ANÉCDOTAS DE LOS CINES DE SAN SEBASTIÁN 2

Hoy podemos narrar algunas situaciones que se vivieron o vivimos en el Festival en su cine Victoria Eugenia.

¡Vergonzosas! Situaciones como la que vivió Robert Altman en 1983, cuando, en la proyección de una película suya en el Festival de Cine, "Desechos", vio, desde el palco, un patio de butacas rojo rojo, es decir, vacío. 

¿La causa? Muchos invitados oficiales no asistían, mientras que los pisos superiores estaban llenos de gente que había pagado su entrada. Como hoy, todos los vividores, gratis a costa de pobre gente.  Contaba Diego Galán que, en aquellos tiempos de los 70, el Festival era clasista. Los de sin pajarita entraban por la puerta de atrás. Hoy, los de la Tarjeta Verde,  a veces, por ninguna.

Hay que decir que en aquel tiempo, recordando aquella época desde la muerte de Franco que acabó quitando la categoría al Festival y con premios no oficiales a comienzos de los 80, no había más que broncas. Recordando aquella Edición en la que se produjeron incidentes graves, como en aquel de 1.986 cuando Mariano Ferrer, jefe de prensa, anunciaba que unos pistoleros entraron en la cabina de proyección del Victoria Eugenia, cuando se iba a proyectar matinalmente un filme de Claude Chabrol: "Inspecteur Lavardin".

Recuerdo que era sobre algo más del mediodía, que se proyectaba un corto francés "Fils de chien", cuando luego nos enteramos que unos individuos, pistola en mano, habían entrado en la cabina de proyección, en el piso de arriba del Teatro y se llevaron una bobina diciendo que era un secuestro y que dentro de un tiempo la devolverían. ¡Vaya imagen! El propio Chabrol en una entrevista que le hice en el 97  me recordó la anécdota que la llevaba muy clavada porque él  estuvo en aquel año en el Zinemaldia. Por cierto en aquel año 1.986 estuvo Gregory Peck en la Ciudad y la Concha de Oro fue para  Manuel Gutierrez Aragón por "La mitad del cielo" y la Concha de Plata para Montxo Armendariz por "27 horas".

Proyector Victoria Eugenia Philips entonces  FP 7

Y como anécdotas super curiosas. Vemos a Sir Alfred atravesar la frontera. ¿Por qué? En aquellos años 50 e incluso en los 70, directores, críticos, actores... se marchaban a Francia  para ver cine (¡Curioso!) y comer. Alfred se fue a Bayonne donde decía se comía mejor que en San Sebastián. Recuerdo a aquel crítico, Alfonso Sánchez, que era uno de ellos. De hecho comentaba en la proyección matinal de "La guerra de las galaxias" (1975) que, por la tarde, se iba al médico del oído, Doctor Olaizola,  y después  a Francia.