TRATANDO CON SATANÁS

Capitulo feroz sobre mefistofélicos hombres que maltratan a mujeres. Me ha recordado mucho el serial a “El quimérico inquilino”, de Polanski. Un filme que venero sin ser mala persona. Una vecindad tenebrosa, construida en torno a genuinos mal nacidos demoníacos. Un fascinante universo, el de hoy, entre malvados de alto voltaje sádico, en un microcosmo de olor  a perversión, donde viscosamente viven en ciénagas escurridizas, malsanos personajes que se introducen entre la gente noble como una pesadilla que les infecta de aflicción hasta acabar con sus vidas.

Es “Ricardo”, es el aparecido psicótico “Olmo”, es el paranoico “Fernando”, es el siniestro “Anibal”, uno de los personajes más inquietantes de PV. Es la "justiciera" y peligrosísima: "Pacarompehuesos", que se lleva por delante a quien le estorbe una miaja.

En medio de unos actores muy resultones esta tarde, Alain, Carlos, María, Iago y Jorge, queda la inmensa presencia de una gran actriz: Aida de la Cruz, de lo más vistoso y dramático en la tarde “Puentevejina”.

 

Ella, “Candela”, como “María”, tal cual “Paula” o “Soledad”, "Rita", incluso “Aurora”, ha vivido una pesadilla escalofriante, agónica, repleta de magnetismo turbio por una indeseable realidad sórdida y por algo que casi parece una ensoñación psicótica.

Mantienen el esqueleto las actrices, que no es poco con tanto quebranta huesos que les ha tocado en la Cañada del Diablo. Buen capítulo, quizá no ha sido ese redondo o de honda inspiración en alguna secuencia que lo hace genial, pero truculento y a temer por el “pirulí”( que no el nabo de “Terence”) que puede desencadenarse en próximos días y por lo malsano de lo que rodea a la buena gente. La desgracia de unas infelices y buenas mujeres entre manos de unos degenerados, brutales y con coartadas. Entresacados de un santoral de demonios chusqueros a hacer méritos.

 

Unos mal nacidos que conocen muy bien los códigos de la tortura y del mantener en vilo a sus víctimas, desde los mecanismos más siniestros que vomitan sus mentes enfermas, para desollar psicológicamente a las víctimas y cumplimentar sus taradas venganzas.

En el filme de Roman Polanski se provocaba un estado de paranoia que inducían a los desgraciados a saltar por la ventana. En PV les obligan a consumirse, desintegrándose emotivamente al tiempo que les hacen lobotomía en la mente.

Inquietante y perturbadora sesión de horrores alienantes de la mente, esta tarde, con toques de humor negro, eso es muy de Polanski; en “Fernando”, con su vocecita cambiada y alargando su caja funeral ya. Hay momentos en los que este "bulto" resulta de una tragicomedia de altos contenidos acidulentos.

 

Terror del que no asoman fantasmas o monstruos del lago. Del que brota de manipular la complejidad de la mente de los demás, que les provoca angustia, miedo e inquietud que no cesan. El pánico de lo que se insinúa que no se muestra. Porque no se sabe del por qué está sucediendo eso que parece un imposible. Me ha causado mucha inquietud y me ha hecho pensar en la crueldad contra las mujeres que vivimos hoy también, en primer plano. Esta técnica de insinuar que no hacer patente, se usaba mucho en los filmes franceses del Buñuel de los 70. En el terror y en el erotismo.

Magistrales los actores en esta tarde. Ellos, cincelados en trazos sinuosos pero enormemente descriptivos. Ellas, magistrales en su ambiente claustrofóbico y en el denso magma a tragedia que se palpa en el aire enrarecido. Angustia y perversión diabólica entre parientes de un pueblo que tañe a difuntos.

 

Hoy, mas que nunca, hemos podido corroborar algo que decimos desde que “Terence” llegó, hoy en la sorprendente secuencia entre “Soledad” y su “mamá”: La transición de antiguos modos y la necesidad de adaptarse a los cambios que venían escuchándose en aquellas generaciones.

Tratando con el diablo, algo que occidente lleva haciendo desde siempre, cayendo en manos del satanismo inconscientemente. Satanás en PV. La locura luciferina estaba en muchos planos y el oscurantismo era latente, palpable  a través del plasma televisivo.

Y todo ha sido elegante, discreto en medio de unas pesadillas y tormentos oníricos que han vivido sus personajes en medio de algo rayano, oscuro y mortal que invade febrilmente a los mismos.

Escenas muy bien resueltas, al margen de las ya mencionadas como importantes con el diablo de por medio: La citada del encuentro entre "Soledad" y "Francisca". La alucinante reaparición de "Olmo". La que se desarrolla entre "Hipólito" y su "padre", cuando se lleva las latas de sardinas, así como toda la interpretación de Maribel Ripoll, en especial cuando recuerda a su hijo, le preocupa y, repentinamente, cambia el registro a desinterés. La de "Anibal" con "Paula" que podemos encuuadrarla entre las principales por un pulso que lanza al espectador. Muy de Fritz Lang ya que se entreabre una puerta que esconde un secreto y llega un giro implacable de los acontecimientos. Y toda la actuación de Charlotte, que ha hecho que olamos las esencias del mejor y primer amor, con el tufo a quemado de la supuesta traición. Con el impetu del mayor frenesí de los adolescentes.

Me alegra coincidir con mis amigas italianas en las referencias que encontramos de la serie, entre filmes clásicos y videotecas repasadas. Y si en Italia gusta la serie es por el alto contenido en sentimientos que envuelven en cualquier punto del planeta.

Dedicado a mis lectores que son lo mejor que tengo. Ellos, son los mejores.

PD. Deseo comunicaros que si algun Club o particular no desea leer estos escritos, con que me lo comunique es suficiente. Esta tarde, un Club de fans de un actor que ya no está en PV, que por cierto me pidió paso hace unos días, que representa a este actor del que una vez hablé por referencias antiguas, me ha enviado una carta, advirtiéndome que no es un sitio para publicar el artículo de hoy y me lo ha borrado. No es necesario, yo lo hago, yo lo elimino. Y me voy. Y además me ha expulsado del face por la vía rápida. Me parece una vergüenza que, ciertos actores tengan a estos personajes, representándoles y maltratando así a trabajadores que lo único que hacemos es, por pasión, como mejor sabemos, colaborar con el PV de ayer y hoy. Respeto que no vea procedente lo que escribo pero no el modo en el que me ha tratado, expulsándome después de borrar el escrito.