Precioso capítulo que navega por las aguas de lo que esperamos todos sobre "El Ministerio", que se aleja de homenajes exagerados a un cine muy difícil de plasmar y que ahonda en ese escrupuloso cuidado por la historia y que nada se cambie de ella para resolver anomalías que puedan producirse. Y me ha gustado mucho esa duda, ambigüedad, sobre la verdadera personalidad de "William Martin", sobre sí existió o no; si era un cadáver que ingirió raticida y al que dotaron de completísima documentación; abandonándolo en las costas españolas de Punta Umbría, en "El Portil" apareció, con el fin de engañar a Hitler sobre una supuesta invasión de los Aliados a través de los Balcanes y Cerdeña, en lugar de Sicilia que era el lugar real elegido. Fue una gran jugada, salvó muchas vidas y adelantó mucho el final de la Guerra.
Un cadáver con todo tipo de documentación falsa, incluidos incluso descubiertos de banco, pases caducados del Cuartel que olvidó renovar y una creencia en que, aunque semejante individuo tan desorganizado que podía infundir sospechas, a buen seguro que los alemanes no dejarían de aprovechar la información que llegaba sus manos. Dividieron su ejército los alemanes y la invasión y facilitaron la invasión por Sicilia.
Pero hay mucho más en el capítulo que ahora lo desgrano. Es triste que una gran serie como esta tenga tan baja audiencia. "El Ministerio" requiere de una preparación; sensibilidad; de un gusto por la aventura exótica más allá de las coordenadas del tiempo y en otros espacios; obliga a pensar; a recorrer la historia; a fantasear por el túnel del tiempo y a imbuirse en una fantasía absoluta que rompe las tres dimensiones y que propone un viaje al ayer y reconoce su pasado y peripecia humana. Y la gente prefiere ver programas cotillas, alejados de cierta preparación cultural y emotiva y zambullirse en la alcahuetería.
El capítulo primero no ayudó nada. Sé que muchos se abalanzaron contra mí porque no me gustó y lo dije; incluso me llamaron "pedante". Fue una recreación exhaustiva y anómala del mundo de Sir Alfred y me pareció una ruptura anómala con la linea de esta buena serie dando más importancia a la estética que a la aventura de preservar lo que en la historia no se debe cambiar. Estaba lleno de fallos de ambientación; no supo transmitir una ficción que intentara evitar un supuesto secuestro y se dedicó a lucir remakes preciosistas del director y aburrió. Si ya de por sí, el público, no gusta de pensar y razonar; ve muy rara e incomprensible la ciencia ficción, pues aquello les tiró para atrás. Con San Sebastián, Hitchcock, el Festival y la época, podían haber dado la campanada. Y en el capítulo de este jueves, se notó desgraciadamente la baja de audiencia. 310.000 personas y 2,1 % de audiencia menor que en el primer jueves del estreno.
Esta afectación no se dio ayer y resultó, para mi entender, de lo mejorcito que hemos visto en las diversas etapas. El tema enganchó y la realización más porque recreó la historia, dio una gran ambientación y sentido a la serie. Hubo momentos brillantes y el final es antológico, donde se introduce la duda sobre si, ellos, cambiaron la historia; si la propia historia estaba mal transmitida o si alguien, en el devenir de los años, dejó aquella aventura congelada hasta que llegaran estos viajeros del tiempo y resolvieran algo oscuro y nunca aclarado en aquel magma de secretismo de la operación "Mincemeat". Esa ambigüedad cerró con broche de oro el capítulo. Permitida esa licencia porque todo aquello fue impenetrable y encubierto. Y el guión ha sabido aprovechar ese lapsus y opacidad para lucir un final tan discutible, hermoso como escalofriante que dice "Alonso de Entrerrios". Un final asumible.
Seduce desde las primeras secuencia donde casi contemplamos, en en fuego cruzado en ese club, otro Tarantino. La secuencia es similar a una de "Malditos bastardos". Televisión bélica pasada por el filtro de recrear con impacto una violencia dosificada hasta que explota, tensando la cuerda de la situación hasta el límite de la explosión virulenta y descarnada. Esta secuencia y la de la carretera, cuando van a rescatar a "Lola Mendieta", creo salieron redondas. Es una televisión de patadas a la mediocridad y casi uniformidad en este tipo de recreaciones, ya super vistas y que aportan poco. Tuvo brío y violencia perfectamente extralimitada. No apartas la mirada de la pantalla y sorprende la moderna televisión que se hace con aquellos años de la lucha contra los Nazis.
Por cierto, hubo otra transgresión perfectamente asumible y que forma parte de las licencias que permite navegar por otro espacio tiempo diferente al nuestro. Tal vez uno de los momentos más dramáticos, desgarrados y de esperanza al mismo tiempo: La muerte de "Laura Mendieta" y su resurrección a través de la historia recuperada. Con una sorprendente interpretación muy lograda de Macarena García que sustituye a Natalia Millán que ha sido toda una mujer controvertida y de enjundia en la serie; una anti-héroe.
Secuencias desgarradoras como las de la tortura en el campo de concentración. Ese final en el que llega "Salvador", creo que es la primera vez en la que le he visto entrar en el espacio del otra época. Poesía pura de amigos fotografiados por última vez en esa playa; con un aire naïf, espontáneo, de momentos felices en medio de la tragedia y que ya nunca más podrán disfrutar todos juntos. Y tras ello esa trama que pende como resolución a tomar de la "Operación Mincemeat" que tan maravillosamente recreó Ronald Neame en 1.956 con "El hombre que nunca existió". Y con la salvedad de ese ambiguo final que he comentado, recrea a la perfección esa aventura de espionaje e intriga; mezcla de drama y cine bélico; de manipulaciones de retaguardia; de mentiras y engaños en favor de ahorrar vidas humanas. Las guerras las ganan los que mejor engañan al contrario; confunden al oponente, obligándole a que cometa errores y se divida y donde el talento y las habilidades suponen la victoria final más que la fuerza destructiva del armamento.
A destacar la anciana, aquella niña del ayer, llevándole flores al difunto y héroe. Los monólogos en inglés de Aura Garrido que se siente su soledad sin la química de aquel "Julian", un Rodolfo Sancho del que me han dicho no se quiso ni despedir de sus espectadores. Lo cual tampoco me sorprende porque algunos actores se encuentran endiosados. Una Aura y un Nacho que no concuerdan ni tienen feeling con el graciosillo de "Pacino" y sus chistes malos. Es de Hugo Silva es un mal casting.
A destacar José Manuel Poga, el que nunca existió; Cuca Escribano que es toda una dama de la interpretación a pesar de su breve rol ayer; Juan Gea, único y sobre Cayetana, hartitos de verla por todos los rincones. Hay actores que se quejan de que sólo trabaja un porcentaje mínimo de la profesión. Es que son los mismos que además, como ocurre con Cayetana, le quita el puesto a un presentador de televisión y no da abasto. Por no hablar de Rodolfo que acapara tanto trabajo que ni se plantea despedirse de sus fan. Hay en algunos actores una mentalidad torticera por la cual, prestar atención a sus admiradores, es un coñazo; parece como si les consideraran unos pelmas. Se dejan querer y jamás se lo agradecen a nadie. Los espectadores son los que les hacen grandes. Sin ellos, está muerto el actor o la actriz.
Imprsionante artículo José Ignacio. Yo soy fan de la serie y ayer coincido me encanto. Joder Ronald Neame no has dicho nada.
ResponderEliminarExcelente crónica del capitulo. Se nota tu gran cultura en cine. Creo que si existió o a menos eso dicen.
ResponderEliminarPrecioso escrito es muy interesante y este tema yo se lo oi hablar amis abuelos.
ResponderEliminarQue sorpresa encontrar en el muro de los fans este artícul sobre esta serie extraordinaria. Me ha encantado tu artículo. La de cosas que ves que se me escapan ami. Un beso amigo
ResponderEliminarSí quiero añadir que Jaime Blanch está impecable. Un gentleman impoluto, humano, sin mecanizar por la burocracia del tiempo y con esos momentos de recuerdo y retrospectiva a"Lola" que se ha ido. Sublime.
ResponderEliminarComo se puede ver esa peli?
ResponderEliminarYo la tengo en VHS copia antigua y fuera de su formato en cinemascope. Intentaré buscarla y decírtelo. Es una gran peli.
ResponderEliminarMaravilloso artículo!!la peli el hombre q nunca fue,la hay en español?
ResponderEliminarAna! en Youtube está en inglés como "The Man Who Never Was".Se está dando un debate muy interesante en foros sobre la auténtica personalidad de William Martin, uno de los secretos mejor guardados de la historia de la Guerra y de los archivos del espionaje. Pero desde lo que yo sé porque esta persona enterrada es la de un diplomático inglés que servía en la India. Hay un gran misterio en torno a la personalidad del difunto.Y sobre otros temas: la mujer de la foto y las flores que alguien las trajo durante muchísimos años, que aparecían cada 24 de abril en la tumba de aquel héroe del que se sabe el nombre pero no se revela.
ResponderEliminarMuy buen artículo y leyendotelo me gusta aún más. Era de espías y esas peliculas me encantan
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