miércoles, 18 de junio de 2014

¡GRANDIOSA MEGAN!. CON IDENTIDAD PROPIA


Ayer el capítulo me encantó. Es una buena serie, se ha gastado dinero pero es algo de lo que nos podemos sentir orgullosos que tiene a unos muy buenos actores, sobre todo el expandir la excelente labor interpretativa de una auténtica crack: Megan Montaner, sin desdeñar a Verónica Sánchez, que ayer lo bordó, en el suelo, apaleada, víctima de refriegas entre chulos mafiosillos, un papel sublime que le realzaba aunque estuviera apaleada y tirada por el asfalto.


Yo siempre he sido, aunque soy vasco, defensor del cine español, del buen cine español que lo hay. Ayer entré en la enorme calidad interpretativa de los actores, algunos no habían despegado hasta ayer. Eloy Azorín, tierno y enamorando a Megan. Él es a quien quiere "María", no al egoísta de abogado "Juan". "Pablo" es el que ha caído bien porque es ese bohemio elegante siempre, de buenísimo corazón, dulce y de mirada nostálgica, que tiene un hermano con síndrome de Down  con el que tuvo que aprender a vivir, y es el que despierta el lado mejor del amor de una mujer, "María", no tan decidido y sexual como propone la compañía de "Juan"; el amor que levanta la ternura en ella por la bondad del hombre que es el de la vida de protagonista.


Ayer hubo preciosos momentos que recojo en foto. Miguel Ángel Muñoz, a base de palos está aprendiendo, fue una buena réplica y se creció con Tito Valverde que ayer bordó, por primera vez, el papel como delincuente superviviente que atraviesa varios Regímenes políticos. Eficaz Miguel Ángel aunque a veces algo abúlico en la interpretación.
Tito/"Enrique" tuvo el gran "rol" de su vida en televisión. Cocodrilo que siempre sobrevive, dinosaurio perpetuo sin extinción, falso hasta las entretelas, criminal sin límite que nunca se ensucia las manos, decide sobre el futuro de sus peones chantajeados, usa de la mismísima multiplicación  para justificar el negocio de la comisión criminal por venta de robo de niños, nunca muere, delincuente amparado en el poder, reparto de prebendas y cargos, y corrompe a unas instituciones que exhalaban ya un hedor franquista, con o sin Franco. Desde los años 60 hasta los 90.


Jordi Rebellón ha definido ya su personaje, inmiscuido en la podredumbre por favores que en los Regímenes totalitarios y tal como, en las mejores dictaduras sin división de poderes, se blindan las castas de poder. Pero él pagó por amor a su familia y darle una niña a su esposa, la compró pero no se enriqueció. Me gustó este Jordi que me resultaba insulso hasta ayer. No es aquel otro antipático del "Hospital", es un juez en medio de una dictadura de partidos y de favorecidos políticos. Jordi usa mucho de los silencios como imposta interpretativa y me gusta mucho, es fino y prudente, es expresivo y algo más lento pero eficaz en el ritmo, llega al público. Ayer se definió.


Elvira Minguez estuvo en tres planos absolutamente derrotada en su colaboración con el Régimen. Todos estaban involucrados y todos pagan ante quien resulta siempre impune. Es la dictadura.



Hay críticos que estos día están hablando del rebaño que vemos esta serie, les molesta mucho esto, que se refleje quienes son sus jefes en la prensa, quien son ellos y de que mentiras ocultadas provienen. Es grabadora que queda parada para la entrevista porque no interesa contar lo que sucedió en una sociedad cómplice del delito, no es de audiencia porque las víctimas causan hedor y desinterés. Por ello plantean algo que, en parte tienen razón, que exista una venganza ya pero sin contar los entresijos ideológicos y criminológicos del basurero que es este su país.


Sí que existe mucho giro en la historia, alargamientos,insistencias en temas que pueden desviar la atención hacia la venganza de "María", que nos preguntamos sobre cuando será, pero de hay a decirnos y tratarnos como que somos marujas, como que no. Por supuesto no es un culebrón, aunque la historia tenga muchas revueltas que decepcionan si sólo pensamos en trepidante clave de serial americano. Y no es una historia de perdones y protagonizada por unos buenos buenos de corazón generoso ni un menesteroso culebrón, ni busca la sonrisa cómplice con el olvido a toda esta parafernalia es televisión comprometida y excelentemente interpretada.


Megan es un portento, ayer estaba bellísima y no porque saliera de paños menores. Por cierto que alguien cobarde y anónimo denunció a mi persona por haber incluido en este blogger una crítica a lo ocurrido en Italia con la inclusión de fotos de sus primeros tiempos, ante Álex, en la televisión, y me denunciaron por incluirlas en la Página del escrito. Decirle a Megan que defensores como yo pocos encontrará y que, por desgracia, tiene fans o allegados muy fanáticos que pueden enfrentarla con la prensa, que lo hacen además. Yo lo consideré un ataque a la libertad de expresión puesto que esas fotos son públicas en Google y aparecieron en televisión.


Megan presenta una perspectiva muy moderna de la mujer, que tiene decisión, que se rebela, que planifica la justicia con rigor desde ese su aniquilamiento como persona que ya no existe, que se expresan desde el anonimato, y que desean colocar a cada corrupto apartado de la vileza que les doy su fortuna y poder, trepando desde el propio núcleo familiar. Creo que no rehuirán esas otras secuencias de violencia vengadora, con una  escenas impactantes que nos atrapen con taquicardia y de tensión imparable. 


Erotismo que resulta agresivamente de mucho impacto en el caso de "Amparo y Bruno" y de desahogo egoísta, casi de "folla-amigo" entre "María y Juan", por cierto un Daniel Grao más inexpresivo cada día y bastante pasota, sin vida.
Momentos de buena televisión en la secuencia final, con la excelente "Tata"/Amparo Valle, en un final coral al estilo de Agatha Christie donde se resuelve el caso y aparece la mentira compartida entre los cómplices. La apariencia la derrumba Megan en un momento impresionante.
Como lleno de amor y encuentro con una madre desconocida, en la secuencia entre Megan y Victoria Abril. Serenidad, sencillez, reencuentro, momento de calma y calidez insuperables.


Asoma una Megan espiritual sin bordear lo ñoño. Un clímax angustioso de enfermedad de hígado y de engaño de una vida que aterriza en este maravilloso momento de salvamento.



En resumen, me encantó el capítulo y me resulta soportable incluso me parece interesante ese otro ritmo de un serial nuestro: un tempo más contemplativo que el de los telefilomes norteamericanos, donde el retrato de los personajes y los lugares de la narración su memoria histórica, las costumbres, los desgarros y los pensamientos se imponen, lo reposado y psicológico sobresalen. 


ARTÍCULO SOBRE LA FUGAZ VUELTA DE MEGAN A PUENTE VIEJO



http://joseignaciosalazar.blogspot.com.es/2014/06/bienvenido-al-infierno-rojo.html

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