ACTORES DEL CAPÍTULO:
MEGAN MONTANER, TITO VALVERDE Y VERÓNICA SÁNCHEZ
Algo de ello conlleva el serial: El modus operandi de muchos crímenes en la España de la llamada democracia, perpetrado tras las cavernas del Régimen; un personaje: el tío "Enrique" muy habitual en la España de los partidos que nunca renunciaron al franquismo ni a sus umbilicales cordones con el sistema anterior y se mudaron de piel tras la llegada de unos partidos a los que, Suárez, corrompió en cuarenta minutos tras una llamada telefónica. En muchos casos no fueron ni la ETA ni otros grupos terroristas, sino los mismos protagonistas del Estado de Partidos que se basaron en grupos terroristas, descargando en ellos las sospechas y la responsabilidad o colaborando con ellos, para salvarse la cara y seguir manteniendo al franquismo sin Franco. Ello no lo va a contar sabiamente una televisión dentro de este corrupto sistema, y poco podemos esperar de ella, pero el atentado terrorista del capítulo fue obra de grupúsculos del anterior Régimen que seguían mandando en este país y que aún continúan.
Todo el capítulo, a diferencia de los anteriores en esta segunda parte, tuvo un buen desarrollo narrativo, manteniendo el interés, que asistimos a la minuciosa puesta en movimiento de los engranajes del poder concentrado en quien lo representa ("Tío Enrique") destinados a poner fuera de circulación a esta persona incómoda que estaba husmeando sobre la vida, negocios y responsabilidad del cabecilla del clan de los Vergel. Tampoco ahonda más en ello aunque sí fue un testimonio de cómo se ha ido haciendo la democracia en este país a golpe de atentado y de sangre vertida desde el poder, desde sus aparatos o comandado desde muy cercanos que participaron en negocios sucios amparados en la falsa democracia.
Es algo que muestra la cara conocida de este tardo franquismo que tenemos con atentados a quienes se oponían a la manera de hace los negocios que es lo que el anterior Régimen corrupto aportó al actual con el que pactó seguir gobernando pero nunca dejando los despachos, los asuntillos y el modo de resolverlos a la manera anterior, de modo oligárquico y sigiloso buscando la financiación personal de clanes y chiringuitos de los nuevos demócratas y sus partidos, que se repartían el dinero, los cargos y el poder.
Supongo que esta serie gustaría mucho en Italia donde además de adorar a Megan Montaner (que en este capítulo es donde mejor le he visto yo en mi vida), los italianos son cultos y conocen aquellas dosis de thriller del recurso del cine político que tuvieron en Italia (Los Rosi, Vancini..) y me gustó en el capítulo cómo la cámara siguió toda la preparación del atentado y la horrorosa secuencia del mismo con una imponente "María" muy bien dibujada, interpretada casi a la perfección por Megan Montaner, que registra una contención y una sobriedad encomiables, para desbordarse por dentro, rompiéndose y creando un personaje muy dificil de interpretar, valiente y que deja un poso de amargura, de impotencia y desesperanza a la vez que un testimonio de dificultad, en cuanto a la dificultad de la venganza, comprometido con la justicia que nos recuerda mucho y para que no se olviden aquellos tiempos de los "desaparecidos", de la "guerra sucia" donde hubo víctimas verdaderas de una guerra entre facciones del poder, en muy extraños campos de batalla y al socaire de las miradas de los súbditos españoles que solo padecían y nada aclaraban.
Pero es pena que con todos estos ingredientes quienes más hacen por la credibilidad y calidad de la serie son Megan, Tito y una buena interpretación de vengadora en la sombra que es Verónica Sánchez. Porque es que de eso que ansiábamos de una "María" cavando la fosa de su corrompida familia, creo se va aquedar en agua de borrajas y ya asoma la enfermedad incurable del siniestro tío que me da mala espina para la consecución de dicho desquite y resarcimiento personal de "María". Aunque todo parezca que va a quedar fruslera la serie, al menos restarán en la memoria esos momentos brillantes de la actriz y esos planos primerísimos de la belleza y prodigio interpretativo de Megan Monatner que aunque no sean suficiente para salvar los capítulos, equilibran el aspecto visual con la historia coja esta, a la que le saben otorgar una estética salvaje y transgresora en cuanto a lo visto interpretativamente. Megan es magnífica. Es curioso que sigue teniendo sus fans en España pero, desde mi humilde visión, en menor número desgraciadamente y creo que es ahora cuando, aunque no sepan dirigirla (lo hace ella sola en ocasiones y se nota) está resultando brava e inmensa.
Megan es una actriz muy seria que ahonda en todos, absolutamente, todos los registros, solventandolos de manera portentosa. Dramática en estos días de "Sin identidad" huye de la gratuidad con la que podía haber realizado su trabajo, en honda y profunda y es una actriz que, sin pedirlo como otras, consigue siempre la complicidad del espectador, haga el papel que haga.
De todos modos aunque algo mejor la serie no acaba de cuajar para mi entender y el final me da que dará al traste con todas las expectativas que son las que mantienen la audiencia elevada. Un factura técnica mediocres, un ritmo irregular que no ha sabido aprovechar el legado que le proporciona esta historia de la porquería en las sociedades que se han ido aparentemente democratizando, con gran miedo de penetrar en esos sótanos de los que sabemos muy poco, descender a sus lúgubres profundidades enmascaradas de gente aparentemente que rigen un sistema representativo, decente e impoluto y con ese fallo en esa absorbencia que parecía iba a mostrar la serie que ha perdido el crescendo donde la primera parte fue más atractiva que la segunda, factores que lastran atención y que hacen derive todo hacia un final abierto a mil ambigüedades.
Quedan sólo ella, Tito (un gran corrupto en la serie patológicamente en perfección interpretado) y Verónica Sánchez. Megan pulveriza mis sentidos cuando le veo actuar y dar el máximo por esta historia que acabará siendo de pacotilla. Aporta unos matices a su muy difícil personaje (algo que ya hizo magistralmente en "El Secreto de Puente Viejo" como "Pepa") que hipnotizan. Es una pena, porque esto otro ya no depende de ella, que los directores de la serie no hayan sabido ese aura de heroína televisiva que hubiera hecho de "Sin identidad" algo a recordar por siempre como ESDPV. Todo se andará porque Megan tiene mucho futuro. Cuando asoma ella en esta su "María" y las fotos lo atestiguan, notas que alguien baj a un sótano, que se te eriza el vello y sientes un frío repentino. ¡Gran Megan! A la que algunos de sus fans y representantes han hecho mucho daño. Siempre aprecié en ella que era jovencísima, muy buena chica, inexperta, adulada por auténticos fanáticos que imponían su único criterio sobre ella y que te desollaban si dabas tu otra opinión tan razonada y honesta como la de ellos, metida en la vorágine y triunfo de ESDPV, muy bien comprendida por Pablo Guerrero, y que las iba a pasar canutas para salir adelante y ella no cesa de trabajarselo. Y aunque este papel no vaya ser el de la chica que jugaba con armas y tenía un bidón de gasolina, es muy loable lo que está haciendo y prometedor su futuro. Nos cuenta sobre la verdad incómoda de las catacumbas de España.
Megan Montaner, una asombrosa actriz de la imagen contemporánea, de la televisión actual más vanguardista, marca un antes y un después en la interpretación moderna. maravillosa que no paras de disfrutar, que tapa los defectos de los demás, que te entrega su papel y lo comparte dándote oportunidad, que te sobrecoge y que siempre deja huella.
PROGRAMA DE BANDAS SONORAS DEL CINE:
OTROS MOMENTOS DEL CAPÍTULO EN IMÁGENES:
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