HARTANDO A LA AUDIENCIA.

Me parece excesivo y malo para la imagen del protagonista "Lucas" y del actor que llevan despidiéndole casi quince días, desde el 6 de enero, y nos están ya hartando. Y es que no tienen mucho que contar. Se despide de todo el mundo, situación reiterada que se hace plomiza. Mejor hubiera sido que le otorgaran ese carácter de figura importante, cuando lo hacían andar como matrimonio bovinamente aburrido y malencarados (con dos actores como Adriana y Álvaro) y de modo malhumorado, desnatándole de su fuerza interpretativa y perdiéndose por entre los platós una presencia que merecía más respeto en ese su trato humano para con los pacientes y no acabar de rematarle con ese ser atormentado, ser amargado, careciendo de lógica ya su papel, despilfarrando la ductilidad y sabiduría de este enorme actor de teatro que es Álvaro Morte. Este guión aburre y quema al más pinturero.

Una despedida coral que ha sido de lo poco salvable de un capítulo que sigue  exudando una falta absoluta de imaginación. Los guionistas se han acomodado a unos esquemas de maldades ya preestablecidos y los repiten hasta la saciedad. Reproducen las mismas historias cuantas veces hagan falta y sólo cambian los intérpretes. Todo ya se sabe de antemano. No hay ingenio o sorpresa. Chistes viejos con caras nuevas. Les va bien, cuentan con una cota de audiencia que sin embargo este pasado lunes fue de un 14,8 % , en las cotas más bajas de su historia. Y la culpa de este desastre es del guión. Hoy ha sido penoso. La conversación en la mesa de "Los Manantiales" ha sido insípida y carente de todo interés. Y me ha sorprendido como de frívolamente ha reaccionado "Hernando" sobre la posible partida y ruptura de relaciones entre "Matías" y su hija. Con una frialdad absoluta, le daba lo mismo, todo en un cenáculo que parecía de rigor mortis. Triste. Y las veleidades de "Beatriz" ya no interesan, contadas así, a casi nadie. Está muy manido y sobado todo y a algunos de los actores se les ve alejados de su papel.

Lo adelantó Adriana Torrebejano en aquellas entrevistas tras su partida. Que "La Quinta" volvía a sus principios. Pero aquellos principios góticos y que ilusionaban han acabado en mostrar un ambiente decadente y muy deprimente. La secuencia entre "Carmelo" y "Severo" era para echarse a llorar. Han Acabado así porque Peidró y sus guionistas les han matado a toda la familia, inluido el servicio doméstico y dejan, posiblemente por embarazo de Aída de la Cruz, un pequeño rescoldo para mostrar, en insufribles escenas, los soliloquios amargados y sin alguna calidad literaria, de unos personajes ya quemados, ante la comatosa "Candela". Si es verdad que estaba embarazada, que descanse, que tenga a su bebé y que se deje de asustarnos por las tardes que parece una difunta macilenta. Es depresivo. ¡Es que no comprendo cómo pueden tener en nómina a estos guionistas! Dejar a la serie bajo mínimos de audiencia, teniéndolo todo como lo han disfrutado. Un equipo de actores maravilloso, entregado y que estaban en sus inicios más que unidos. Hoy me atrevería a decir que se nota algo enrarecido, y está en muy triste retroceso y melancólico declive. La secuencia entre estos dos personajes es una ilustración de lo que digo.

Y ya sobre Selu, es injusta la marginación a la que le han sometido. Este personaje de "Onésimo" lo han cogido para inocular ideología en muchas ocasiones y para restarle importancia y espíritu surreal a Selu Nieto y su grande "Hipólito". A Selu, le trata el guión como un monigote. Y la gritona de su mujer "Sin algunaGracia" (otro error del casting) ya termina de anular a aquel personaje que era como Jerry Lewis y que algunos no conocieron en aquellos inicios de ESDPV. ¿Por qué el guión deja escapar porque, en algunos casos, no les trata como merecen o despiden a enormes personajes como "Mariana", "Lucas", "Sol", "Elías", a "Matías" lo están anulando ... por no seguir con la larga lista y dan chance a malos actores y personajes estrambotes?