miércoles, 11 de noviembre de 2015

IL MISTERIO DELLA NOTTE IN ANTON PARLATO CON QUINTINA / IL CARBONARO DEI SOGNI

Ogni giorno il capitolo Il Segreto

Italia merita tutto il rispetto di me e dedico questi articoli Il Segreto
In Memoria e ricordi di un tempo perduto che non tornerà 
Con grande tristezza hanno finito così male



En PV todos tiene un secreto pasado, presente y es de suponer que por siempre. Y los forasteros de igual modo. Venimos dándole en estos días sobre ¿quien es en realidad "Antón"?. Sabemos del gusto del director de PV por insinuar lo que va a suceder o se está precocinado; a través de  planos, miradas, gestos, encuentros entre personajes, haciendo que la cámara hable más de lo que debiera en sus indiscreciones absolutamente cinematográficas, como un caleidoscopio de espejos sobre una realidad que presenta unos colores diferentes y otras apariencias que van multiplicando claroscuros. Para ello John Huston era un maestro, sólo ver el final entre ambigüedades cromáticamente oscuras de su film: "El hombre de Mackintosh".
"Antón" es un ser tierno, errante, sin oficio conocido ni domicilio empadronado. Una especie de vagabundo  que ha venido a su pueblo  PV a terminar algo. Primer dato importante. Segundo dato: Una ciega, "Quintina", de niña, escuchó la voz de "Antón" entre duermevela, la noche de los regalos para los niños del mundo. No lo pudo ver pero ha reconocido aquella sonora cadencia amorosa que iba acompañada de una muñeca, real y de regalo, que le duró muchos años. Tercer dato: Desde el primer momento, la cámara filma varios encuentros entre "Quintina" y "Antón", muy esclarecedores, casi predominantes y muy de cortesía, siendo "Quintina" la chica a la que más se dirige "Antón" y de modo que manifiesta cierta introspección en su vida. Todo, parece que nos está indicando algo. Unido, además,  a la relación con los "Mirañar" desde el primer momento.


Hay un dato además de casting: se parecen, aunque él pueda representar a un moñoño osito de peluche y ella a un antílope ágil, elegante y de ojos largos. Tiene rasgos de caminantes errantes los dos, de bondad compartida y de muy buenos sentimientos. "Quintina" es el ser más espiritual de PV.
Si juntamos todo ello hay dos aspectos que chocan y por lo que no lo tengo claro aún. No maridan bien el haber llegado a PV, su PV, para finiquitar algo con  la voz del "Olentzero" que escuchó "Quintina" y que de seguro era la suya.


Parece como si se viene insinuando un tibio reencuentro entre dos personas unidas en el pasado y que se separaron. Porque de lo contrario no se entiende esa voz que reconoce "Quintina". "Antón" o como se llame estaba con ella allí en el cuarto cuando la niña tembló al sentirle en su cama y escucharle acariciar con su voz y dándola una enorme alegría con la muñequita. Representación y memoria parecen los dos polos sobre los que se establece la razón por la cual el presente une a los dos. Aunque ya digo que me despista el dato de un posible "Puente Viejo Connection".


Tienen rasgos físicos similares, parecen parientes, pero desde luego no era el "Olentzero". Es una trama sobre el tiempo. Lo reconocí desde el primer día. Es sobre el tiempo que ignora el paso del tiempo. Que concibe el pasado, el presente y el futuro como un solo flujo de imagenes de caminante en busca de algo que lo extravió. Algo que se rompió en el pasado con la facilidad con la que se quiebra una figura de cristal de Murano.
Esto ya lo habíamos visto antes, de algún modo, en "La dama y el vagabundo" cuando se contraponen lo salvaje con lo doméstico, la libertad con las normas, la vida callejera con la casera, el espíritu indómito con el familiar y muy cercano.
Esta trama es bellísima cual enigmática, llena de magia de niños cantores, embutida de afabilidad y dulzura y de retorno al futuro para cerrar una puerta abierta en los mecanismos de la memoria, de una herida del pasado que no para de supurar.

Hay más concomitancias entre estos dos personajes, muy bien interpretados por Jorge Calvo y por Blanca Parés. Son absolutamente chaplinianos. Los dos son como Charlie: emotivos, errantes, divertidos, generosos, peculiares y muy finos. Son personajes que albergan esperanza y humanidad, que vagabundean o lo hicieron de aquí para allá, que representa el discurrir de los seres en busca  de un mundo mejor con su mejora social. Aunque en las imagenes prima más lo psicológico y la adivinanza que el carácter social. Dos seres muy tiernos con todos sus sentimientos y su infancia que les acompaña allá donde vayan. Ella es cualquier heroína de un filme de Charlot que sufre la falta de una familia que la abandonó y él , como Charlie de igual modo, va dando lecciones de bohemia, supervivencia y gracia salvadora acompañada de alguna tristeza que oculta un conformismo panteísta que no es tampoco muy creíble y que algo tendrá de amargo: eso de dormir a la belle etoile, como que no.



"Quintina" me recuerda a la protagonista de un filme de Charlie que, sin ser de los mejores, me maravilla: "El circo". Sus padres la abandonaron y la recogieron unos feriantes y allí, de modo realista, probó la explotación de los artistas a manos de sus jefes o tíos. Burlas, agresividad, saco para recibir los golpes y explotación malabar de sus habilidades y destrezas circenses. Y es de igual modo es el mundo de los desheredados que tanto gustaba a Charlie. De hecho Blanca refleja en su mirada toda la fuerza emotiva de los huerfanos de aquellos increíbles filmes mudos. Estos días ha reconocido tal vez  a alguien del ayer y de retomar una de las más bellas historias del pasado.
A ní Blanca me recuerda mucho en la voz, el desparpajo, su avanzada ingenuidad y el rostro a Rosita Valero. Aquella actriz del cine español  y actriz de doblaje, con María Dolores Gispert fue una de las primeras voces de Marilyn Monroe y de Elizabeth Taylor en el Estado. Rosita fue aquella inolvidable voz de Butterfly McQueen, la negrita jovencita, "Prissy", de "Lo que el viento se llevó".

Rosita Valero.

Si os voy a ser sincero me huelen estos capítulos a fantasmas de ilusiones truncadas en una niña, a abandono, a dolor de desarraigo que busca en los recuerdos de una noche de Reyes un cordón umbilical con la pérdida de sus familiares más queridos y necesarios.
Las miradas de Blanca en estos días. su espontaneidad bulliciosa, la niña grande que no ha crecido y que retorna al punto en el que tuvo la mayor alegría de su vida al aparecer "Antón", da una sensación arrebatadora de autenticidad que no caducará jamás. Decían que PV se recordará como se hace con "Los gozos y las sombras", "La linea Onedin", "Cañas y Barro", "Es usted el asesino", "Tiempo y hora", "Confidencias" o "Teatro de siempre". Y Blanquita pasará por esa niña maravillosa de tanta expresividad en su mirada, por sus gestos vivos, sus "saladas" reacciones de mujer pronta y aguda  y por esa inteligencia estudiada que deslumbra cada tarde.
La pregunta queda en el aire. ¿Quien habló misteriosamente aquella noche a Quintina?. ¿Vivían juntos?.
No me hagáis  mucho caso sobre este pequeño artículo que sólo pretende entretener y nada más. Son días de presentes de ensoñación y fantasía. Aunque tal vez de verdad aquella noche entrara en el humilde cuarto de "Quintina" el auténtico "Olentzero", el mitológico carbonero de los sueños de los niños, que llega el miércoles de madrugada, cuando baja de las montañas hasta San Sebastián, con su pipa y los regalos.

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