domingo, 29 de noviembre de 2015

Il PIÙ GRANDE BACIO MAI BACIATO



Ogni giorno il capitolo Il Segreto


Italia merita tutto il rispetto di me e dedico questi articoli Il Segreto
In Memoria e ricordi di un tempo perduto che non tornerà 
Con grande tristezza hanno finito così male




Inmenso PV esta tarde. A destacar: Ruben, Ariadna, Blanca Parés y Selu Nieto... entre los mejores que han sido todos los  del equipo de hoy.
Sólo hay una palabra para definir el capítulo de hoy: !Impresionante!. La expectativas de los adelantos se ha quedado, como la secuencia de los dos enamorados, corta pero sublime. Eso es el amor; la pasión; el apoyo y el espaldarazo en los momentos más duros cuando nadie te quiere; el sentir al ser más perfecto de la creación junto a uno   para decirte que los labios sellan con saliva un pacto contra los dolores cotidianos, establecen una ruta común, que los abrazos nos hacen sentirnos mucho más fuertes, que somos los seres más felices de la tierra a pesar de la penuria y adversidad porque el amor estaba ahí, se ha adelantado un paso al frente tras un titubeo y ya no hay quien lo pare. No es un beso, es un apocalipsis de amor y de complicidades de sangre que se revuelve entremezclada entre ambos. Nunca habían dejado de amarse, se han conjurado juntos para los malos días venideros y son un ejercito que no hay quien lo pare ya.
Secuencia que tiene su precedente en aquella que me envía mi amiga Iris Álvarez, de la majestuosa entrada de la grandiosa Megan Montaner en la cárcel para visitar al "soldado", que me la ha hecho llegar mi muy apreciada Iris y que yo no vi en su momento. 





Aunque en aquella bellísima y pormenorizada secuencia, las mas recónditas  emociones se solazaban en todo el sentimiento que albergaba la "partera" por su amor preso. Por cierto una secuencia que barre en Italia. Desmenuzaba espiritualmente en pedacitos la conmoción del momento. Era más lánguida y lenta y el beso menos acuciante y grandiosamente dramático como el de esta tarde. Aunque, tanto aquella como esta secuencia, quedan para la inmortalidad. Las dos son una denuncia frontal a la imposibilidad de quererse en libertad, exiliadas de sutilezas, fuertes y potentes momentos (más melancólico aquel que he visto en el vídeo de Iris)y secuencias muy complejas ya que las apariencias son rotundas pero el sentir de un beso sólo es de los contrayentes.



Ella se acerca a a él, le cree y sólo quiere decirle que, jamás, le ha dejado de querer. Él la explora en una mirada sorprendida y poliédrica, vidriosa pero que va entrando en pasión porque nota calidez junto a él y ella le huele al tenerle al lado; se desencadena química al comenzar a compartir electrones que te dicen que se encuentras realmente enamorados, hacen que disfruten del momentos explosivo del estallido de lo que guardaban como dos memos entre riñas, cinismo, malos encuentros y mucha mala baba.



Labios que comienzan a romperse en el brutal choque. Es un beso desesperado de urgencia ante lo que ya es una evidencia y que no puede callarse entre la miseria de unas rejas y de un sucio camastro donde no se duerme sino que se piensa sólo en ella. Son dos lenguas que no pueden dejar de frotarse para aliviar la desazón que llevan encima, al encender la hoguera de lo que se enfriaba por fuera pero enfurecía  por dentro. Inhalan el mismo aire, degustan el mismo rancio picajoso de la costra que perfuma la habitación, los dientes se chocan y es entonces cunado ellos saben que han nacido para sus besos.



Se atraviesan el sentir. Los actores están soberbios y muy creíbles. Es un beso largo que sabe a poco porque en pequeña dosis se concentra todo el misterio del amor que no se puede encerrar entre esas cuatro paredes ni siquiera en el universo. Ha sido de una belleza tan ingenua como explosivamente descarnada. Besos que viene de un renacer, de una recuperación, de una aclaración, de la impaciencia de absolver al reo y demostrarle su confianza; besos curativos con gran dolor, es el beso largo de la vida, casi un último deseo de los dos en un condenado.




FOTO DE MI AMIGA ITALIANA GRAZIELLA BEATRICE
No es una secuencia melodramática de besos casi por necesidad imperiosa de haber nacido, son besos urbanos, desprovistos de desmayos y sin pasaporte para la vicaria, son besos anarcos y verificados por las tardes en soledad indignada y entre acritudes vividas en ese su encontrarse en el pequeño espacio de PV. Un beso ágil y severo que sabe a humedad como esos muros desvencijados. Y es un alegato feminista de esos que uno suscribe a pies puntillas. Sobre lo difícil que resulta la relación entre hombres maduros con pasado descastado y chicas jóvenes que están enamoradas de alguien tan diferente y misterioso, lejanamente cercanos. atractivo y huraño, complicado y mala leche, pero noble y seductor. Cuando valoras la libertad de besar en un calabozo de la Guardia Civil, donde el aire fresco lo pones tu cuando viene tu amor  a estar contigo para lo que haga falta y casi es como si salieras volando por encima del cuartel al sentirte tan maravillosamente acompañado. Es el reencuentro y el beso en ese viaje que te han dado al horror. Todo ello lo han reflejado los actores de modo que tardarán muchos años en olvidarse de este pletórico y desesperado momento.



Una madura Ariadna en esta secuencia estilo western como "Ana Caulder". Tiene garra fílmica, intensidad y sobre todo una carga de profundidad visual ya que precede al beso en la cárcel y nos habla de marcar y defender el territorio de su amor.
"Secuencia que recuerda a la de "Pepa" con las navajas, me comenta Iris". Yo no la vi. "La misma furia, el mismo ímpetu, es hija de su madre, en esta escena de la escopeta es "Pepa Balmes". Dice Iris Álvarez.. 



Una secuencia que podía haberla realizado Charlie Chaplin o Buster Keaton. Ha sido tan buena como la anterior y sobre todo por la chapliniana Blanca y por un llorica Selu que ha recuperado el cine de pamplinas mudo de Buster Keaton. Cercanos al gran público, la hermosura de las personas más humildes que nacieron huérfanas y que a casi nadie importaban, que sabían hacer algo tan hermoso como reír o llorar al público con sus desventuras; ese espíritu descalabrado y circense de "Quintina", esa poesía estética que dramatizaban unos ojos tristes y ciegos o unos registros melancólicos que evidencian el espíritu invisible de los hombres y mujeres. Ternura hecha televisión. Muestra una bellísima historia de amor que hace llorar a "Hipólito", el recoger en una familia a una pobrecita ambulante y amarle sin pedir nada a cambio, con un  sentimiento de amor noble y desinteresado. Cosquillea por fuera y araña por dentro. No hay palabras para describir estos pocos minutos interpretados por Selu y Blanca, con una madura y sorprendida "Emilia" que no comprende, desde su pragmatismo, la poesía encarcelada en estos dos enamorados. Son geniales, están tan alejados de la realidad de PV que dicen auténticas verdades sobre la melancolía de la vida y el encuentro mágico entre seres predestinados. Es la historia de la soledad y de unos sentimientos hechos agua cuando se pasan por la licuadora de la buena humanidad que desea vivir en un mundo donde, la desgracia, sucumbe ante las pequeñas cosas de gentes que son inmensamente felices porque encontraron, en su camino, un hermoso compañero y un motivo de vida negado hasta entonces. Sólo por esta secuencia, Blanca, merece rótulos de neón en la cabecera de presentación de PV.


Dos momentos buenos, una mujer que no ceja en velar por su familia, en este caso con breve pero de  gran intuición y escurrilidad escénicas por parte de Carlota. Momento a apreciar porque resulta de una síntesis de meticulosidad en la interpretación, metida la actriz de lleno en la visita, y por una tan bien reflejada angustia que lleva quien conoce los secretos y las pautas de cómo se las gasta "Francisca", un pulpo tan cercano y  peligroso.
Mario Martín. No le había visto yo pedir piedad con tanta necesidad y convicción, él que tiene que llevar un fardo de miserias vomitadas por tantas almas, acostumbrado al trajín que se traen los pecadores contando sus aburridos pecados menores. Toda una iconografía del pastor de descarriados y demás asesinos, con ese gesto tan piadoso que converge en un desesperado de  manos juntas implorando misericordia y compasión para un anciano que pasa de alcahuetas.


Sorprendida "Francisca", helada como si le atravesara un presagio punzante en el corazón y una secuencia en la fuente casi mágica, es que parece que todo es un sueño necesitado de "·Soledad" y que la magia de este "Simón" no es sino producto del subconsciente. Casi parece que todo esto que sucede en las tardes de PV es un sueño eterno del que nunca se despierta y que nos envuelve de hechizo a los espectadores. Es casi un mundo imaginario, difícil de desentrañar con personajes razonables. Un universo fantástico donde el "déjà vue" nos seduce por suponer ser testigos de una situación ya experimentada.


Momento que podía haberlo filmado Mankiewicz, de fuerzo monumental. Gracias a la realización y a Jorge y Javier. Inconmensurable  plano, escruta a los personajes, turbios y atormentados, de modo arrollador.

Encarnación del mal y víctima de sus propias perrerías. Grande María Bouzas.

Dedicado a un muro donde tienen un a gran amabilidad en compartir mis artículos, especialmente hoy va dedicado a estos dos actores y a su excelsa interpretación.


DOMANI

UN FUNERALE PER FRANCISCA


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