domingo, 1 de junio de 2014

"DOS ENAMORADOS Y UN BEBÉ"


Soy consciente del impacto emotivo que en las chicas o señoras y en general en todos los espectadores que supone sumergirse en la ternura de dos enamorados con su bebé en brazos. Es algo tan sencillo como natural y de enorme revulsivo enternecedor. Sobre todo cuando está de por en medio el gancho cariñoso de Loreto Mauleón, entonada en su papel maternal y atinadamente amatxo, como decimos en su tierra: San Sebastián.
De Loreto dicen muchas maravillas pero es que, además, es donostiarra, modesta, nada ostentosa y que ofrece una maravilla de interpretación cada día, fina, tímida, algo reservada e inteligente, una mujer  leal con su trabajo y muy responsable. Es categoría y es donostiarra.


Escena muy encariñada, espacios largos con el bebé entre los dos mientras la madre le acuna, meciendole a esta soñolienta joyita recuperada de entre los desaparecidos, algo que colma la felicidad de cualquiera. De aquí, una vida de placer en común con la heredera  mientras se le hacen hoyitos y le cambian los pañales y le sigues mirando con ternura y cara de bobo. Casi una melodía en violín que hace rasgar el alma y llorar.
Momento que mece al espectador en un bálsamo de felicidad de manifestación humana, muy paternal. La dulzura y el babero cambian 180º la vida de esta turbulenta pareja de enamorados infelices cuando se tiene como sangre de tu sangre esta princesita que llega como un inconmensurable regalo. Una graciosa y tierna niña que se ha hecho un hueco en PV y que sera la reina del "Jaral".
Aunque es imposible rodar este tipo de secuencias sin que se observe una vía ternurista y  dentro de una trama facilona, estos momentos de la fotografía es de asunción de lo importante que es dedicar (sobre todo el hombre) tiempo y dedicación al cuidado de tu ser prolongado. 
No ha habido nada como un poco de drama, angustia y lloro por una supuesta perdida para apreciar en grueso los valores de esta familia.




"HISTORIA DE UNA INJUSTICIA" 


Televisión de cierto contenido político que viene como anillo al dedo de casada ya que estamos aún sin superar estos tiempos de los convulsos años 20 de este país. El caciquismo, el bipartidismo y la bicameralidad de la misma moneda, la monarquía cobarde, timorata y corrupta, la dádiva y el favoritismo, la explotación vergonzosa de las clases campesina y obrera, la explosión sublevada de los enrabiados, las escisiones más inflamadas del sindicalismo radicalizado, la violencia urbana y la aparición de iluminados mesías y predicadores que involucraban a los demás en su guerrilla y terminaban por traicionarles. Miseria desde el poder, teorías revolucionarias falaces y un retrato desesperado y maloliente de aquellos pobres que siguen siendo los de hoy, igual de machacados y con formulas políticas similares, repetitivas e inteligentemente impuestas para dar de vivir  a la nomenclatura gobernante y cohorte de enchufados y vividores, con la miseria de los demás. Y por cierto con una intelectualidad, como hoy, chaquetera (estuvieron con la Regencia, con los anarquistas, con Primo de Rivera, con Lerroux, con Azaña, con los socialistas, con las derechas, con la República y con Franco. Porque se murieron,  hubieran estado con Suarez, Felipe, Zapatero y Pablo Iglesias, como algunos de hoy),  a excepción de honrosos hombres y valientes  mujeres del mundo cultural que fueron pasto de la traición de sus colegas, exiliados, fusilados o denigrados hasta la ignominia. 


La cámara en este momento logró un enorme fuerza con la caída de "Mauricio" al suelo, un realismo pocas veces visto en un serial de tarde. Te metes en el corazón de los manifestantes y nos hacen sentir su rabia e ira. Momento desgarrador, cruel, dramático, sobrecogedor y muy realista.
Me dejó una sensación indescriptible, mezcla de angustia e incomprensión y escepticismo porque esta historia ya la conocemos desde hoy y sabemos, con ventaja, como acabó. Televisión social y un aspecto documental que dota a la secuencia una perspectiva en primera persona y que nos mete en aquel inútil conflicto, ficticio y cruel de castas revolucionarias y económicas que nos absorbe porque aún no se ha resuelto en España.

ACTOR DE LA TARDE: MARIO ZORRILLA


Pedrada cobarde de unos libertarios que preconizaban una sociedad sin amos ni esclavos y que en la práctica se apropiaron del usufructo de la violencia. Movimientos que, como en la actualidad con los radicalismos actuales, eran funesta consecuencia de las enormes injusticias que los dos grandes partidos de aquella época inferían a una sociedad, arruinada, hambrienta, sin justicia y con los hijos muriendo en guerras perdidas de antemano.
Mención a Mario Zorrilla por esa caída ante la piedra que recibe de los anarquistas. Momento de pesadilla y matoneo con ribetes xenófobos y reivindicativos de unos parias que le dan la vuelta a la tortilla, activistas  que te sacan los higadillos, sindicalistas renegados que te extirpan los hígados.


CHARLIE CHAPLIN.

Un momento, un instante y Selu parecía el entrecortado trotamundos de aquel andar de pato (dicho con respeto), esos trompicones que eran su modo de explicar a la gente como era su vida y que esta se entendiera. Selu conduce la cámara, nuestros ojos y los sentimientos hacia donde él quiere en este momento para que nos identifiquemos con esa vergüenza que ha sentido y que le obliga asalir casi en estampida.





La emisora entrevistará a Jorge Pobes la próxima semana. Nosotros no le olvidamos y queremos despedir como se merece a este buen actor tan injustamente olvidado en su final y adiós a PV. También Jorge y los que se van existen y han abierto camino.



¡Cuando se es idiota se es idiota!.  Y por desgracia en el País Vasco, muy vasco, es la cadena que más se ve. Hacer periodismo en un país donde la gente en mayoría ve esto, es desmoralizante. Aunque él no tiene la culpa, sí los que le aplauden por decir estas majaderías.





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