miércoles, 5 de junio de 2013

BESOS ROBADOS. MUJERES QUE AMAN


Capítulo interesantísimo de PV. Los personajes enfrentados al error de su vida, allí donde congelaron dentro de ellos la capacidad para amar a la verdadera persona. Donde se equivocaron. Porque los protagonistas, aunque siguen un guión preestablecido, también deben de hacer frente a la crueldad de sus olvidos. Así, ha acabado la enamorada de su hombre de verdad y único al que amó: "Francisca". En la impotencia para poder amar y en la venganza por maldad, refocilandose en la crueldad contra el ser que más quiere, "Raimundo", queriendo revertir con perversión y sadismo, lo que nunca se afrontó con lealtad. Una excelente María Bouzas/ Bette Davis, enfangada en un drama romántico sin solución, que no osaría dar la cara a una descarada desenvoltura de enamorada porque supondría un trauma de flaqueza. Luchadora y combativa, arruinada en las cosas del querer pero acaparadora de un grandioso patrimonio."Marciano", otro que tal baila a la suerte. Salvo que sea un ardid de una "Quintina" más pispada que la sed de un olvidado en el Sahara, y que se lo esté "montando" en plan celosote con el cartero, "ese" que parece le ha tocado dos veces el "gustirrinin", corre el riesgo de que le "ventilen" a su ángel dulce. Le veo de solterón en casa de su tía, en ese otro pueblo perdido de por allí. Su temor a ser rechazado porque , las chicas, cree que sólo se enamoran de  los pimpollos en la lid, los "chuloperas" algo jetas y los pinceles musculados y de facciones arcangélicas que dan el "pego". !Error!. No asumido. !Grandisímo!. Selu. Lo mejor de un histriónico Jerry Lewis, caricatura de exageración absurda, dientes prominentemente gesticulantes, moviendo el esqueleto de un modo  torpemente maníaco. Con un algo que nos ha recordado, también, a Harpo Marx, pero "sin matarlas callando". La vida enmudecida de un charlatán que encontró, en el silenco, una arma poderosa para no comprometersde pero que acababa apaleado. Cuando intentaba explicar a su novia eso que "era" el cartero, es "Hipólito" y cuando se sienta y le mira desconsolado, es "Marciano". Como Harpo cuando perseguía a una chica, era el personaje, y cuando tocaba el arpa, era él mismo. Loreto Mauleón y Victoria Camps han estado impecables. La sangre, algo deja pendiente y los fantasmas acechan. No son ectoplasmas de mundos esotéricos, sino gentes de alrededor que vienen a poner orden en los crímenes de PV. Te vuelven loco por  igual. Las dos deben de enfrentarse a su verdad. Loreto, me recordaba a "Melania", dulce, buena y comprensiva, inocente y de buen corazón y, Victoria, era "Escarlata", pérfida,veleidosa, caprichosa y manipuladora y falsa. Y la sorpresa. El beso que nunca se afrontó: Rita e Isidro. El amor apropiado por compromisos entre horribles suegros.Tienen que corregir su desequilibrio amoroso y lo han hecho magníficamente los dos actores: Charlotte Vega y Javier Abad. Fundiéndose en un beso que se lo debían. Riñas de amor desconsolado, porque sólo, la riña, podía ocultar el vacío terrorífico de estar en él mismo techo con tu amor, la amargura de no poder abrazar y besar al ser que más siempre quiso Isidro Buendía, al ser que más quería Rita, rozandose piel con piel todos los días y encontránndose cambiados de pareja. Sobre todo una reflexión sobre cómo el amor tiene mucho de aparente desdén y más de confrontación. Pero, siempre, de gran explosión.

José Ignacio Salazar

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