CRÓNICAS MUTANTES: UN PEDRO SÁNCHEZ SIN EL MÍNIMO SONROJO

Nadie le acosa. Se han creído tanto sus propias mentiras que, ahora, se sienten como las pobres mujeres que lo son de verdad, acosados. Usar de algo tan fuerte como es el acoso, para llamarse víctimas de los demás que les impiden ganar las elecciones.
Intentar, desde un partido socialista, pactar con Podemos y escarbar en su electorado, buscar en su espacio, haciéndose más podemita que Iglesias y más cara dura que Monedero, es la defunción del P.S.O.E. Los tontos ya se han acabado. Que se lo pregunten a esos socialistas vascos de siempre que votaron al PP y PNV en las últimas elecciones. Que se les ve por los batzokis ahora, en pueblos de Euskadi. Y los que les quedan, aunque van diciendo que son de Patxi López, son del sol que más calienta ahora.

Es lamentable Pedro Sánchez, no sabe ya que inventar para rapiñar los votos de los humildes de España. El representante de un  partido que, con Zapatero, recortó de media la cuantía de las pensiones entre un 10% y un 20%. De hecho, ya la máxima gracias a los socialistas, los nuevos jubilados se irán este año por primera vez como media con el 70% de su último sueldo, frente al 80% vigente durante la crisis, debido al recorte que marca la reforma de pensiones impulsadas por el PSOE y PP, en 2011. La llamada Ley de Modernización de la Seguridad Social, de aquel año, ha conseguido que en 2018 la reducción de las nuevas pensiones sea ya del 10%, la peor tasa de reemplazo desde los años de crisis.

Pero a este individuo desvergonzado políticamente, sin escrúpulos con tal de llegar al poder, que propone descabelladas soluciones improvisadas entre sus enfermizas ocurrencias, habla del impuesto a la Banca como si nada, que olvida muy interesadamente que El Fondo de Reserva de la Seguridad Social tiene 15.000 millones menos de los que debería porque el PSOE los usó para fines que no debía, maquillando chapuceramente políticas; hoy, nos salta con que el sueldo de los políticos suba como las pensiones: un 0,25%. ¡Mejor que no hubiera dicho nada! Si alguien refrenda la lista de este vividor que usa de semejante necesidad vital en un enorme colectivo de jubilados desfavorecidos, casi en la menesterosidad, con semejante argumento y para llegar al poder y pactar con Podemos; un sujeto que cobra netos al mes 4.134,33, 14 pagas, 102.273,22 bruto anual, un 28% más que Rajoy; si alguien le cree y vota, merece morir en la indigencia. Espero comprendan ustedes que, todos los que van a votar listas cerradas de oligarcas, han hecho ricos a estos descastados y a sí mismos, muy pobres. 

Es que ni su partido ve dinero. Entrega al año una cuota de 84 euros. Es de auténtica vergüenza que un inútil desvergonzado de esta calaña se lleve ese dineral y se aloje manifestándose al lado de tanto pobre que ha exteriorizado su protesta ayer en Madrid o resto del Estado. Que en su vida ha trabajado en empresa privada, y que no sabe hacer la O con un canuto.  Y más escandaloso que proponga, jugando con la pobreza de los que han levantado este país, sobre esa cantidad millonaria que cobra, subirse un 0,25 como si fuera equiparable aplicar un mismo porcentaje entre cinco mil euros escasos de viudas por ejemplo al año, con los diecisiete millones que cobra él.

No sé ni cómo no le detienen por burlarse de las víctimas de todos estos necesitados: Los pensionistas y jubilados. Es que no se debe ir a votar a ninguno. El PSOE, en concreto que esta tarde nos ocupa, que dice va a solucionar las pensiones y que no firmará presupuestos con quien las baja (o sea él mismo), se lleva anualmente casi cincuenta millones de euros de fondos públicos. ¿Qué va a resolver este partido a algún jubilado?  Si trabajan para el Estado y de él cobran. Y dice estar “tocando poder”, convertirse “en la primera fuerza política”, que “ganarán ya las municipales”, un espanto si surge de la tumba otra vez este partido sin escrúpulos que de la indigencia de los pensionistas infelices e infortunados, robados por el Estado de Partidos, de ello, miserablemente hace reclamo electoral. ¡No voten a ninguno! ¡Échenlos! Con su absoluta indiferencia. Lo que más aterra a la casta política es que las urnas están vacías el día del refrendo.

Cualquiera que dé un voto de confianza a estos oscuros poderes no sólo se equivoca sino que está retroalimentando a una bestia parda cuyos tentáculos nos son incognoscibles. Hasta dónde puede llegar la perversión de este sistema de Estado de Partidos, creado para ellos y sus camarillas. Hay dos parámetros que no gustan nada al Estado de Partidos: la abstención y las personas y periodistas dignos.