¡ADIÓS A UN SOLDADO!

Como todas las secuencias corales de ESDPV tiene el valor añadido de plasmar para la posteridad a un nutrido elenco de actores que resumen etapas de la serie. Por ello cualquier secuencia de esta naturaleza cobra una especial protuberancia. Son las voces, presencia y los sentimientos de unos enormes personajes en una despedida a un soldado. El adiós a Ramiro ha construido una estampa cotidiana y viva de un partir para aquellas desastrosas guerras españolas donde morían a paladas unos pobres infelices en aquella guerra del Rift para intentar colonizar Marruecos como excusa de traer una dictadura.

Secuencia histórica y emotiva de partida a una inútil guerra que ensangrentó a España por la pertinaz idea de apropiarse de un territorio pobre. Una guerra a la que fueron los pobres y los castigados, los jóvenes pudientes y las clases medias  se libraron. Se preguntaba el pasado día "Sol" que por qué había que ir a morir. Muy sencillo: ministros, jueces, incluido el Rey que ordenaron por intereses coloniales de casta, penetrar desesperadamente hasta puntos alejados de Melilla, sin contar con la defensa de la retaguardia bien cubierta. Todo era una maniobra que causó muchísimas víctimas para mediante informes críticos, alentar a Primo de Rivera a dar aquel golpe militar ante la imposibilidad de que los partidos democráticos pudieran resolver la situación de caos y pistolerismo del país.

La secuencia coral de la tarde del viernes no era algo edulcorado o nostálgico sino amargo, áspero y que no ahorraba crudeza aunque no lo circunscribía a un problema bélico pero sí a una relación de enternecedora familiaridad, de relación de amor entre los parientes y vecinos de PV y también cómo la guerra puede resolver negativamente la vida de las personas para siempre. Un gran tema de amor y costumbrista, con los rostros de todos los actores y mucha emoción contenida.
Por referencias toca el tema que en la guerra no hay héroes, allí se va a morir sin mayor gloria; los valientes se encuentran en ese pueblo sacando día a día a su família adelante. Aunque bien es cierto que el rol que le daban a Pablo Espinosa era escueto y muy por debajo de las cualidades de este actor que interpreta a "Ramiro". Un actor muy completo que no ha parado en estos últimos 8 años  y que de ESDPV se marchó  a la Disney hace cuatro años. ¡Mira! Este sí es un tipo de actor ilusionado, de cualidades innatas, que se prepara y al que hay que apoyar aunque su etapa en esta su vuelta a esta serie no ha sido afortunada. En esta segunda etapa tenía cierto aire de carlista o de escritor universal abstraído y genial.

Este papel no le iba y la caracterización no le ayudaba en nada aunque se notaba el esmero y esfuerzo en Pablo dando lo mejor de sí mismo, su mirada más melancólica, y ha salido discretamente airoso. Por supuesto que, en esta serie, actores muy buenos que te daban la réplica, la dirección y Pablo Guerrero, han dejado la impronta en actores que fuera de esta gran serie son anodinos. No así Pablo que es muy apreciado y siempre saldrá airoso. Pero tenemos el caso sorprendente de Blanca Parés, a la cual le crearon un prodigioso personaje chapliniano absolutamente sugerente, fuente de emociones y ternura hecha televisión pero, fuera de aquí, en otras series, está muy recortadita; sus apariciones resultan anodinas y además continua con graves problemas de articulación en la voz, una vocalización que no ha mejorado jamás, que ha empeorado, y ello trastorna la interpretación en su absoluto. ESDPV ha supuesto una inmensa escuela de actores y hasta me atrevería a decir que, incluso Megan, en otras interpretaciones, nunca ha estado a la altura de su "Pepa" aunque es muy buena actriz.

La despedida ha sido digna y estaba inmersa en una tristeza ambiental perfectamente coordinada como la de Carlota / "Mariana" que daba ganas de llorar (aunque la de "Mariana" fue algo más fría y forzada que la de "Ramiro"). Con este  clima persuasivo de la despedida a "Ramiro", de costumbrismo entrañable con todo el pueblo que dice adiós al soldado, se han destilado sentimientos y cerrado etapas de una serie que sigue adoleciendo de amores de gran componente emocional, con sorprendentes actores, de controversias amorosas más allá del pensamiento racional, que distorsione a sus protas y los haga fascinantes. Lo he dicho muchas veces: hay que recuperar la densidad del amor en ESDPV. Hoy, entre los capítulos del 2016,  se encuentra la palabra "amor" envasada al  vacío y a la serie le fata esa garra fundamental. El único amor que pervive es ese literario e inmortal de "Raimundo" y "Francisca".

Momento cálido, donde se nota a los actores relajados y que se creen lo que hacen, secuencia entrañable, íntima, muy noble y sencilla como corresponde a buenos vecinos.