Dos enormes capítulos plagados de referencias cinematográficas,
excelentemente interpretados y que han levantado la moral a los espectadores
que siempre han buscado algo más que alcahuetería en una serie decana y de lectura costumbrista.
“Amar es para siempre” es una digna ficción con sus altibajos pero interesante.
Este año el mensaje feminista la desvirtuó bastantes, suavizado en la
actualidad, porque ni se corresponde con la época y sólo responde a demagogia
para buscar audiencia entre el público femenino, tratando de implantar el hoy radical
al ayer que despuntaba en igualdades y derechos sin confrontación. Enorme Fernando Cayo en estos capítulos, como Javier Troncoso, Sonia Almarcha, Jacobo Dicenta, Juan Fernández, Vicente León/ "Vázquez" (que me emociona mucho cuando me recuerda tanto a la voz de aquel actor de doblaje: Víctor Orallo, que hemos recuperado su voz milagrosamente) que ha asomado en el adelanto para mañana y ese inmejorable "Olivier Canet" que es un engreído cuisinier interpretado maravillosamente por Xavier Niacise. Y María Adánez siempre digna en su papel y Manuel Baqueiro que cada día se parece más, en voz incluso, a "Gila".
Dejé de escribir y de vez en cuando, siempre que tengo tiempo y me
interesa el capítulo, vuelvo, asomo como el Guadiana. Yo estaba muy a gusto el
pasado año publicando y se respetaban mis opiniones pero y siempre lo he
denunciado, comenzando por alguna administradora de algún muro, que jaleaba
incluso a fanáticas, se me empezó a insultar, llegando ya a palabras mayores. Una
señora mal encarada, que se pensaba podía censurarme, que me trataba de “menda” para arriba y lo
siguiente, cuando hacía un año me pedía escribiera sobre la serie en el tiempo
del “Marqués”. Y prohibiéndome, hoy, escribir sobre política o feminismo aunque
la serie lo arrastrara. Es peor, aleccionándome sobre qué y cómo debía o no
escribir. Por ejemplo, mis opiniones sobre la serie eran intolerables por
puntillosas, por criticar a personajes o sólo por dar una importancia que no
debía porque a esa señora no le parecía que debía de tomarme en serio la
crítica de algo no tan grave y sólo pasatiempo. ¡Menuda joya! Yo nunca he
pretendido que se esté de acuerdo conmigo, pero un respeto, sí. Pero estaba muy
cómodo y a gusto escribiendo sobre esta serie que es un poliedro de muchos
prismas de una época, algunos desconocidos para la gente de hoy, un
caleidoscopio de historias entrañables y ácidas que siempre llevan un poso
ternurista y sociológico de aquel tiempo que se ha estudiado muy mal. Pido
disculpas a los que les gustaban mis escritos, ellos no tienen la culpa de que me
fuera o de que se permita a dictadoras llevar muros sobre comentarios de una
serie que es eso, una serie, para divertirse y criticarla.
El psicópata ha caído de momento, sorpresa enorme con la aparición de “Samuel”,
el bueno y educado Javier Troncoso, cuya entrada en la iglesia, salvando las
diferencias, recordó a aquella secuencia de aquel “El Secreto de Puente Viejo”
que me hizo descubrir a la hoy acabada
ya como actriz, Megan Montaner, “La Pepa”, cuando volvía de su viaje y descubría a su
amor “Tristán” que no eran hermanos. Secuencia vitriólica de un ESDPV del que comentan,
hoy no sigo, que es un puro engendro de estirar un sin-guión, lo más sorprendentemente
casposo, hasta que dure. Pero cuando “Pepa” fue grande e irrumpió como “Samuel”
en la iglesia, era importante e impactante aquella serie. Y su remake de estos
días en “Amar es...”, muy bien logrado. Y eso ha sido Troncoso entrando en la ermita,
la respuesta fermentada hacia un engaño y unos delitos para taparlo de este
monstruo demente y perturbado que no sabía dónde esconderse en medio de la
sorpresa y de su realidad psicopática al descubierto.
Me ha gustado de estos capítulos, y en las fotos que expongo, en
algunas se observa, en la estética de composición de circunstancias, ese aire de grupo impactado y atemorizado por
la noticia, expectantes ante tal vez un peligro que les acecha, muy al estilo de los filmes basados
en novela policíaca de Agatha Christie o de Poirot así como de filmes de Alfred
Hitchcock. Y me ha gustado.
Tiene mucho, la secuencia entre “Marta” y “Carvajal” sobre eso de la
amistad y de la necesidad del uno y el otro en el proyecto contra “Ortega” y de la presidencia del Círculo de Empresarios, aporta
referentes de “Casablanca”, entre Bogart y Claude Rains en la secuencia final.
La bronca en el exterior de la pequeña iglesia es de “El Graduado”. Y por
supuesto de “Cabaret” en esa secuencia que restituye a Itziar Miranda y a
Anabel Alonso una dignidad perdida entre el guión de sus personajes, cada día
más odiosos y repelentes. “Life is a cabaret of charm” ha conservado intacto el
encanto y el ambiente chispeante y descocado de un típico local nocturno de
espectáculos en el Paris de la folie, descarado, procaz y rococó, presentado en chanza
calienta braguetas como una alegoría de la alegría ruidosa sin prejuicios, y la
evasión de los problemas de la vida diaria. Gran momento.
Y ¿Qué decir de “Canet”? El amanerado
y mostachudo chef cuisinier, franchute a su bola, sólo le faltaba meter su
amariposado bigote cepillo en el plato, usurero y plagista que nos ha salido de
entre comidas exquisitas que son un engaña bobos para pretenciosos, cuando la mejor cocina es la no apta para
modernos postizos. Una nueva cocina que ya se gestaba, un bluff mediático de
una vanguardia, un pufotimo de caraduras y un think tank de la cocina, un
comecocos de negocios de hostelería. El fin de esta innovadora comida caca, era vender sus productos y sus servicios, por
el que te cobraban ya un ojo de la cara y parte de otro y de paso, te forras
cobrando a empresas que se quieran promocionar. Cuando los callos a la
madrileña o las croquetas de “JonVaine”, para el paladar, son lo más delicioso
de la gastronomía de toda la vida, y más barato. Gran lección al estilo del “Gran
Restaurante” de Luois de Funés. Como en este filme, los actores y el guión no
han hecho cocina o alta cocina sino alta comedia muy del estilo cinematográfico
de los 60.
Magníficos todos los actores, muy bien dirigidos y secuencias casi
perfectas. Y ahora la gran incógnita: ¿Qué preparará “Ortega” con “Vázquez” y
tal vez “Tuñón para sorpresa nuestra en próximos capítulos? Pero ella será ya
otra historia. Volveré algún día pero ya sabéis que los chismes no me van.
Se te echa mucho de menos comentando la serie. Un beso
ResponderEliminarEn serio?
ResponderEliminarEso de feminismo radical no me gusta en absoluto eh. La lucha actual no tiene nada de radical, solo las violaciones son ejemplos de todo lo que queda por luchar.
ResponderEliminar