Dos grandes homenajes al cine
esta tarde en el capítulo que lamento que, por ser viernes y marcharme de
fiesta, no pueda comentar en toda su amplitud.
Un género desaparecido hace
más de tres décadas, bien reconstruido y del cual hemos hablado en este
blogger: el Spaghetti Western. Y otro grandísimo homenaje al cine de terror, al
film más misterioso y enigmático de la historia del séptimo y gran arte:
“Nosferatu” de Murnau, pero con reminiscencias más cercanas por lo iconoclasta de la secuencia en "El Colmado", con nocturnidad y grandeza de humor.
Creo que he visto todos los
Spaghettis Western que se realizaron entre mediados de los 60 y principios de
los 70. Son una gozada mayúscula. Los suelo pillar en la televisión de pago y
no me canso de verlos. Cuando visité, con mi Asociación profesional, aquellos
esteparios pueblos prefabricados de Almería, los reconocía casi de inmediato.
Me solía decir Jorge Arandes, que como yo era un adicto a estos filmes, que
eran la maravilla de las maravillas, aquellos destartalados decorados de madera
herida, con sucia estética, que restaban del retrato de aquella época dorada de la producción
franco-italiana de aquellos inolvidables westerns de un estilo absolutamente
propio, crudo y muy digno. Cuando sonaba Morricone, veíamos a Fernando Sancho o a Giuliano Gemma y se escuchaba la Voz de Salvador Arias, Félix Acaso y de María de los Ángeles Herranz.
Esta tarde ha sido una
secuencia perfecta que bien la podían haber rodado Romero Marchent, Leone,
Eugenio Martín, Alfonso Balcázar o el mismísimo Julio Bosch. Se discernía hasta
el ruido más insignificante, el paisaje era rudo y descarnado, donde se
desarrolla una ceremonia sangrienta con su mística, estética y las éticas de
ambos personajes. Hombres que acaban ajados, sucios, polvorientos, y un malo
malísimo que sobresale. El sonido seco del viento que levanta polvareda y trae
malos presagios cuando llega Jordi/"Martín".
Precisamente me ha recordado
el final de hoy a un entretenido film de Julio: “Los buitres cavarán tu fosa”.
No en la trama, sí en el decorado de la mina y campo de prisión del inicio del
film. Por cierto uno de los pocos filmes en los que pudimos ver al actor de
doblaje Joaquín Díaz, haciendo de malo, el cínico sin escrúpulos Ted Salomón.
Hasta el sonido de la ventolera seca, el gaznate que ardía,
la luz, los planos generales, la posición de los dos actores era de un gran
western de media tarde. Sólo faltaba algo que era muy usual y tramposo en aquel cine: el zoom
de la cámara, del que se abusó en este género y en el de terror, hasta la saciedad sin saciar.
Los personajes, interpretados
por Jordi y Carlos, dan el tipo de actores que hicieron mito de este género,
más real y sincero que el americano. Los asesinos sin moral, de cuello blanco que estaban
detrás de todo habitualmente, turbios y engañosos, un cliché de perversión enfrentado al forastero
que buscaba venganza sobre él, hombre de buenos sentimientos y paradigma de aquel
justiciero noble en una tierra en estado de guerra y sin civilizar.
Un auténtico paseo hacia la
muerte, una trampa del “Mesía” y la dinamita estaba preparada. La maldad burda
y cavernaria de “Fernando” es aplastada con roca desangrada de la explosión.
Quien haya tenido a Jordi como aburrido y sosete, que vean el capítulo de esta
tarde. Ha crecido con el western. Protagonista los dos de aquellos años
polvorientos y despiadados de aventuras, rencillas y explosivos. Los ojos de
Carlos que se ven la próxima semana son un calco de un momento de “Hasta que
llegó su hora”, con un Henry Fonda mirando con desprecio, odio y terror. Un
ritmo lento, unos planos estirados al estilo de filmes de Tarkovsk. !Menuda
venganza tan fallida!.
Una dimensión individualista y
gloria para dos actores. Con un Carlos Serrano que nos recuerda a aquel Massimo Serato de aquellos filmes obre "Ringo". Los temas favoritos de Sergio Leone: Corrupción,
venganza, odio, rapiñería y avaricia conjuntamente con una moral absolutamente
hipócrita. Esta tarde ha sido un tiempo en el oeste. Crimen y romanticismo,
inocencia y maldad. Un “Martín” lacónico, un “Mesía” absolutamente abyecto. Y
me ha invadido la melancolía en esta tarde muy fría en San Sebastián. Me ha
impactado toda esta belleza árida de estos filmes, casi me suena la amargura
que dejaba la armónica en estos filmes o los sonidos silbados del canguelo que daba el estar esperando a la muerte de un
momento a otro. Es el precio por lo insuperable.
Por no hablar de esa extendida y amenazante mano huesuda sombreada el cristal de una puerta, característica del más genuino y terrorífico “Nosferatu” que el cine ha
filmado. El de Murnau. Aunque
“Hipólito”, intentando entrar en el “Colmado”, es más un vampiro de últimas
generaciones. Vampiro que se alimenta de frutas escarchadas. Genial Selu, lo ha
hecho maravillosamente, confiriendo esa imagen inquietante y siniestra, la de un
arácnido de la noche que se quiere colar en la tiendecita. ¡Vigilen las frutas
escarchadas!. De estos vampiros que nos
gustan: bonachones y románticos que sacrifican su propia naturaleza diabólica
para dar de comer a un burrito precioso. Escenario perturbador, algo tétrico y
cachondamente escalofriante. Momento heredero del gótico con payasadas de los
padres en una tierra infecta de otros
fantasmas (aparte del padre del "Remolacha") y de muerte. El pasado día alabamos sobre lo difícil que es hacer
reír con la tragedia, como hoy hacer una parodia de un brumoso suspense de
pesadilla, de algo sobrecogedor para unos usureros tenderos y que logra efectos
burlonamente tétricos con un pelin de sarcasmo ante un misterio y una tensión que es una pura comedia muy
bien realizada e interpretada.
Uno de los proyectores reliquia del Cine Moderno de Pasaia, cinematógrafo donde tantos Spaghetti Western se proyectaron.
Jorge Arandes ¡que preciosa voz!, junto a Federico Gallo..., aunque no recuerdo si los oía en Radio Barcelona de la cadena SER.
ResponderEliminarYo también estuve en el poblado donde si rodaron tantas y tantas películas del oeste, creo que el pueblo se llama Tabernas, en la provincia de Almeria, mis hijos eran pequeños y creo que alguna foto tengo de ellos haciendo de vaqueros...
Jorge Arandes el presidente de mi Asociación APEI-PRTV de Barcelonay uno de mis grandes maestros. Fue mi compañero de Radio San Sebastián, Paco Sáez , de tantos recuerdos, quien me dio la primera oportunidad en radio aquí en San Sebastián, y el que me acreditó en la Asociación. Era como un padre para mí. Le echo mucho en falta. Paco me decía que era muy bueno para la radio y siempre siempre me apoyó y animaba. Conozco a todos los grandes de Barcelona. Era un crío cuando entré, de hecho soy el delegado ahora aquí en San Sebastián después de fallecer Paco. Los viajes que hacemos, una vez al año, cuando nos reunimos, siempre han sido una gozada. Uno de los que recuerdo es este a "Almería". He tratado con los mejores hombre y mujeres de Catalunya. Jorge estuvo en Radio Miramar y en RNE.Una de las personas que más recuerdo y añoro es a Juan Viñas.
ResponderEliminar!Qué grandísimo profesional!. Y a Joaquin Soler Serrano. Y a mi amigo el actor de doblaje Rogelio Hernández, al que conocí en la Asociación.Se rodaban en Tabernas, si.!precioso!. Un beso