Un gran puntazo la presencia de una persona y guionista
increíbles, el actor Jaime Palacios, un guionista magnífico al que le han
instruido los mejores: José Luis Borau, el eficacísimo Agustín Días-Yanes y
Manolo Matjí. El de la mini serie a “Carmina Ordóñez”, “Al salir de clase” o
“Turno de oficio”. Alfonso Suárez decía en Valladolid no hace mucho que había
que reivindicar la labor de los guionistas, aquellos que crean desde la nada.
Me merecen lo mejor de mis elogios. Es muy difícil. Y Jaime/”Don Jaime” en la
serie, más aún encomiablemente le saludo. Morbo a tope, cara de enano vicioso a
lo John Mills y enmarcado en los pérfidos personajillos de los Grimm que rozan el sadismo en su simpatía de inocentes historias de cuidado, para niños; un personaje característico de los cuentos, cargado de pilas con la
excitación que le provoca el regodearse en lo que podrá hacerle a “María” y disfrutar con
“Mariana” tal vez al día siguiente. Viene a cobrar los plazos del dinero
prestado que, aún, no ha visto reembolsados. Disfruta con la cara de
sufrimiento del cojo puñetero. Totalmente de psiquiatra al correrse de gusto
entre la aflicción de los demás, cuando les vuelca sus lascivas miradas y aviesas intenciones de maldad concebida. Torvo, canalla y excelente
recreación de amenazas siniestras. Fresco, patibulario y ameno en lo que reclama con un repulsivo modo de
actuar en una justicia, la suya, de lo más natural. A pesar de las atrocidades que
puede cometer, es enormemente divertido y un “salao”. Se parece al actor italiano
Aldo Valletti, el “presidente” torturador y sibilino del grandioso “Salo” que
le costó la vida a Pier Paolo Pasolini. Provoca repulsión pero cierta
comprensión, es la cara inhumana de la usura que no queremos ver hasta que toca
en la puerta, le abres y te puede someter a tormentos y suplicios sin término
mientras se come una onza de chocolate. Te asquea, pero seduce, té quedas con
él. Hoy ha barrido para casa en esta última secuencia. Y es que, para estos
prestadores sanguijuelas, la casa, tu hogar, tu cuerpo y familia responderán
para saciar los apetitos perversos y con absoluta frialdad sólo interrumpida
por la gozada voraz de ver humillada a su víctima. Gran personaje. Tiene toda la
libertad y el poder para hacer lo que le venga en gana con cualquiera que le
deba unas pesetillas. Personaje de oscuros rincones, maravilloso en su
recreación, morboso y retorcido hasta inmolar a su víctima. Asqueroso hasta la
nausea incompasiva. Y muy sutil. Con “Mariana” lo ha sido, aparte de un mal
educado. Le ha insinuado posibles satisfacciones físicas, psíquicas,
psicológicas, sexuales, desde su
perturbada mente adinerada y ruin que te acosa en plan tenebre a tu propia
jeta.
Sórdido y cachondo, una interpretación memorable, impresionante de Jaime,
de lo mejor de PV, que nos retrotrae a aquel actor, Lorenzo Durán, en una
versión de “La ratonera”, en la Barcelona de 1975. El modo de entrar de “Don
Jaime” es idéntico al de Lorenzo en aquella versión; de aquel extranjero,
“Paravicini”, que llega inesperadamente al albergue de “Monkswell Manor”,
personaje muy extraño que gusta de
asustar a la gente, carcajeándose diabólicamente de todos.
Preciosa secuencia entre “Don Anselmo” y “Martín”. ¡Mira!.
Hoy me ha gustado Jordi en sus cuitas sobre la carga que se transporta cuando
no te protege un hábito y una secta. Es un soñador muy al estilo del teatro y
literatura que nos ha acompañado en los 50 y 60 en este País. Impagable diálogo
entre Mario Martín, persona por cierto muy amable conmigo siempre y que se lo
agradezco muchísimo, y el enamorado desesperado “Martín”/Jordi. Una reflexión
muy profunda y absolutamente de actualidad, entre la armonización de la
voluntad ética, la fe y la incoherencia
del sufrimiento cuando todo se agita en
la conciencia y acaba por hacernos no creer en aquel Dios u otro tótem tranquilizador y confortable que nos lavaba
y planchaba la ropa, cuando era todo coser y cantar porque estaba construido al
dictado.
No todo es feo en PV. Hay verdaderas preciosidades. Mi muy apreciada
Blanca y Carlota han estado hoy bonitas bonitas de verdad. Entre sueños,
desengaños, melaza y ojos a la virulé por los amores que nos hacen sufrir que
son los más infestamente atractivos.
Miradas de sublimación. Yo creo que ni Blanquita ni Carlota son conscientes a
veces de su gran papel. Esas miradas del capítulo de buenísimas chicas, de
auténtica exaltación, que salen de y a la luz, esa dimensión casi onírica y
grandiosísima es inencontrable. Se merecen los elogios por lo trabajadoras que son estas dos grandes chicas.
Soy de los que apoyé desde un principio a Ariadna. Al margen de habladurías que ni me van o importan. Y espero lo que cada día vaya añadiendo interés a esa su relación salivar para con ese misogeno que se cubre para no desvelar su alma, entrando ella en previos de enamoramiento. Un excelente personaje, "Conrado", que atraviesa estadios desde el silencio, rencores y los sueños hasta la luz y la fuerza. Es una pena que le falle la vocalización a Rubén. Hoy, con un idiotoizado "Martín", "Candela" presagia y "Aurora" se atraganta. Momento muy inteligente y bien llevado por Aída y Ariadna con una insuperable "abuela"/Adelfa Calvo. Trata muy certeramente los perfiles de grupo esta serie y salva los individuales sin menoscabo de su intimidad. Lo he dicho anteriormente y, esta secuencia, es ejemplo de ello. Por cierto, han criticado algunas personas la falta de naturalidad de esta actriz, su tirantez, en el beso. Es que la grandeza, para mí, estaba en la rudeza de él y en la humildad de una chica sin experiencia y sin grandes respuestas ante tal lenguetazo, por pirmera vez sacudido, y con una delicadeza en el enamorarse casi de ilusa y a prueba de cínicos.
Este señor, se lleva el "Goya" de interpretación. Reconocido por muchísma gente como "soberbio". Por cierto, le han llamado "vaquero" en el capítulo. Nosotros, fuimos los primeros que le descubrimos como un icono del Spaghetti Western y de filmes de género y lo inlcuimos entre los parecidos a Gian María Volonté con la Voz de Manuel Peiró, así como una evidente referencia física y cultural al espadachin y malote, Guy Delorme, de los filmes de André Hunebelle. Su situación de violencia está enmarcada ya en PV como una denuncia frontal y directa, exhilada de toda sutileza, a pesar de la apariencia de normalidad anormal que quiere teatralizar entre los vecinos y amigos de su esposa. Estoy impresionado con la mirada de este "lechero". Cada tarde coloco algo de ello como si explorara la enorme potencialidad de una mirada poliédrica.
Espero que a este sujeto entre "Mauricio" que está sobrado de todo y "Don Jaime" le dejen reducida su ya poca capacidad motriz a ínfima articulación. De las "patitas" para abajo y del pitilín hacia arriba. Menuda angustia atmosférica crea este puto cojinudo, dentro del cuento de horror que le está haciendo vivir a "María", con sus únicos trágicos protagonistas, la culpa de ella y la impotencia de él.
Dedicado a mis oyentes de radio.
Mañana "Los últimos juegos prohibidos", con "Jesusa" la excelente y bregada actriz Inma Gamarra.
Dedicado a estos grandes de la escena de Barcelona, en el Teatro ROMEA. Versión de "La Ratonera", marzo /abril 1975 y en especial a Lorenzo Durán y Consuelo de Nieva.
con:
CONSUELO DE NIEVA, RICARD REGUANT, ANDRES GARCIA LORCA, ENCARNA CHIMENO, LORENZO DURAN, FRANCISCO GRIJALVO, JOSEFINA GUELL, JOSE Mª SANTOS
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