MISTERIO EN JAI-ZUBIA. EL CASO DE JOSÉ LUIS DEL VAL

Fue justamente cuando despuntaba el 1 de enero de 1.991. Nunca ya más se supo de él. José Luis del Val Flaño de Pasaia (Gipuzkoa). Un caso enigmático, desesperado de desaparición, que acaeció años antes de que se inundaran de luto y dolor las familias por la encadenada desaparición de chicos y chicas que jamás volvieron. Nunca le he olvidado y desde que desapareció  de un modo muy extraño en aquel comienzo de 1.991 no hay día en el que no me pregunte sobre lo que le pudo suceder. Y si aquel caso tuvo que ver con los que hoy nos aterra, desapariciones, violaciones, sadomasoquismo, sin que el cuerpo asome ni sepamos nunca más de la persona y de lo que sucedió. Llegan mis sospechas sobre crímenes sexuales, rituales que por tratarse de comienzos de la década de los 90 pudo ser uno de los que dramáticamente abrieron lista de aberraciones cometidas contra personas que quedaron en el olvido o al menos sin aclarar jamás. Nunca más supimos de él.

José Luis desde niño era una persona sorprendente. Imaginativa. Era enigmático  y genial. En su conversación, con pocos años, acometía temas de aeronáutica, política de bloques, especial incidencia en el espacio que se estaba intentando ya conquistar, disertaba sobre misiles rusos y temas esotéricos, Gagarin y la luna le venía muy cercana, casi que la conocía. Misterioso en verdad. De adulto y casi también desde temprana edad fue un hombre dotado para el espectáculo de manera soberbia. Gesticulante hecho del mimbre de casi un modelo de hombre espectáculo. Llevaba una vena de actor que la mostraba sin algún atisbo de cortedad en manifestaciones teatrales, lúdicas, en eventos festivos de carrozas en su pueblo y alrededores, jovial y dicharachero y que como a tal se le recuerda. ¡José Luis! ¿Qué sucedió?

Tenía 39 años cuando desapareció aquel día 1 de enero de 1.991. Vivía en los últimos siete años en Barcelona, representante de una empresa de una firma de cava. Se encontraba en casa de sus padres, Jesús y Ángeles, en Pasaia, aquel 1 de enero, cuando salió de casa al atardecer, despidiéndose para ir al cine. Aquel día se proyectaban filmes como “Presunto inocente”, “Ghost”, “La escalera de Jacob”, “Pretty Woman” o “Regreso al futuro III”. Alguien dice le vio ya entrada la madrugada hacia el día 2, circulando con su vehículo, un Alfa Romeo 33 , matriculado en SS, por la calle San Martín de San Sebastián y acompañado de otra persona, un hombre en concreto. Poco más ya se supo de ´le. El vehículo apareció en la zona de Jai-Zubia de Fuenterrabía, en las primeras horas del día 2 de enero, cuando acababa de ser incendiado. 

¿Quién era el acompañante que iba con José Luis en su coche? ¿Por qué no se identificó luego? ¿Tuvo que ver con la desaparición? Casi, desde que se incendió el coche hasta que fue descubierto pasó muy poco tiempo. ¿Qué sucedió en ese intervalo? ¿En ese lugar desapareció o llevaron el coche hasta el mismo y lo quemaron para borrar pruebas? Organizaron batidas de guardias, policía, amigos, espontáneos, por toda la zona de Jaizkibel, desde Pasaia hasta Irún y Hondarribia y ni un rastro por la zona.

Un caso más pionero de desaparición sin explicación lógica posible. Que trae el aire de la sospecha sobre rituales y crímenes sexuales sin resolver Su cuerpo jamás apareció. Aún se comenta en el pueblo de Pasaia que tal vez lo asesinaron, tal vez torturaron y a alguien se le fue la mano; crimen homosexual por supuesto y que tuvieron que ser varias personas porque quien o quienes quemaron el vehículo, tuvo o tuvieron que retornar en coche desde Jai-Zubia. Va para veintiocho años y ni el más mínimo rastro. Quienes actuaron sabían muy bien cómo hacer desaparecer a este vecino de Pasaia. Y desde luego, José Luis, no viajó hasta Jai-Zubía donde apareció en Alfa Romeo 33 quemado. Pero sí creo que lo mataron dentro del coche y que el vehículo llevaba pruebas contundentes de lo que allí sucedió y que el fuego se llevó para siempre. Algunos piensan que José Luis aún vive, que fue un montaje para desaparecer; no lo creo. Nunca más lo sabremos.