Se cortaba la tensión. Esta secuencia, brillante, teatro magníficamente filmado y que tiene el enorme valor, al margen de sus cualidades cinematográficas, de ser probablemente la última secuencia coral que reunirá a esta familia con "Alonso". A partir de mañana, "Marta", se va de casa y puede ser denunciada por "Alonso" por abandono de hogar; delito que, en el franquismo, podía conllevar pena de cárcel.
La frase que aún resuena de ella es "cuando me casé", "Alonso no era así". Sí lo era; lo fue ya en su anterior matrimonio y sólo se ocultaba tras una máscara de cinismo que le permitía hacer creíble un amor tan vacío como lleno de malas intenciones tenía su cerebro. Engañó a esta pobre "Marta" por obtener la fábrica y su patrimonio. Los espectadores lo íbamos viendo, como "Jaime", pero ella tardaba porque le quería y tenía dificultad en aceptar lo que, cada día, era más evidente: los planes para hacerse con el patrimonio de esta buena familia y encontrar una posición que le permitiera dar el salto de aristócrata decadente a Yupi urbano y trepador dentro del esquema que el OPUS estructuraba socio-económicamente para dar imagen europea y competitiva de España al exterior.
El final da pavor en suponer lo que va a ocurrir. Yo creo, y os pregunto a vosotr@s: ¿ Si creéis que alguien acabará matando a este insalubre enemigo de la gente trabajadora, estafador desvergonzado y torturador de su esposa. Un parásito impotente sin más alma que las garras de una alimaña dispuesto a despedazar a cualquiera que le entorpezca en su camino.
Una reunión repleta de momentos con diálogos tirantes, de pullas, de cinismo en él y de sufrimiento en una mujer que sabe que ahí está acabando su matrimonio. Ya la situación es cortante y nada es lo que pretenden parezca. Hasta "Bruno", en su `primera experiencia con el alcohol, vomita y es la excusa perfecta para marcharse los "Novoa" y poner fin a semejante farsa de tirantez en una cena forzada y embarazosa.
Un momento en el que se reflejan todos los estados anímicos por los que han pasado los "Novoa" y los "Nuñez de Losada", convertido en un drama en el que viven la pareja de casados, narrado con absoluta lucidez e impecablemente filmada toda la secuencia. Y como en todo a lo que estamos asistiendo, en la cena, siguen confluyendo las mentiras estafadores (los dividendos astronómicos que "Alonso" sigue prometiendo a Félix"; Las dolencia y decepciones profundas de una madre que publica en viva voz que su "hijo Alonso" quiere vender la finca, entre copazos, lucidez alcohólica y mucha amargura pero que se la come porque es madre al fin; la llegada de "Jaime" y el enfrentamiento verbal entrambos, de un rencor y mordacidad contenida que ha sido lo mejor del capítulo; la adolescencia de un "Bruno" que va quedando atrás, como es familia que nunca más se reunirá al completo y que entierra parte de su pasado, y prueba su primer alcohol en un momento que es triste porque, el niño, pronto dejará de serlo ya.
La situación de incompatibilidad absoluta entre los dos esposos que se miran a la cara como extraños que no se reconocen; una mujer que ha perdido todo amor y un hombre que, cínicamente, ya está preparando para una agresión que puede llegar de un día para otro; un diálogo entre ellos repleto de reproches e inquina en él, en ella con esas miradas que lo dicen todo y resumen un final profundamente tristes, protagonizadas por Mariona Ribas.
Una " que intenta disimular Alba" su situación de angustia ante el embarazo, que también está dejando atrás su adolescencia y un dialogo entre "Rosalía" y "Ana María", cara descubierta ya, con canapé de por en medio ofrecido pelotilmente por la "Marquesa" dentro de ese tono ya crepuscular donde todo está queda al descubierto y nada es lo que fue que pudo ser dichoso y ha acabado tan desdichado en este final del que habla la secuencia. Después de esta cena, las cosas ya no serán como prometían poder haber sido. Cada uno se ha perdido a sí mismo.
¡Que poco diferente a la actual era aquella sociedad! Es la última secuencia de algo que pudo haber sido parecido a la felicidad y la armonía entre estas familia. Un excelente momento claustrofóbico y asfixiante de lo bueno que uno ve en televisión. Enrocados en un final de etapa en el que habrá que redefinirse. Un universo que recuerda al mejor Borges, dentro de un trabajo impecable de actores y de una planificación metódica de este momento coral que aprovecha al máximo los espacios y los encuadres.
La última cena de "Alonso"; uno de los de siempre que se encontraba en un imaginario alto y siguen estando. Uno que intenta evitar lo inevitable con una cena fingida de familiaridad y que acaba clavando su final, con su inevitable su insolencia, irremediable locura y mucho de su egocentrismo.
Estupendo articulo y lo clavas. Es que es la ultima vez que se reúnen todos juntos.Y si te digo me da pena que porque veo que llega el verano y las tramas se acaban. Magnífico tu trabajo
ResponderEliminarSiempre ese toque político y romántico que le das. Es increíble como escribes. Un abrazo.
ResponderEliminarEsta totalmente loco Alonso y creo esta preparando una de aupa. Mañana veremos
ResponderEliminarMe gusta leerte aprendo mucho. Y escuchando tu programa mas aun . Un beso y muchas gracias
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