De lo más entretenido y amusant está
nuestro cada día más apreciado “Mauricio”. De vengador solitario ante las
tamañas fechorías y amenazas de este tipejo y tullido inmundo y del que, un día, pueden recoger a pedacitos su osamenta pasada por la turmix antes de que sus
restos sean incinerados por el matadero de bestias inmundas. No hay cojo bueno.
Y si eres malo y además de cojito la bestia está megacojísima, es aún mucho más
peligrosa.
Genial Mario Zorrilla esta
tarde, destaca entre todos, apalancado y sin levantar la voz, porque nadie podía suponer que, al final, la
violencia, con mayor barbarie comienza el período de sanación. Una moralidad dudosa pero eficaz.
Excelentes secuencias de
rigor y justicia a mencionar, cuando
“Mauricio” detrás de la mampara escucha y posteriormente se dirige al patitieso
defectuoso, infame, bajo, despreciable, ruin y violador enmascarado de “Fernando”. La historia contada a través del único forzudo y chantajista que
puede poner derecho por un rato al tranquicojete. Son de esas secuencias en las que el ojo humano del
testigo de cargo esta detrás de la cámara y de frente al unísono, como si todo
estuviera para ajusticiar de un momento a otro. Ya podemos ir murmurando una
laica oración y tres padrenuestros, dedicado todo a los desfavorecidos para
desfilar con tronío por la pasarela del
último grito en esqueletos y demás armazones de PV. Excelentes los dos: Mario
Zorrilla y Carlos Serrano. Lo que no se consigue con la bondad, se consuma con un par de palabros fatales.
Sobre el “rol” que estos días
está interpretando “Alfonso”es como esos entrañables antihéroes taciturnos,
desconfiados, fisgones, siempre azotados por la sospecha y el fatalismo con
fugaces esperanzas, de los filmes de Aki Kaurismäki. Me dicen que hablo poco
del actor. Nunca lo he desmerecido pero está condenado a repetir este registro
casi siempre. No es que nunca, me dicen, haya cuajado, no tiene margen para
lucirse, está constreñido y es un actor muy elegante. No hay más que verle que
porte rústico se gasta entre unos andares de finolis y bien pinturero a pesar de su condicuión de posadero, siempre usando muy
bien sus recursos. Su mundo es el de la supervivencia de un antihéroe entre la
mullida sensualidad de una esposa que ha envejecido cada día más bella y
sensata.
Escena mimada por excelencia hoy. Una cámara cariñosa, el primer encuentro de una amistad y noviazgo prometedor entre un actor con percha, Jordi, un aventurero sudado y pasional y una chica que empieza a tener mucho de aquel magnetismo de su madre, "Pepa Balmes". Lo que se ha perdido Megan por marcharse y por ser tan olvidada de sus fans.
Últimamente hay gente que me
critica cada día más y está muy bien, me alegra. Soy subjetivo, como cualquiera
de ustedes, pero uso de mi intelecto para juzgar lo más objetivamente y
racionalmente a todos los actores y actrices. Sobre Fernando Coronado decir que
no tengo nada contra él, ni muchísimo menos contra su interpretación que la
valoro dentro de unos parámetros que convierten su actuación en una angustiada
expresión de la verdadera naturaleza humana. Es el actor que mejor refleja lo
que se lleva más allá del espectáculo, hasta donde la psicología y el aroma del
campesino llevan. Es triste y forma parte de un discurso desengañado sobre a donde
nos lleva el tiempo y del valor de la familia.
“Mariana” hace lo mismo que
las actrices en los filmes del neorrealismo italiano. De un chal, de una cocina,
de una mansión, de una decisión firme sobre no actuar en un filme, de un
delantal, de un amor que le cosquillea los ojos, de una cacharrería, de todo hace algo
inesperado. Es otra de las virtudes, de los dimes y birretes, de los cabreos que se lleva entre sacudidas del busto y
andares a trompicones de estos días de amor prófugo. Es la más valiente entre
mil. La mejor guardiana de su sobrina. Es la más sufrida de todos los
personajes y demás zumbados del pueblo. Es el alma y la razón de una
desencantada vida entre marginales y penitencias. Soberbia hoy Carlota en su
enfrentamiento con el desnivelado de “Fernando el cojo". El retrato que da cada tarde
Carlota, la mejor actriz de la serie por mucho, es de ser una mujer de piernas largas
con corazón y arrojo que despierta empatía y complicidad y apoyo al personaje y
a la actriz. Tiene una elegancia enorme en la construcción de su “Mariana”,
casi de antología, esta tarde casi de epopeya, en el duelo con el fardel, exorcizando los pavores de una
chica de servir ante una sociedad, un impotente sexual y una época. Poderío visual y mucha
heterodoxia interpretativa por cuanto sale su carácter por encima de las
prisiones de su vida. Y al final, tanto lo hemos dicho de su lenguaje visual,
que nos la hacen cómica del celuloide muy inflamable. ¡Magnífica!. Carlota
Baró.
Por cierto el chico de las
flores me ha rezumado a aquel inolvidable, incluso se le parecía, el “mudo”
Jesús Fernández de la “Tristana” de Luis Buñuel, hijo de Saturna/ Lola Gaos,
personaje que ha renovado magistralmente apesar de su edad Carlota.
Como el viento que precede a
la lluvia, está llegando ese beso a los de Clark Gable con Vivien Leigh, el
beso más dulce y penetrante de la historia del cine, como el que se
intercambiarán “Conrado” y “Aurora”. Similar al apasionado y de último aliento
de Jennifer Jones y Gregoy Peck en “Duelo al sol”. Lo esperaremos. Hoy
interesante ese insinuarse y “pelar la pava”, con una muy madura actuación de
Ariadna ante su futuro amor. Además proyectando ideas sobre la vitalidad entre
cierta soledad, los compromisos con sus familiares y ciertos sentimientos de
desamparo por parte de la protagonista.
Una niña con voz de chiquilla y con zapatos nuevos. Graciosísima Inma Gamarra/”Jesusa”. De lo más naif y perversota malota. Una conducta de ratería
absolutamente elegante y amoral porque no hay daño supuesto ya que está
derretida en cera la señora “Francisca”. Contenta y excitada en un ritual sandunguero y bailarín para
llevarse los chapines de lujo de la catatónica, que no idiota, sin pedir
permiso. Una caricatura primorosa de un humor algo olvidado hoy. A lo ingles de Peter Sellers. Amables
rateros y tontos de por en medio. Un humor que no critica, que hace disfrutar
del momento, de la picaresca del cambio
de zapatos y de la crueldad blanda de la enfermera muy roja y peligrosa.Te sacan la sonrisa y es un
papel muy agradecido y desdramatizado para Inma. Un enredillo para jugar a ser
bueno aunque se te muestre sencillamente como
un salteador de calzado en piel. Inma Gamarra a quien he invitado para ser entrevistada en nuestro programa y ha aceptado. Nuestros miles de oyentes le conocerán en su ser e interpretar auténtico. Buscaremos día y hora. !Faltaría más!. Una chica divertida, muy simpática y radiofónica.
Cruel hasta para saber que es una dramatización. Destripa este momento doloroso las relaciones sádicas sobre una tensión que produce un asco y una repugnancia que no necesita tirar de la adrenalina. Una violencia insuperable, una provocación ilimitada, una apuesta correcta por el exceso que no se debe de ocultar jamás. Y siempre denunciar con tolerancia CERO. A "Aníbal" se le está poniendo cara de zombie asqueroso en un ya gore a granel, violencia a propulsión de cinturón, golpes sin freno que maceran un delicado rostro, parece un poseso atiborrado de dopantes subido al corre atroche y moche de soberanas palizas. Charlotte y Jorge están dentro de unas interpretaciónes espléndidas.
Dedicado a los trabajadores del canal 9.
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