jueves, 27 de junio de 2013

EL "HEREJE" MARTÍN CASTRO




Aunque las autoridades eclesiásticas estén tratando de edulcorar su tenebrosa doctrina y no desean reconocer que, Satanás, como entidad maléfica no existe, sí que está apegado en el alma del  “Padre Celso”, un grandioso Eleazar Ortiz. No  tanto por su cobarde confesión pública, vomitivo hijo de Belcebú capaz de tal villanía,  descubriendo secretos muy queridos sobre  la personalidad real de “Gonzalo”; sino por algo que, hoy, en “Puente Viejo” ha sido sibilino, de una cirrótica crítica  a la Iglesia: De algo que es constatable y   cierto y que forma parte de la ingeniería del catolicismo para atrapar almas o mantenerlas a buen recaudo; pagando a la Iglesia, en monedas o en culto y en entrega personal. Y ha ocurrido en la “Casa Parroquial”, sentados los dos sacerdotes. Es la estratagema de cercarse al dolido, al moribundo, al desahuciado, al descarriado  y tocarle la fibra más sensible de su emotividad (la del amigo que tuvo en aquellas tierras, hoy vencido por la edad y su entrega) para atraparlo sin remedio en la red de tráfico de eclesiásticos que pretende este enviado de media jerarquía. Lo que sin embargo va a suceder es que, el diablo se burla de todos y de la clericalla, más. Y el mal, se ve venir,  se transformará en un desencadenamiento de situaciones que podían haber quedado prudentemente  yertas, inanes. La sangre, llama más a la sangre y une  a los hermanos. Me está gustando mucho Jordi. Parece que las convulsiones que le provoca tener que desafiar a su mentor, le dan un arrojo como cualidad interpretativa, que maneja mejor que sus dulces sonrisas y sus rictus de cara insufribles. Cuando ciñe la mandíbula encontramos al “hijo de Pepa” y a un actor más relajado. Secuencia importante la de "Don Celso", tapiando ante "Francisca" , el conocimiento de la jerarquía sobre la corrupción entre las filas de la Iglesia.
Seguimos con una buena racha de capítulos. Y, sobre todo, con momentos excelentemente muy bien narrados y mejor interpretados.
Momentos a destacar: “Montenegrísima”,  recela de la visitante deslenguada que osa entrar en su casa. En su  despedida, la actitud gestual de “María Bouzas”, su mirada hacia su largo cabello desenfundado y a los andares descoordinados e imperiosos de “Aurora”. Seguro que ha presentido a aquella partera a través del sonido que hace, la vagabunda misteriosa, al caminar hacia la puerta cabellera en ristre. Sus ojos furiosos, con su don de una lengua que ama la verdad, su talle retrechero de matrona dadivosa, su elegancia de alma, la belleza arcangélica de su rostro,  la musa que pregona sobre la injusticia, que habla de la  libertad y que trae el enfrentamiento,  como su madre lo hacía, a esa misma estancia de traiciones y conjuraciones. ¡Bueno!. Donde ya se muestran  los espectros en pena que están purgando, con su muerte, la cruel creencia de que, la  viuda negrísima, se casaba con ellos por amor. Inmensas: Ariadna y María en esa secuencia.
Hoy, Loreto/”María”, me ha encantado en la escena con “Gonzalo” sobre los celos. Es un encanto Loreto, donostiarra claro, pero de las buenas. Su personaje es más limpio que todas las patenas de las catedrales juntas. Por ello se enamoró, de ella,  el “curichi”, como de ninguna jamás. Es bondadosa, afable, cordial, sufrida y muy distinguida. Y tiene un punto de coquetería enternecedor cuando no teme expresar sus sentimientos de celos. Hace tiempo que le pedí perdón a Loreto por no haber sabido valorar, incluso en la serie de “Gonkale”, que no me gusta nada, lo que de actriz  atisbaba, toda la indudable sensibilidad que lleva en su alma de figura interpretativa. Lo siento, estaba  ciego. No se si viviré años suficientes para pagarle, en vida, la deuda que tengo con ella. Preciosa secuencia en la que, la actriz sabe decirnos,  con enorme sutileza, que las personas, por sí solas, pueden ser bondadosas y que, los celos y los recelos, no son sólo de mentalidad sino también  de voluntad. ¡Perdón Loreto!.
Me ha gustado ver a “Mariana”, le da envoltura y solvencia el pelo más suelto. En los viejos tiempos, cuando interpretaba tantos registros con tanta prudencia y pasión, era fuerte, trágica, transpiraba enamoramiento. !Asombrosa Carlota!. En Italia, será un éxito, ni lo dudo. Es, como llaman  allí, una “Nannarella”. Es, en mucho más bello, como Anna Magnani. Vivió momentos muy intensos, estremecedores, de fuego en el cuerpo y siempre con una nobleza y con gran altura moral. Pocas veces se puede ver en televisión a la, en otro tiempo, volcánica contenida que era “Mariana”. Mezcla de temperamento y de  soberbias pulsiones de entrega admirable. Hoy, me gusta aún más, en una renovación de aquella “Saturna” (Lola Gaos),  de la “Tristana” de Luis Buñuel; criada con la que se identificaba  la protagonista “Tristana”( Catherine Deneuve), porque tenían el mismo “rol” en la casa de amo liberal venido a menos: “Don Lope”. Pero Carlota es mucho más. Es el cine en sus orígenes. Es la mejor actriz de PV y es una actriz. Hermosísimas mujeres del blanco y negro del cine silencioso y que, sólo con su mirada abismal, te clavaban la profundidad de su magnetismo en el alma, se transformaban en vampiresas del silente y lo expresaban todo.
Mención a Blanca Parés. Reconozco que  le tengo un gran cariño personal y profesional, porque se ha portado muy bien conmigo y porque ha sido una de las ciegas más convincentes de toda la historia de la televisión. Después de María Luisa Merlo, en “Ursus",  así como de Carlos Casaravilla, en "El lazarillo de Tormes" de Ardavín, poco mejor he visto en el cine  o televisión del Estado, sobre los sin vista. Los invidentes son los mejores y más agradecidos fans de los locutores de la  radio. Yo tengo muchos que me escuchan todos los días. Que me reconocen por la voz en cualquier esquina y que me tocan y te sienten, igual que Blanca en sus días pasados por la ceguera. Y porque, “Quintina”, como  cualquier ciega en el cine o en la vida, parece que se encuentra extraviada y, sin embargo, nos descubre a los demás.
Dedicado a mi amiga Iris de Barcelona, Irisia Cuatro, que lo ha pasado mal. !Ahí!. Estamos con los amigos para apoyarle en sus decisiones y comprenderle. !Mi niña!. Como le llamo cariñosamente. Soy amigo de mis amigos. Una fiel enamorada de la gran Megan Montaner y que ha hecho sobre ella, dos nuevas páginas de internet  y un twitter.

José Ignacio Salazar

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