Esta mañana he recibido algunas llamadas telefónicas en la emisora, así como correos internos, reprochándome la ironía que desmostraba en la comparación de PV con el filme de "El precio de la libertad", sobre Onaindía y de cómo ganamos a un actor para la posteridad, Ramón en el rol de "Raimundo", dentro del mayor interés y prestigio que da el serial de PV sobre el film que narra la trayectoria de la persona de Mario Onaindía.
Sé de lo que hablo. Ningún film, es un "Totem" incuestionable y menos éste que conozco por cierto. Mi intención no ha sido molestar sino alabar una decisión que ahí está, con sus resultados.
"Raimundo Ulloa" es cultura en la televisión. La gente no sólo busca evasión sino verdad. "Raimundo" nos retrotrae a lo mejor de la literatura de principos del siglo pasado. Y a la gente nadie le da gato por conejo. Y valora un excelente PV.
Todos sabemos de la escasa audiencia que tiene estos productos subvencionados de encomiásticas peliculitas de la EITB, como la de Onaindía, a qué público se destinan y, como ha sucedido en el correr del tiempo, lo nada que aportan, ni en la cinematográfía ni en la cultura.Y menos cuando la narración presenta un mundo irreal de epopeyas heróicas.
Me refería a que, al márgen de la ficción, PV es real en su tipología y tiene "gancho" comercial, entra por los ojos, entretiene y culturaliza. Lo otro es empalagoso, benevolentemente romántico, encomiástico y demasiado heroico para mi visión sobre la realidad.
Si a alguno le molesta, es mi opinión y aquí siempre digo la verdad. No soy ningún adulador de alguno. Porque, entonces, mis escritos no tendrían valor alguno.
José Ignacio Salazar
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