viernes, 4 de julio de 2014

LOS HIJOS DE FRANCO Y SUS VÍCTIMAS


Aunque se le puede reprochar a la serie que el deseado momento de la actualidad y venganza planificada no llega y estamos ya el el final, sí que no tiene desperdicio la cirrótica exposición de una crudelísima realidad, reflejada en "Enrique Vergel" y en su hijo, un cada día más convincente Miguel Ángel Muñoz, el mantenimiento de aquel Régimen de prepotentes, reconducido entre castas privilegiadas, prácticamente aforados de la criminalidad, impermeabilizados al delito, que hacían y deshacían, compraban favores y vendían niños o lo que se terciara, siempre en la impunidad absoluta. Entre el año 1.977 y el 2.013, el franquismo ha seguido viviendo en sus cloacas de poder y malolientes cenáculos decisorios para repartirse el país, poder y dinero, ahora disfrazado de una democracia de Partidos, herederos de aquellos días en los que se organizó cómo continuar con los privilegios, favores, con el mismo modo de vida, pero sin Franco.


Tito Valverde estuvo supremo. Paradigma de un ser sin escrúpulos perteneciente  ala oligarquía favorecida y millonaria, casta de profesionales intermediarios del nuevo estado de Partidos que no repara en medios para alcanzar fines criminales que son siempre absueltos.


Momentos muy válidos ayer, de entre los mejores protagonizados por Eloy Azorín y Megan. Los que tienten como referencia a la "Ventana indiscreta" ( fisgando con el ordenador) y al estilo de "La huida" (la sustracción de las cintas de video). El primero con toda su factura de suspense con toda su reflexión sobre la privacidad y la curiosidad, aumentando la tensión y entrando en toda esta parte con un Antonio Hortelano en un thriller de cierto interés y una angustiada Verónica Sánchez rayando un patetismo muy aceptable. El segundo, la cuestión cintas de vídeo, trama negra, acción con estilo y trepidante momento que se vive con emoción y sorpresa.


Me sigue pareciendo lo mejor el final, el secuestro y de lo supremo que he visto a Megan Montaner en su vida. Una visión intelectualizada sobre la recreación del, rapto para ser vendida tras prostitución de una chica de buenos sentimientos cuyo delito es conocer las catacumbas de un robo de niños y no comulgar con fórmulas solucionadoras, creadas ex-profeso para tapar conciencias, comprándolas. Una fascinante Megan conducida ante un moro donde será sometida a toda clase de disciplinas, vejaciones, abusos sexuales, sometimiento total, perdida de consciencia y ser vendida a quien se tercie después.




Conducida a tenebroso lugar para que no moleste y sufra en sus carnes todo tipo de violaciones, obediencias y castigos sexuales, para satisfacción libidinosa de desaprensivos y violadores, sadismo y sumisión erótica pero con una puesta visual muy decorosa, estéticamente bella. Sado erotismo que nos sumerge enseguida en las tramas de alta gama en prostitución, lado oscuro de trata de blancas guapas, momento transgresor que no nos dejó indiferente a nadie. 


Preciosa y de cuerpo hermoso Megan Montaner. Momentos de esclavitud morbosa e involuntaria donde una chica joven es convertida en esclava, atada con esposas, tumbada en una cama, todo en un final onírico, despertar de un sueño, momento mucho del cine francés coetáneo, cine de Rohmer y de Just Jaeckin.


Un elogio a Megan Montaner por todo su desgarrado papel de ayer. Inmensa. Tiene un gran futuro, no es sólo una "Partera" arrojada de otro tiempo, es una líder de mujeres a las que les robaron toda su identidad.
Momentos magnéticos, impactantes, una hondura en esos ojos de Megan insólita en una actriz tan joven que afronta el papel principal de una denuncia inconmensurable.
Una actriz que ha aprendido a resaltar magníficamente sus rasgos, con pleno conocimiento de lo que es la mujer ideal, urbana, actual y de personalidad interrumpida por sus enormes sentimientos.






1 comentario:

  1. Magnífico capítulo el de ayer, la 'pena' es que la semana próxima nos van a dejar con la miel en los labios. De acuerdo con que Megan es una actriz inmensa, creo que le espera un gran futuro en el cine y la tv en este país nuestro y no me extrañaría que también allende los mares... Sigue sin gustarme la actuación de Lydia Bosch, demasiado plana para mi gusto, parece que ni siente ni padece. Además de Eloy Azorín y Tito Valverde, la actuación de M.A.Muñoz ha cambiado para mejor, me temo que el personaje a partir de ahora va a jugar a dos bandas, ante su padre se muestra sumiso porque le interesa la herencia, pero cuando pueda le dará una puñalada en la espalda.

    ResponderEliminar