Sobre uno de los asesinos pesaba una orden de detención desde finales de noviembre por robo con violencia
y agresión. Y nadie le buscó con muy diversos robos con violencia, hurtos y agresiones. El otro menor
de 14 años también estuvo bajo la tutela del Departamento de Acción Social de
la Diputación de Bizkaia. Este chico, al que los investigadores consideran el
más violento, también se fugó de otro centro. Fugados y quinquis ¡A vivir! Hasta que asesinaron a Lucía y
Rafael. Y nadie se responsabiliza y los asesinos tampoco tras la Sentencia.
Los menores que asesinan ancianos con la sanguinaria crudeza de un
adulto, son adultos de igual modo para ingresar en prisión. ¡Pobres ancianos de
Otxarkoaga! Gratis total la sentencia para el supuesto instigador y para el que pedían 10 años y para el resto,
los otros dos, seis años de internamiento. Una bicoca, a cuerpo de virreyes,
anonimato incluido, protección de la autoridad que desprotege a gente humilde y
decente, premiados por un sistema garantista del asesinato, posibilidad de fuga
y con delinquir asegurado para el futuro. En un Bilbao caótico repleto de
delincuencia a la que las autoridades no prestan atención y en la que, como en
el resto del Estado, sobresale la corrupción judicial. A todo confort seis
añitos y con posibilidad de escaparse, que ya ha sucedido. Y lo más escandaloso
es que el implicado mayor de edad se presentó en la comisaria por su relación
con el caso y no ha sido responsabilizado de nada. ¡Qué no ocultará este caso!
¡Menuda vergüenza! Indefensos
Lucía y Rafael de 87 años los dos. Dos ladrones que se creían y son casi
intocables, conocidos de la policía, tras haber robado previamente ese día
fatídico, un monedero a Concha, luego entraron en casa de Lourdes, después le
quitaron 20 euros a Carmen. Y al final en casa de estos ancianos, los asesinaron
a golpes y navajazos: los dos sujetos de raza gitana venían sembrando el terror
en el barrio desde hacía meses y nadie de la autoridad se preocupó por ello.
Eran expertos en tirones, asaltos de casas, palizas y amenazas a ancianos a los
que tenían aterrorizados. Ello, este horroroso crimen, venía precedido por una
violación múltiple a una niña en Barakaldo y un atraco con pérdida de un ojo
por parte de la víctima un par de días más tarde es el balance negro, todo ello
en los últimos treinta días anteriores.
Como estos dos hijos de puta asesinaron a Lucía y Rafael, dos zamoranos
sin defensa alguna, no tiene humanidad ni
justificación alguna. Los tres entraron, el que ahora está en libertad también.
A Rafael lo machacaron a golpes tras matar a su esposa y a Lucía la cosieron a puñaladas
nada más entrar en la casa. El pobre Rafael tenía un ictus y estaba de
capacidad muy mermada.
Los asesinos estaban en sendos centros de Getxo y El Peñascal, dos municipios
próximos a Bilbao y no asistían a las clases. Impulsivos, muy inestables y muy
agresivos. A menudo les tenían que pedir que no pagasen sus frustraciones
golpeando el mobiliario o agrediendo a otras personas. Una vez incluso, los
tres amenazaron a una profesora con robarle una cadena. Llevaban los vecinos
meses en el barrio advirtiendo a las autoridades y a la administración de lo
que sucedía en el barrio, ni caso. Una desidia total en un mundo policial que
se ventila un enorme presupuesto para pastar y nada más: nacionales, guardia civil,
autonómicos, municipales y de todo para vaguear y sobre todo muy mal dirigido
por unos políticos corruptos y con unos jueces que aquí tenemos el resultado. Todo
un sistema en Euskadi de aforamiento a los delincuentes que en este país son una
especie protegida y no precisamente por estar en peligro de extinción.
Cualquier delincuente puede entrar en tu casa, apalearte o matarte y te han
privado del derecho a la legítima defensa. Si te defiendes, ya sabes,
indemnización, cárcel y desprotección ante la familia del delincuente.
La Ertzaintza y la Municipal sabían quienes eran “Los Pichis”. No sé
cómo no estaban vigilados. Si sembraban el terror la policía tenía que saber
quién era. ¿Por qué no les detenían? Ha salido gratis un horroroso crimen. En
Bilbao coexisten clanes que son organizaciones criminales en toda regla, y que
son donde fabrican a este tipo de deshechos humanos. Lo que se lleva es que
maten a lo mejor que tiene una sociedad: ancianos, que violen a niñas, que
asesinen a gente por la calle, que se trapichee impunemente con droga. Un mundo
delincuente donde los agresores, son las víctimas y los agredidos, unos
delincuentes. Una sentencia al lado de los asesinos con una pena ridícula que
valora la vida de una persona en 6 años de internamiento en un centro en el
que, no lo olvidemos, les van a tratar a cuerpo de rey. Cualquiera puede
asesinar a cualquiera porque, el sistema, les premiará y hará la vista gorda
hasta que, pasado un tiempo, volverá a actuar la manada organizada.
Ellos ya no volverán mas, han dejado un vacío infinito. Un pesar muy hondo. es tan injusto como responsabilidad de los políticos, policías y jueces. Y de las familias también, pero no de Lucía y Rafael y de todos los vecinos a los que se les obliga a vivir entre chivatos, trapicheros, camellos, carteristas, pandilleros mamporreros, asalta casas, asesinos, navajeros, mangutas, violadores y demás ralea. Los reyes de la tarde noche bilbaína.
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