron y los medios golpistas y periodistas que le apoyaron tras el 11-M; marchando
a las sedes del PP en las jornadas de reflexión. Se enfrentó a la gente, usando
de la dramática carencia de agua, de la sed de una zona de España como una
corrupta baza electoral de unos miserables para alcanzar con los golpistas que
hoy, desde Catalunya se ríen de todo y todos, y a partir de ahí repitiéndose el
“parné” de todos. Fueron los socialistas tan degradantes que se jactaban de no
querer robar agua a nadie para dárselas a otros. Y muchos lameculos les creyeron
y aplaudieron. Robar es lo de los ERE. Aquello era un aprovechamiento mínimo
del agua que iba al mar para hacer renacer fortaleciendo nuestra huerta, hacer
crecer la economía, de todos con todos solidariamente. ¿Y estos nefastos personajes
quieren ser gobierno? Con el estado de Partidos es imposible una regeneración
de nada. Zapatero gobernó gracias a los partidos catalanes, porque si no, no lo apoyarían;
unos partidos hoy financiados por Madrid, subidos al machito y que creían que el agua del Ebro era suya.
Yo soy de Murcia mil gracias por tu escrito., He llorado
ResponderEliminar