LA PRINCESA ESTÁ TRISTE.
LA MUJER FLORERO
¿Qué le sucede a la
princesa? Está apenada y llorosa. Hoy viernes al mediodía regresaba a
casa, atravesaba la frontera, y en la radio del coche todas las emisoras, al unísono,
informaban de la sentencia y de la alegría y tristeza de una princesa que no
había sido condenada a la trena pero sí que se quedaba sin su esposo por una
temporada, ya que a Urdangarín le habían caído seis años. ¡Que pena y que
dolor! No había otra reflexión que contar, todos los medios, como borregos, con
la misma matraca y muletilla compartida. No tiene remedio el capítulo de la
información en España y que nos ocupará muchos artículos a partir de ahora
¡Cómo se equivoca a los
lectores y súbditos de España a través de la prensa! Qué confusión de términos
políticos, malintencionados, para ocultar que, en España, no hay un Régimen
parlamentario; que la Sentencia estaba cantada y que la Monarquía es corrupta
pero además de inútil. Leía que lo que no ha fallado es la monarquía. Es que no
debía de existir un rey como este. Es que no tiene sentido en un Estado de
Partidos como éste, dar cobertura a un Rey para moderar y arbitrar algo que no
controla ese monarca, tal cual es que no representa a un Régimen Parlamentario,
que su deber jurídico legislado en la Constitución no sirve para nada porque
España está enfrentada institucionalmente, ni garantiza pues la unidad y todo
se hace al albur de jefes de partido que son los que alzan su voz en un
Parlamento que es de ellos y para ellos. Y en esta España tan moralmente
corrupta, el rey carece de poder y de arbitraje entre instituciones y toda la
demás corrupción, ahora con esta escandalosa sentencia ya supuesta, es
manifiestamente incontrolable. Lo que ese medio debía de contar es esto, además
de que, todos lo demás: gobierno, todos los partidos, jueces, parlamento… son
la misma cosa. Y como no hay división de poderes y sólo mandan los cabecillas
de los partidos que se apropiaron un día del poder mientras les dure y la gente
refrende sus vomitivas listas cerradas, esperar justicia es un brindis sin copa
y sin nadie a tu alrededor. Es un ejercicio solitario en el que te haces trampa
tú mismo.
Ahora se asombran
algunos. ¿De qué? No el súbdito que es muy listo y certero en sus conclusiones,
sino la prensa de lacayos y sus vividores de comentaristas que se les llena la
boca de saliva pensando que la justicia en España puede tener solamente una
vara de medir. ¡Cómo la va a tener si depende de los aparatos de los partidos y
están todos enfangados en la corrupción moral, política y económica!
No van a condenar a la
princesa triste aunque sea responsable del chiringo a título lucrativo que
montó su esposo y algunos más. Una multa y encima le debemos dinero por la
fianza que puso, casi 100.000 euros más. Sangraron a los ciudadanos sin alguna piedad.
Colaboraron, desde la más alta institución hasta la total connivencia de los
políticos y estamentos públicos. Y todos se callaban y urdieron un plan, hace
tres años en la Zarzuela con el Rey Emérito hoy, Rajoy y Gallardón, para apagar
el fuego y que en esta sentencia ha quedado claro y meridiano.
Se inventaron un
cuento. Ha sido escandaloso, toda la injerencia del poder político y del
silencio de la prensa para desequilibrar la balanza de una justicia inexistente
en favor de la hija de Juan Carlos. Y como España no es un país de igualdad
ante la ley, que la hacen y aplican los mismos para su supervivencia, ni de
justicia equitativa e independiente porque de lo contrario no sería un Estado de
Partidos, ha resultado lo que se planeó con dolo y nocturnidad en la
Zarzuela, ante el silencio de una prensa
que da rubor verla tan pesebrera y parásita. Porque se ha venido callando de
esta operación apaga-fuegos de las evidentes pruebas de su culpabilidad.
Responsable: el fiscal Pedro Horrach, que nunca quiso imputarla porque no veía
algún posible delito. Responsable: Cristobal Montoro, que la exculpó del más
que evidente fraude fiscal que trazó la Infanta con dolo y conocimiento, en
contradicción con la persecución fiscal de la mayoría de los súbditos de
España. Y todos: fiscal, gobierno, papá Juan Carlos y la Hacienda nunca
quisieron verla sentada en el banquillo, que si lo estuvo fue por el Juez
Castro hoy decepcionado con una Sentencia que la considera una ingenua mujer
florero, o sea une femme potiche.
La princesa siempre
contestó con evasivas y haciéndose la loca que nunca se enteró de nada. Y no
convenció al Juez José Castro. Fue un montaje del gobierno y demás
instituciones. Decía que firmaba el autoalquiler de su palacete de Pedralbes,
por ingenuidad, sin conocer que se encontraba en la empresa "Aizoon". De lujo. La
ingenua perversa. Como tantas sentencias en este país corrompido, el 11M por
ejemplo, deja muchas incógnitas y se huele la mano putrefacta del Estado de
Partidos y de sus palmeros y demás instituciones. ¿Quién va a creer que tu amor
va a firmarte los papeles del delito sin beneficiarse de una actividad, sin
suponer algo reprobable, hoy ya sentenciado como delictivo, porque el amor
mueve corazones y nubla el espíritu? Nadie. Todo es un montaje del PP, del PSOE
y de querer contentar a un Rey impresentable e inútil constitucionalmente tapar
todas las responsabilidades soterradas en esta sinvergüencería sin límite, una
más. Y por supuesto, la colaboración de todos los partidos, que siempre palmean
a la monarquía la cual, para ellos, aunque es innecesaria e inútil, les es
vital para seguir en los cargos y en el consenso antidemocrático, que es una
virtud de oligarquías que se apropian del poder. ¡Y a vivir mientras nos
refrenden las listas!
No tiene remedio
España. Y las funciones del actual monarca son las mismas: ninguna; porque su
principal deber jurídico es mantener unida una nación que se encuentra
enfrentada: Nadie del espectro político será sensato y objetivo, justo, en la
apreciación de esta sentencia que ideó el Estado de Partidos porque les va en
ello su supervivencia y reproducción a
costa del sudor de pobre gente, tratada como desgraciados imbéciles, que no tiene
la misma igualdad entre unos y ellos y con una Hacienda y un Banco de España
que son un escándalo internacional al servicio de las oligarquía de los
partidos. Sin más comentario.
No se puede decir más alto y claro
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