martes, 17 de marzo de 2015

PEPA Y TRISTÁN SIGUEN BARRIENDO


ACTORES DE LA TARDE:

MEGAN MONTANER, ÁLEX GADEA, ARIADNA GAYA, FRANCISCO ORTÍZ Y AÍDA DE LA CRUZ.


Jamás supuse que un momento tan ansiado como el del decubrimiento de ser hermanos e hijos de "Pepa" fuera reducido a una visita  médica en un cutre dispensario.
Coincide este momento del reencuentro con el luto y corazón partido de "Aurora". Ha sido un recurso dramático bien escogido para limar asperezas en torno al drama y darle una salida algo mas optimista por  aquello de que no hay mal que por bien vuelva. Yo creo así que se ha elegido con tino este reencuentro del que, sinceramente esperaba más. Y tengo que ser sincero y aunque ha marcado un paso cualitativo este descubrimiento del parentesco entre los dos hijos de "Pepa", y es la secuencia principal, lo ha sido más por el significado que por el desarrollo interpretativo y la dirección de la misma. Le ha faltado mucha más garra y sobre todo ha tenido mucha carencia de emoción; un descubrimiento así no se realiza con tics interpretativos, para salir al paso, con la mínima gana y era algo que merecía otro tratamiento sobre todo cara al hecho en sí y más  a la expectación que teníamos que llegara un momento así. 


Ha sido algo desperdiciado, sobreactuado y sin más. Es que no me acabo de creer que se haya dejado este momento  tan de la mano y que se les haya ido. No concibo que hubiera sucedido en ESDPV esto en otros momentos fundamentales, donde la trama desvelaba un secreto tan bien guardado pero que resultaba impensable pudiera encerrarse en semejante teatro urdido. Por ejemplo, cuando la misma "Aurora" se descubrió ante su hermano para revelarle que era su hermana. Aquello fue inenarrable lo vivido entre Jordi Coll y Ariadna Gaya. Mismamente cuando "Gonzalo" se reconoció como hijo ante su padre "Tristán" (un excelente Jordi), desbordaba emoción y por no hablar de cuando se vivieron aquellos días de conmoción televisiva  y "Pepa" entraba en la iglesia y le dijo a su amor que "no eran hermanos". ¡Qué tiempos! Cunaso "Pepa" confesaba a "Tristán" que era la madre de "Martín".
Además, no lo comprendo. Todo el equipo es excelente, los actores, sobre todo Ariadna, conoce los mecanismos de impactar al público y gracias que ha salvado la tarde la intervención de Aída de la Cruz en esa delicada secuencia íntima en la que "Aurora" reposa en ella su soledad y descansa su esperanza. Lo demás, una pena y Ortíz tampoco ha estado a la altura del momento, nadie se puede creer que el cerebro de "Bosco" se alumbraba con credulidad ante el descubrimiento de "Aurora", sobre los 3 lunares. ¡Una pena!


Sí que ha supuesto una nueva confirmación de que aquí sigue vendiendo Megan más allá del tiempo transcurrido de su partida y no quitamos ojo cuando aparece ella y rememora sus brillantes momentos de antaño con esa siempre prodigiosa presencia, muy revaluada por el tiempo, de volver a ver al impactante "Tristán" en sus mejores y más tristes días cuando llevaba a "Aurora" bajo en brazo. Un momento en el que el gran Álex parecía el carismático actor francés Gerard  Philippe español, en un momento de "La cartuja de Parma" de Christian-Jaque.
Todo hay que contemplarlo esta tarde bajo las rentas que siguen dando en dividendos aquellos gloriosos actores, únicos, que eran Megan Montaner y Álex Gadea. Ellos han salvado la secuencia esta tarde, desde su tumba se revolvieron contra la decadencia que muestra el serial en muchos días y le han dado un brillo inconmensurable, luciéndose de nuevo y haciéndonos las delicias vespertinas al rescatarlos. Y tal vez algo presagia la llegada de Megan de nuevo aunque sea sólo por unos minutos. ¡Ojalá!


Decían los guiones antiguos del cine que, un hombre, jamás llega a conocer a otro, ni siquiera  a su hermano (en "Todos los hermanos eran valientes" de Richard Thorpe), ello para indicar lo intrincado que es filmar la psicología de entre hermanos en el cine. Un tema espinoso y difícilmente encajable si lo haces frío y le quietas el perejil de su salsa de emoción desbordada de un descubrimiento de tal calibre. El miedo y el desequilibrio que producen una noticia  así da que hilar muy fino en la construcción del guión y más en la dirección e interpretación. Por ello se ha echado mano de Megan y de Álex que han salvado el momento por méritos ajenos en el flashback con el que se resuelve televisivamente una explicación deductiva de por donde fueron las pistas que ofrecía el pasado sobre el vínculo fraterno entre ellos. Este recurso, es válido, pero ha resultado exitoso no por las viejas filmaciones y sus momentos vividos y contemplados hoy con nostalgia, sino como he dicho por el realce y la grandiosidad de la presencia de aquellos memorables ´"Pepa" y "Tristán".


De cualquier modo no me voy a quejar. Me he quedado feliz y triste por haber de nuevo vuelto  a aquel pasado en el que fui tan feliz, cuando descubrí los inicios de ESDPV, antes que saliera en un capítulo y cuando ya era conocido en el mundo del periodismo pero me empastelé de televisión de amores imposibles  e historias de sentimientos heridos, de pasiones que se escapaban en el correr de un tiempo cronológico e histórico que me hubiera gustado recorrer desde el "Ministerio del Tiempo": Que antes que apareciera esta serie yo ya viajaba en el blog, a través de algún artículo, hacia aquella época que me apasionaba y que no me la sacudo de encima. ¡Que grande es era y es ESDPV que tanto me ha sugerido y que nos ha brindado las más hermosas imágenes de amor y desgracia de la historia de la televisión! Y no perdemos chance para hablar de los genuinos actores protagonistas siempre que la ocasión la pintan con su figura y ánima en pantalla. Por lo demás, pena de secuencia al margen sea o no creíble sean mellizos estos dos protagonistas. Algo que mencioné yo en los inicios de Ortíz y por poco me degüellan restandole importancia, los mismos que ahora se rasgan el canesú por la evidente diferencia de edad entre los actores.


¡A Martine! Una anciana vecina mía que cumple 103 años. Nació en Biarritz hace ya más de un siglo.


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