martes, 11 de junio de 2013

LOS AMORES TARDÍOS/ LA BODA DE LOS PEQUEÑOS LATIFUNDISTAS


!Es una pena que nos hagamos mayores!. !Que la vida nos haga tan rastreros y que nos convirtamos en unos traperos de cuentas corrientes y en unos "tragantuas" de depósitos bancarios!, !Qué !ajquete!!. Hoy, PV, nos ha propuesto las aventuras y desventuras de una leyenda universal, la de los amores caducos y que resultan un incordio y una decepción. Los amores tardíos, la mayoría,  suelen enterrarse por fracasados y mueren por viejos. No son los del amor purísimo de "Quintina", que sólo ve romanticismo y entrega, "contigo pan y cebolla", de los mejores años de nuestra vida. Cuando se hacen, con salud e inconsciencia, las locuras más inimagnables y, todas, acaban siendo justificadas porque no hay nada como ser jóven arrastrado por en el gran torbellino de la aventura y no estar sujeto a  dilemas éticos. "Quintina", es una niña que descubre todas las galaxias de la belleza de su hombre, un desastroso lúcido al que, la bondad y limpieza de su novia, han convertido en un ser sublime. Barraquer, no ha operado mal. !No!. Todo esto ocurre. !Cuando estás enamorado de verdad!. Los amores libertarios, como el de "Isidro" y "Rita",  que darían lo que fuera por reencontrar una vía libre para un desenlace emocional juntos, en contra de todos los prejuicios y apalabramientos del universo. Aunque sólo tengan inconvenientes a su alrededor, "pasando" de enfrentamientos y empapando todo su deseo de corazón que no atiende a razones ni a fatuos prejuicios. No es el gran amor de "Mariana" que se quedó en el camino. Es el ser que más ama de toda la serie, porque cree en el amor a pesar de todo, porque nuestra reina del "silente" y emperatriz de PV, Carlota Baró, ama como nadie, como en el cine mudo, con la mirada alejada en el tiempo, que no ha pervertido. Es limpia porque se quedó congelada de cuando era zarca e ilusionada, aunque haya consumido  relaciones carnales que ha tenido que padecer, por amor también. Ella es la que más amor puede dar de toda la serie, aunque pene desastradamente por un error ya pagado y con mucho sufrimiento.No hay nada como transgredir amores burgueses para apreciar los valores del amor verdadero. "Raimundo", que es ese romántico, muy barojiano, en el cual, los años terminales, no suponen el ocaso de la pasión,ya que sigue descubriendo con igual entusiasmo a esa amada con la que confronta y por la que lleva llorando medio siglo, pero que la ama profundamente. Que vuelve a experimentar su amor juvenil, con toda torpeza, para sentirse revivir de sus energías abandonadas. Es el amor de "Emilia" por "Aurora", su "niña" y la hija de su mejor amiga, a quien reconoce más allá del tiempo. Hoy, en ese cruce de miradas tan emotivas, entre Sandra y Ariadna, ha pasado una eternidad, en un instante. Y los peores amores tardíos, los de la jaula de León. !Pobrecito!. Un padre nuestro por él. Ya le están intentando desvalijar antes de amortajar, sin siquiera haber entrado a la alcoba sulfúrica de la "Montenegro", para darle las buenas noches. Aunque, seguramente, estará arruinado y tal vez ni enfermo. Son aquellos que arañan al final. Los dos. En lo que se convierte de tumba, el querer, salvo excepciones. La manifestiación patética de las  alimañas humanas que acabamos con el tiempo, si no cuidamos el amor y la espiritualidad se compra o vende.Cuando la quietud es inerte, la resignación postrera, la potencialidad no se recupera, la sabiduría no ha hecho madurar el amor, los extravíos sexuales son un fracaso, sólo queda el "ring..ring... y caja",la pasión es mortecina y se busca sólo el bálsamo de una prudente compañía, que no mucha tampoco. Cuando todo es esteril. Excelente primer plano de "Raimundo" esta tarde , rememorando a su antiguo amor no olvidado, a esa figura hundida en la sombras del inconsciente, su "Paquitabrochetas". Bien esta tarde!!!


José Ignacio Salazar

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