LOS TRES PADRES DE "NURIA"

Retomamos estas crónicas vespertinas de una serie que está ya superando a otras paralelas, en número de espectadores fundamentalmente y por su indudable enganche y calidad. Y conste que me da mucha pena el enorme bajón de "Puente Viejo" que no se lo merecen sus espectadores. Ya "Amar... " le supera en número de espectadores en algunos días.

A mí me ha encantado todo lo que ha sucedido en la librería; con la cieguita, "Bruno" y sobre todo entre esa ternura que ha brotado de una profunda querencia paternal entre "Nuria" y "Benito". Y es un capítulo importante y emocionante en la medida en la que se cierra el círculo de desenmascarar a un estafador "Alonso" que está robando a todo el mundo pero con la confesión importante, hecha por su esposa, que "Marta" le ama muy a pesar de todo y de descubrir cada día que le ha robado un poco más. Y esperemos a que se entere que ha "desplumado" a su propio padre. Por cierto, parece ser que en aquella época, tan parecida  a la actual; ya el ministro prometió a los evasores, en su investigación de Hacienda, el perdón y una multa si traían las divisas evadidas, evitando de este modo la cárcel. Hoy lo han hecho todos, políticos, banqueros, empresarios, descapitalizando al país y, curiosamente, al impresentable  y sangrador del pueblo Montoro, se le ocurrió lo mismo pero sólo para los empresarios. Un Montoro que acabó perdonando a autonomías sus deudas, a las Comunidades sus intereses, a Aznar, a Monedero y a muchos políticos y clanes familiares de estafadores apegados al poder y ni tan siquiera multó a unos pocos que trajeron parte del dinero en evasión.

Cada secuencia entre "Blanca" y "Bruno" me encanta cada día más. Ese roce, ese palpar de la ciega el rostro de un "Bruno" en el séptimo cielo, la primera experiencia erógena y sentimental ha calado muy hondo; como ese recurso a lo Chaplin en "Luces en la Ciudad" de mentir a una invidente porque no se le quiere decepcionar ante la condición de quien se encuentra fantaseando ocultándose tras las corneas apagadas de una buena chica que ve de otro modo, pero cuela en principio. Para mí, Tábata y Óscar, están sublimes en la naturalidad de una relación preciosa que puede llegar muy lejos. Es tan accesible esta relación, tan atemporal, tan tierna y que hace brotar en el chaval los más bellos sentimientos y fabular gruesas mentiras. Miente por amor. De todos modos creo que "Blanca" intuye o sabe la edad y el bachillerato de "Bruno". ¡Es muy lista!

El regalo ha sido precioso. Momentos para ser vistos con el corazón, una televisión que mueve risas y lágrimas, emociones, todo con esa entrañable ternura y emotiva inocencia. La secuencia del libro ha sido un cóctel de sonrisas y emoción que me hacen sacar las lágrimas, dentro de esta historia platónica de "Bruno" y "Blanca".

La estafa continua su curso; un "Alonso" cercado ya; descubierto de todo el trapicheo y latrocinio que está montando (hoy, hemos descubierto que ha robado hasta el dinero de "Haussman" destinado a la "Fundación"); los acreedores quieren su dinero pero es que la estafa de "La Pirámide" no permite ya desembolsar el capital porque ha ido a pagar intereses y al final ni intereses ni patas de jamón; el capital se acaba al no conseguir nuevos "palomos" que aporten más fondos. La secuencia del iluso "Félix", entregando 8 millones de pesetas más, ha sido demoledora. Pero "Marta" aunque ha descubierto que nada ha resultado como esperaba y que se casó con un cínico monstruoso y un canalla, le ama. Las mujeres son grandes; explotan emociones y romanticismo y aman a los hombres aunque sean unos crápulas pensando pueden cambiar. No se el final. Me da que "Alonso" se va a escapar con todo el dinero.

Secuencia preciosa la de la barriguita y el niño dando pataditas. Y la pregunta de la tarde: ¿Está embarazada "Alba?

La secuencia entre "Benito" y "Nuria" ha sido lo mejor de la tarde. Otro padre para "Nuria". Parece como un magnífico cuento de Navidad reencontrar entre los anónimos  a quien tanto te quiere y apoya en tu soledad. "Benito", aunque es ateo, es un buen sacerdote que escucha al hombre por el hombre y no para ganar méritos ante Dios como hacen los peores curas. El abrazo ha sido terrenal y humano, de una padre para con su hija atribulada. Como dura ha sido la secuencia del trato que "Nuria" a su padre biológico. Es difícil que uno rechace a su padre, marido de su madre, al enterarse que no era su progenitor. Un momento ente "Nuria" y "Benito" lleno de sentimiento y reflexión sobe el sentido trágico de la vida y las casualidades que brotan casi mágicamente dándonos la sorpresa e indicándonos que no estamos tan solos como pueda parecer y que siempre hay gente buena. ¡Ha sido tan cálido, tan bonito y tan humano!

Importante capítulo porque ya va desmadejando el ovillo sobre el inminente final de Alonso" y con remate en una secuencia portentosa, ver a la "Marquesa", una soberbia María José Goyanes,  pedir perdón a una mujer, "Rosalía", que me está resultando antipática a pesar de reconocerle en su calvario. Es un personaje que no logra mediar en favor de una situación de equilibrio; es agria; está desquiciada" aunque esta tarde se ha alegrado del triunfo de "Nuria" y ha habido un pequeño intento reconciliador entre ella y "Félix", me ha parecido y los he vuelto a ver algo unidos, gracias a esa hija del marido que es un solete. Pero "Rosalía" no termina de enganchar, tal vez por su intolerancia que yo comprendo. Ana Torrent está espléndida por otro lado porque da tantos turbios relieves y sutiles ambigüedades a su personaje que me inspira mucho.