jueves, 16 de mayo de 2013

EL SALARIO DEL MIEDO


EL SALARIO DEL MIEDO

"Artículo de Primeran.com"


La casta política española es ya un problema de emergencia nacional. Protagonista de una tragicomedia del peor enredo, repleta de perversas intenciones, que hace vomitar pesimismo en el ciudadano y que ha llegado a este extremo porque nació como mal parto de los franquistas. Allí, ante la clausura del Régimen por asfixia, se repartieron unos listos el poder y el dinero, para seguir la Banca con otro ropaje y disfrutando de los nuevos tiempos. Y empeoraron con las décadas.
Pero, jamás, en los años de franquismo ni en la democracia se había atentado tanto contra los pensionistas y jubilados, negándoles una subida ante su ya depauperada pensión que no da para alargar sus menguadas rentas, más allá de la segunda semana del mes, y con sacrificio.
Jamás, desde la posguerra se había visto a tanta gente acudir en masa a los “comedores” sociales ( un 22% de más en el 2012, en Gipúzkoa), variopintamente heterogénea y en donde puedes encontrarte ya a tu vecino que vive de prestado donde “pilla” y come allí donde le dan y con un apetito canino.
Jamás hubo tanto paro y se podía suponer que se llegaría a controlar el gasto de luz o a soportar frío en el hogar por apuros económicos y, ello, el que aún conserva su casa con suerte.
Castigar a los más indefensos de la sociedad, al colectivo de personas de edad, enfermos, incapacitados, jubilados o pensionistas es algo tan ruin y miserable que, sólo, un ser despiadado y sin escrúpulos podía ejecutar fríamente. Mariano Rajoy.
A los que, además, tan y como está la descendencia en paro, ayudan desde sus humildes pensiones hasta  incluso a los nietos.
En Guipúzcoa el poder adquisitivo se merma en una media de 45 euros mensuales, para un pensionado de 470.000 almas abandonadas, lo que para un burguesote parlamentario es baladí. Y eso que les han dejado sin sus “cacharritos” electrónicos de a 1.000 euros por pantallita y espejito mágico.
Y para cumplir con el déficit que el estado de Partidos ha generado, y sin que el sacrificio enorme de los desposeídos sirva para algo, apelando inmoralmente  a la “responsabilidad por parte de Fátima Baños, congela el brasero  a los más débiles, pidiendo esfuerzo y responsabilidad a los hambrientos y menesterosos, como si en ello fuera la prioridad de salvación de este garito de país.
Zapatero ya incumplió la Ley. No metió 14.000 millones de euros en el Fondo como era obligado. Se lo “fundió”. Y Rajoy no ha cumplido la Ley al no incrementar lo obligado por el incremento del coste de la vida. Y este Fondo, hoy,  no tiene más de plazo que el de ocho meses para pagar las pensiones.
Rastreramente se ha esperado a que concluyan las elecciones de Catalunya para desprometer lo que, de nuevo, ha incumplido Rajoy: La promesa de incrementar las pobres pensiones que son ya un salario del miedo a perderlas.
Los mismos políticos que han dejado el Estado quebrado, con déficit descomunal, ahora critican lo que carece de remedio; porque nadie puede aportar el dinero que han robado para comprar votos y llevarse el dinero fuera. Y él cumplimiento de déficit crece en los intereses de deuda, a  costa de lo que han gastado todos y pidieron,  mientras que Rajoy, hoy, sigue pasteleando con  la corrupción autonómica en beneficio de seguir reproduciendo el esquema de poder.
Para la execrable Banca, dinero a “mogollón”. Para las cuentas catalanas y de autonomías, si hay dinero. Para llevárselo fuera, de igual modo. Para las serviles televisiones catalanas, más de trescientos mil euros. Para embajadas, nicho de “enchufados”, mucha cara. Para Sindicatos, la “mamandurria” sigue servida. Para Partidos, el maná es muy rico y reproductivo. Para virreyes autonómicos, oro, incienso y mirra. Para televisiones  y embajadas si que lo hay igualmente a espuertas. Cientos de millones de euros despilfarrados en subvenciones estrambóticas y en solucionar la vida  a unos rapiñosos vagos monoparentales o de partido que carecen de principios y le sobra sinvergüencería.
Y ahora lo paga el pensionista y autónomos que no cobran lo que las autonomías, miles de millones, esconden debajo de la alfombra. Y la clase política, apoltronada, todos los partidos, comulgan con la corrupción y la cachean pero huele que apesta.
La única razón por la que se paraliza la subida de las pensiones es porque no se atrevió desde  el principio  de acometer reformas de estructura de Estado, imprescindibles, interviniendo autonomías, ahora no hay tiempo y los pensionistas serán usados como carnaza para contentar a corto plazo, que no más, las fieras de los acreedores. Pero su sacrificio será en vano.
Manirrotos politcuchos regionales, preocupados por sus intrigas secesionistas, que  a pocos importan, salvo a sus apaniguados,  son los responsables de que el control del gasto recaiga sobre estos pensionistas. Este cobarde gobierno, y para nada, les quitará un poco de pan y leche  a estos grandísimos súbditos porque ni se ha planteado la reforma del insostenible modelo nepótico de Estado autonómico, con sus lame suelos, con sus duplicidades, sus cortes faraónicas y sus dispendios sin límite. Con sus televisiones basura, abundantes empresas de ellos,  pero a cuenta nuestra, sus colocados, sus créditos para pagar los demás, sus fundaciones y sus chiringuitos de oro para repartírselo entre todos mientras los demás tienen muchísimas carencias.
Austeridad y recortes para lo mejor de una sociedad, sus clases trabajadoras. Opulencia y mangoneo para lo execrable de una inmoral cuadrilla política que se hace las leyes para sí y que deja a la mayoría sin dinero, después de robarles toda la cartera. Queda indefensa de solemnidad, para poder defenderse y acudir a los tribunales, ya que no puede costearse el lujo de la justicia, por ser pobre.
Y ya empezando a pasar mucha necesidad, el pueblo trabajador, otrora con algo de recursos, ve  la miseria y el acoso a sus escasas rentas, al tiempo que perdonados  los sinvergüenzas que se llevaron el dinero sudado de un pueblo; amnistiados, agasajados y condonados de pagar a la Hacienda. Y contempla estupefacto a los mayores moralistas y “arreglapatrias” arengar sobre cómo sacar a este País de la crisis con el lomo de todos, mientras según datos de la Agencia Tributaria, el 74% del fraude fiscal que acaba en Suiza o en otros paraísos, se debe a 569 españoles que ya se denuncian con nombres y apellidos. Políticos, banqueros y prohombres de la peor calaña que podamos imaginar ye que depositan, ilegalmente lo robado en esos alejados lugares en los que vive tanto desgraciado ya. ¿Hasta cuando?.


José Ignacio Salazar Carlos de Vergara



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