lunes, 18 de noviembre de 2013

LA LENTE DEL CINEMÁSCOPE


Pues ya lo siento tener que comenzar hablando de “Mariana” para suscitar más folclórica crónica rosa. Pero parece que todos queremos a Carlota, como todos eran “Espartaco”, y fíjate que coincidimos, los del guión y yo, en los mismos platós y formatos cinematográficos, deseándole lo mejor a esta gran mujer que es Carlota Baró. La chica se lo merece, pero que luego no me digan que yo me refiero a Carlota con una vehemencia sospechosa de amor, cuando todos la queremos ver de “Vamp”en el cine mudo, en el cine hablado (que tiene una voz preciosa), vestida de Chaplin (en una de sus mejores actuaciones), de Sophía Loren y ya, tal como dijimos, de reina del cinemascope, pantalla gigante y en color. Lejos estaban aquellos de PV de imaginar la lente divergente que amplia la pantalla hasta el éxtasis de la emoción, pero todo puede ser.
Una gran lente que es uno de los más grandes inventos de la humanidad. Ese cacho foco que se anexionó a los proyectores de los años 50 que comprimía la imagen normal con una primera lente, para divergirla después de formato más ancho que alto y que el operador giraba de arriba a abajo, al ras de proyección. De hecho, este procedimiento ha variado con los años. Cuando nuestros padres iban al cine y veían en cinemascope en los 50, la imagen se mostraba más alargada que en la actualidad y menos ancha. Aquello, unido a los carbones que daban una luz blanca, hacía que los filmes en color y cinemascope fueran una gozada en su proyección. Era el CINE.
¡Cómo no vamos a querer ver a “Mariana”, extendida como aquella princesa del Nilo, “Nellifer”, Joan Collins, en uno de los más grandiosos filmes del  cinemascope inicial: “Tierra de faraones” del grandísimo Howard Hawks!. Eso, señores escritores, ni se pregunta. Si es preciso se hace un formato de televisión en Todd-AO, de gran precisión y en pantalla cóncava, como “Oklahoma”, para que una de las mejores actrices jóvenes que hay en el Estado, resulte ya jústamente deslumbrante.
No me choteo, sólo digo que los del libreto coinciden conmigo, porque cuando “Mariana” era la criada de sus hermanos, nadie le contemplaba entre formatos de cine, miradas seductoras en blanco y negro contrastado a tope, colores preciosos de haz de luz blanca y mucho ensueño en su gran interpretación de siempre. Ahora, está generalizándose la praxis y me alegro de corazón, de hacerla coincidir en las pelis que se rodaban o rodarían treinta años después de PV, en imágenes descomprimidas. Me alegra que esto sea así porque los que apreciamos y queremos a Carlota, sabemos que es una actriz como la copa de un pino. Para haber sido aclamada en los tiempos de las primitivas linternas del arco eléctrico, en la época de los carbuncos y de los formatos cuadrados y en las pantallas espectaculares, siempre para incendiar la sala y sin salida de emergencia. ¡Gran Carlota!. No lo digo yo sólo, los “lionistas” también y los actores quieren quererle. O sea: todos amamos a Carlota. No sólo yo. Y ya está bien de adscribirme al corazón "partío" del ángel.
Enric parece aquí Don Pepe Isbert. Con ese sospechoso andar con renqueo que parece que le han hecho algo muy muy feo por detrás en el corte de la gabardina, típica postura ambulante de Isbert. Para partirte de risa sana. Ha habido dos momentos hilarantes a más no poder. Con Enric, copia de Don Pepe Isbert en dos secuencias y con la “Anúbis” del plumero que era la “Francisca del Nilo Crecido” de esta tarde, ante una monumental Inma Gamarra con sombrero a lo cachonda “Loca de Chaillot”.
Lo de Enric, a la salida del “Colmado”, en la secuencia del burro que le ha coceado y en la “Casona”, Pepe Isbert en estado de desgracia, con gabán radio y joroba porque su hija se ha quedado embarazada y soltera. “Genial Enric!. A mí Enric no me aprecia mucho pero es un ídolo del sainete y comedias imparables de risa y de llorar, un completísimo actor de barrio castizo. Es un actor brillantemente entrañable y un caos como alcalde corrupto. Pertenece al “Ancien Régime” y, como don Pepe”, nos ha advertido muchas veces de la llegada de la modernización a PV. Enric, prodigiosamente natural esta tarde con la joroba de Isbert. Simbiosis de un actor, Enric, que se ha atrevido a parecer a Pepe y lo ha conseguido. Y si no lo ha hecho ex profeso, le ha salido jibosamente memorable. Recuerdo que una vez entrevisté a Berlanga y le pregunté ¿cómo era Pepe Isbert?. Su respuesta fue fulminante: “Un canaya y un profesional perfecto y muy serio”. "Llegaba, no hablaba con casi nadie, rodaba su papel integrándose en el mismo de modo coral perfecto y se marchaba". Era el Antonio de Curtis a la española( Totó). Risas que nos complacen el alma. Creatividad en los gags, comedietas de enredo y pornografía política.
Y lo de “Jesusa” y “Francisca”, en plena crueldad con "picos" incluida, geniales las dos actrices, lejos de irritar membranas oculares han levantado ampollas de risa entre la jeta de impotencia desesperada de “Paca”, frente a los entrecortados pasos de baile de una enfermera tocada de un inofensivo sombrero a lo “Chaillot”, excéntrica, refugiada en una cutre decadencia y trastornada formalmente y psicótica total, con una aguja de clavartela hasta lo más innombrable. Inma está resultando de lo mejorcito últimamente en PV. Le felicito. Frente a una "TetisPaca de la banderola del plumero", sacerdotisa inmovil caida en desgracia en el antiguo Egipto y con la que practican sangrías. Sólo le faltaba recuperar el habla cantando lo del "Ahí va...Ahí va!" y lo del "Babilonio de mi vida" de "La corte del Faraón". Inma es un ejemplo de cómo una actriz secundaria es reconocida y esperada en pantalla. Unas escenas hilarantes en su tragedia, deliberadamente gamberras, varios benditos desatinos y morbosidades estruendosas y muy cuidadamente seleccionadas para zaherir a la bestia “Montenegro” y ajustándole las cuentas de la "Textil". Arañando planos para mecerse en la extravagancia más sublime. Te cambio cofia por sombrero de Ascott.
 Imponentes estos dos Stallones. Los dos caballeros para salvar a su dama de la chiflada  "Jesusa". El amor y la lealtad. Estos dos actores de cierta madurez y muy buen ver que levantan pasiones y palabras mayores de admiradoras. Que me lo digan a mí que tengo una admiradora de Mario que me llama a la radio deseosa de entablar relaciones con su soñado "Mauricio", si pudierase claro y a la que no le doy el teléfono. Dos antihéroes, arrolladores y míticos en el serial.


 
Me ha recordado este momento de Carlos Serrano a aquel Massimo Serato. "Cien mil dólares para Ringo" . No sólo porque se parece  Carlos a Massimo, sino por la manera de coger el colt. Gran actor Carlos Serrano, que ya deja su butifarra mañana para bailarle a su esposa el claqué como Fred Astaire.


Sobre "Olmo" ya hablaremos. Porque ya empieza a demostrar su otra cara del gánster. Talento sazonado y depurado de Iago, capaz de hacernos dudar, aún, de sus olvidos voluntarios y entre sus fantasmas de las víctimas en pie de guerra.
Sobre Ariadna hablaré mañana. No comparto nada esa opinión de que se le ve nerviosa y más.


Dedicado al cinemáscope que fue, como el turismo y la tele, un grandioso invento.








1 comentario:

  1. Siento enfocarme sólo en una parte del extenso texto, pero, a mis ojos no llega ningún tipo de comicidad en el hecho de que se nos muestre como un personaje es torturado estando él infenso. Aunque cierto es que Inma y María rebosan brillantez en sus interpretaciones: una con esa sonrisa encantadora, que hace poco tornó en maquiavélica, y otra, y como siempre, en su íncreible papel de Francisca, ahora demostrando que también se puede expresar lo indecible sin palabras y casi también sin movimiento.
    Salvando eso, poco más bueno hay en sus escenas, llenas de una mofa y jocosidad que se hacen insoportables. La "bestia" como así se la califica en este texto, quisiera puntualizar que sí tiene sentimientos y que está en ese estado por la mágnitud de los mismos. Y se puede contar más o menos sus faltas (que son numerosas, sí), pero no por ello es más o menos justo que en la locura de alguien a quién no ha hecho nada directamente, algunos disfruten, y saquen algo cómico, de su sufrimiento, no teniendo cómo defenderse.
    Como ya he dicho, inmensas Inma Gamarra y María Bouzas en sus papeles, pero nada más bueno hay en las tortuosas escenas de ambas.

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