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UN CADAVER A LOS POSTRES
Todos los boliburgueses
son unos boliburgueses
Una eucarística
procesión fúnebre de clases pobres, soñando en inflamados colores con Chávez en
el interior de un ataúd vacío. Lloraban como desconsolada viuda sobre un féretro
en el que no iba el cuerpo embalsamado del presidente venezolano. Es para
morirse de risa. Y el suponer muy circunspecta a la representación de la
izquierda vasca, en medio de semejante bosque animado, es para morirse de pena.
¡Ha sido un timo!. El cadáver quedó para los
postres.
En Venezuela, lo
importante no ha sido el pueblo, ni la
política o nada que se le parezca, sino el tiempo que ha transcurrido de engaño
en engaño, mientras se confundía lo privado con lo publico que se rapiñaba y
dispendiaba en nombre de la revolución
bolivariana.
Con el funeral de Hugo
ocurre lo mismo que con el papa, que informar es decir que el papa actual es
humilde y austero y que habla con cariño del anterior, aun vivo, como es
informar que el sepelio de Chávez reunía a cientos de miles de venezolanos que
siguieron desconsoladamente la caja del muerto durante siete horas, por entre
las calles compungidas de Caracas.
Mientras que
desinformar, manipular, opinar fuera de contexto, ser un mal periodista y además
lo “facha”, es contar los trasiegos que se trae el
anterior secretario, hoy prefecto de la Casa del Papa, Georg Gänswein, desde la
habitación de Benedicto hasta la alcoba de Francisco. Desinformar es también, el
desvelar que la caja del difunto Hugo estaba vacía. Narrarlo es manipular.
Toda la novela del
sepelio de Chávez y todos los que han participado en ella a conciencia del
“cambiazo” del féretro en los sótanos de la Academia Militar son unos listos que
no solo se han burlado de pobre gente sino que, a costa de incautos que se
peleaban por tocar la caja, han lucido baño con hidromasaje popular con
inquietantes intereses políticos.
Muchos conocían la
muerte en Cuba de Chávez el 29 de diciembre y que tan sólo iba en el cortejo un
maniquí facsímil con careta. Eran los
inmorales secuaces de diversas chancillerías
e invitados fascistas que corroboraron una más de esta larga lista de
mentiras del chavismo siempre y en los últimos meses, más. Entre las que cabe destacar, esas fotos
familiares de un orondo Chávez inmortal, un generalísimo redivivo cuando ya era
un cadáver hinchado y sin pelo.
Mientras, nosotros,
colocando banderas en paralizadas instituciones. Una politiquilla que atufa por
usar de unos mástiles democráticos para rendir pleitesía al advenimiento de un
héroe dirigente que representaba el triunfo de su Razón. Peor aún, entre el ostentoso desinterés de
muchos, como no dándole importancia, ondeaba una bandera que ni nos va o viene
pero que ha simbolizado el legitimar
que, el líder, interpretaba la ley en función de sus objetivos políticos para,
siendo todo válido, construir su gran patria venezolana. Muy
peligroso.
De verdad que habilidad
tienen algunos para defender el mal y rendir culto a la mentira orquestada.
Interpretando o apoyando las leyes según sus intereses, lo que les lleva a
pregonar como bueno un Régimen en Venezuela que ha tenido moral ancha para
transformar, en justo, cualquier tropelía
porque todo lo que repartía al grupo de los boliburgueses o a Cuba era
por un fin superior
justificado.
Murió el 29 de
diciembre. Estaba ya desahuciado desde mediados de septiembre. Se le informó en
La Habana que no llegaría a Navidad. Inmediatamente, robando a su pueblo que
padecía y sufre todo tipo de carencias a todos los niveles, mandó transportar 13
toneladas de oro de las reservas del banco central de Venezuela, transportadas
en un avión ruso que partió de “La Carlota”, a las 6am del día 20 de octubre
hasta “Rancho Boyero” en Cuba.
No hubo participación
popular para semejante expolio de reservas. Me resulta incomprensible que un
ciudadano proletario pueda rendir exequias a tal despiadado gobernante. Que
sabiéndose morir irreversiblemente lo único que tuviera en mente era, además del
oro, sacar raudamente las reservas del “Internacionales” que sumaban 20.000
millones de dólares, rumbo al Banco central de
Cuba.
Hoy, en la Venezuela
expoliada que mamelucamente rendía tributo a una caja vacía, apenas se disponen
de 1.200 millones y de ahí provienen las restricciones de divisas para importar
necesidades básicas de alimentos y con grave situación alimentaria Mientras lo
“Bolivariano” ha desvalijado a esa ciudadanía
y se ha quedado con sus reservas, el país carece de medicinas, equipos
médicos, reactivos para laboratorio, y con una amenaza peligrosísima de
explosión en el mismo.
El embalsamar el cadáver
costó 880 mil dólares, se hizo el 3 de
enero, y el día 5 a las 4am fue trasladado en vuelo de las FAB desde Cuba hasta
la Carlota, en el interior y al este de la capital, cerca de Fuerte Tiuna. De
ahí al Hospitalillo Vicente Salías de ese complejo castrense, a 200 metros de la
Academia Militar.
Desde ahí, todo supuso
una burda manipulación hasta que se produjo el cambiazo del féretro en esta
Academia Militar. El trueque se dio el día del sepelio tras el desorden
populista de aquella procesión de
chirigota por la ciudad ante infelices. Entonces las medidas ya pasaron a ser estrictas, la
seguridad total, todo ya era solemne y al “populacho” lo apartaron.
Mintió hasta el final,
habiendo gastado a cuenta de los pobres venezolanos hasta el dispendio absoluto,
hasta más allá de la vida tras 14 años en el poder. Hoy, desde el emporio de la
pobrísima “Barinas”, en la que nació el “patriota”, deja un “Potosí” heredado
por su familia con joyas, fincas, inversiones en chalets de la Patagonia y
sabrosas cuentas bancarias en el exterior. Ha dejado arruinado a su
pueblo.
Mientras su menesteroso
pueblo pasaba necesidades, a él no le faltaban trajes de marca chic, costosos,
como los relojes de super marca que llevaba, mientras viajaba alrededor del
mundo en jet privado a todo confort y lujo. En tanto proclamaba que “ser rico es
malo”, regó a sus amigos políticos y actores de Hollywood, desde Kirchner hasta
Roussef y demás boligurgueses, de todo y más,
asegurándoles una “dolce vita” mientras durara él o se perpetuara Nicolás
Maduro.
El cadáver para el
final. El engaño siempre. La capilla ardiente continúa y tan sólo participaron
de la verdad, en el ínterin, los mismos privilegiados que se han aprovechado de
las reservas venezolanas siempre: su familia y los presidentes de Argentina,
Bolivia, Uruguay, Ecuador y Nicaragua. Todo cocido a fuego
lento.
José Ignacio
Salazar
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