martes, 1 de mayo de 2018

AQUELLOS CINES DONOSTIARRAS 1958 EN TAL DÍA COMO HOY JUEVES 1 DE MAYO


San Sebastián contaba en aquel año con 11 cines. Fue el tiempo de "La Vuelta al mundo en 80 días" y de "La violetera". Colas inmensas para poder ver aquel primigenio cinemascope de 2.66:1, más estrecho que el actual, en el Príncipe, el filme de Michael Anderson con David Niven y en el Miramar, ubicado por frente al Príncipe,  para seguir a Sara Montiel en su aquel último filme en 1.958: "La violetera" de Luis César Amadori.



                      LENTE ANAMÓRFICA CINEMASCOPE. HABITUAL EN LA SADE.




                                                           SAN SEBASTIÁN 1.958







El 6 de abril de 1.958 se estrenaba este filme en pantalla gigante, tres años después de haber estrenado, un 9 de marzo de 1.955, en estereofonía y cinemascope "Los caballeros del Rey Arturo". La foto de arriba que abre esta crónica es de aquel día del estreno de "La vuelta al mundo en 80 días".



                                                          Cabina proyección Miramar.


                                                      Aquel día en la cartelera donostiarra:

Actualidades: "Vacaciones en Roma". Bellas Artes: "Hablemos de amor". Kursaal: "La noches de Cabiria". Miramar: "La Violetera". Novedades: "Sin tí todo es tiniebla". Pequeño Casino: "Sinfonía en oro". Principal: "Maravilla". Príncipe: "La vuelta al mundo en 80 días". Rex-Avenida: "La pícara molinera. Trueba: "El vendedor de felicidad". Victoria Eugenia: "Mi mujer es doctor".











                                                                         EL MIRAMAR



                      ANTERO Y PEÑA PROYECTANDO EN EL "MIRAMAR". 

Modelo Proyector Supersond modelo 1.942 Ossa








                                                                      EL PRÍNCIPE


                                 COLA PARA VER "LA VUELTA AL MUNDO EN 80 DÍAS






                                                          ¡AQUEL PRÍNCIPE!





PÚBLICO  QUE ASISTIÓ AL ESTRENO






                                       PROYECTOR ERNEMANN V Y CABINA PRÍNCIPE



CRONO DEL ERNEMANN Y LINTERNAS DEL PRÍNCIPE





                                               LINTERNA OSSA DEL PRÍNCIPE


                                                              EL PRÍNCIPE





LAS VOCES QUE SE ESCUCHABAN EN LOS CINES DONOSTIARRAS EN MAYO DE 1.958


AUDREY HEPBURN EN "VACACIONES EN ROMA.



       CARMEN MORANDO ¡EN MEMORIA! PRIMER DOBLAJE DE ESTE FILME

La Voz de Gina Lollobrigida, Jennifer Jones, Norma Shearer, Rhonda Fleming, Elizabeth Taylor, Elsa Lanchester, Capucine, Deborah Kerr, Jeanette MacDonald...




Carmen nació en Madrid en 1.907. Falleció en julio de 1.996.

Hacia finales de 1945, fue fichada por Hugo Donarelli para sus no menos mí­ticos estudios de Fono España en la capital. Nada más llegar, realizó otro de sus doblajes bandera en aquella época, la JENNIFER JONES de "La canción de Bernadette", doblaje e interpretación desafortunadamente desaparecidos y que sólo cabe imaginárselos en la memoria. Con la actriz americana, obtuvo Morando otra simbiosis que ninguna otra de sus compañeras superó con dicha actriz. Destacan también sus doblajes a la Jones en el primer doblaje de "Estación Termini" en Oro Films y ya en los tiempos de Audio Films, en otro tí­tulo emblemático, "Adiós a las armas", posiblemente su último doblaje estrella, allá por el año 62. 
Carmen Morando tení­a una de esas voces que cautivan desde la modestia, que enamoran desde la discreción. Seguramente fueron esas condiciones las que la empujaron a doblar a grandes protagonistas femeninas desde los comienzos de su carrera. Ejemplo de esto es Gene Tierney en el primer doblaje de "Laura", Jennifer Jones o Janet Leigh (impresionante en "Los vikingos", al lado de Douglas/Baltanás, Curtis/Prada y Borgnine/Sánchez). Para nuestra satisfacción, por lo menos para la mí­a porque Janet Leigh es una de mis debilidades desde siempre, hemos podido escucharla doblando también en pelí­culas como "El mensajero del miedo", donde aportó serenidad. Sus registros podí­an ser variados: ahí­ tenemos el divertidí­simo papel que desempeñó en "Testigo de cargo" doblando a Elsa Lanchester, o el de Ruth McDevitt en ese clásico infantil que es "Tú a Boston y yo a California". Alternaba con facilidad personajes protagonistas y secundarios, siendo para mí­ muy especial el de Elizabeth Taylor en "Gigante". La grandeza de voces de la época no nos plantea siquiera la hipótesis o sugerencia de un cambio de ciudad, porque nos creemos tanto a Morando, Acaso y Baltanás como hubiéramos hecho con Jofre, Soriano y Cano. Ojalá en muchos casos pudiéramos decir lo mismo. Ojalá la gama de voces llegara a acercarse a la mitad de aquel glorioso entonces. 


La carrera de Morando empezó su lento declive en la década de los 60, y no por una deterioración de su voz o una pérdida de sus aptitudes actorales, sino por incomprensibles decisiones que se tomaron en Audio Films-Fono España. Tal vez se equivocó, quién sabe, yéndose con Arias a Fono España, en vez de quedarse con Paco Sánchez en Exa, cuando éste cambió el sello de Oro a Sago en 1960. Pero esos entresijos, o el porqué de determinadas decisiones quedarán para la mayorí­a de nosotros como una incógnita indescifrable. El caso es que en Audio Films-Fono España, Mireya siempre fue la actriz número 1 y Morando la número 2, por lo que probablemente fuera perdiendo poco a poco interés y al cierre de los estudios en 1968, optó por retirarse. Desconozco cuándo murió, aunque gracias a esos milagros que a dí­a de hoy aún hoy suceden, algunos de sus trabajos no han sido borrados y puede permanecer inmortal para aquellos que valoramos el esfuerzo de los maestros del atril. Y Morando lo fue. Tal vez por que consiguió lo que ella denominaba "la difí­cil facilidad". Facilidad con la que consiguió que alguien, en principio nada amigo de los versos de Shakeaspeare, como es mi caso, se incorporara en su sillón entusiasmado y ensimismado ante el sentido que la voz que surgí­a de la pantalla le estaba dando a unas palabras, palabras que en boca de otra le hubieran pasado tal vez desapercibidas. Ésa es para mí­ la magia del doblaje, del buen doblaje se entiende.

2 comentarios:

  1. Que grandes recuerdos el Príncipe no olvidare jamás. Gracias Iñaki por esta maravilla de artículo

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  2. Mi madre ha llorado cuando ha visto el cine en foto. Me dice que muchas gracias José Ignacio y muy bueno tu artículo sobre Odón.

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