lunes, 22 de julio de 2013

LA SOLEDAD DE UNA MISERABLE CACIQUE

La primera secuencia ha sido una de las más duras del serial en toda su historia. Con una María Bouzas a tres ojos. Uno, puesto en el desprecio que “Aurora” siente por ella, era “Pepa” llamándole: “miserable, tirana, amargada, despreciable”. Los ricos y los tiranos terminan cuando asoman los valientes y con gran verdad les arrojan, con su intrepidez, al pozo de inmundicia del que no deberían poder ascender, pudriéndose en oscuro fondo hasta terminar devorados por las ratas. El otro ojo, en la dirección del fracaso de haber perdido aún mássu hijo, que la desprecia dolorosamente. Desolada en el final de la secuencia, sola, yerta y miserabilizada por la propia sangre coagulada de su sangre. Y todos los demás ojos, en el vacío de la acción ruin que acaba de cometer: El arrojar  a dos pobres mujeres  al hambre y al ostracismo aunque, ellas mismas, ayudadas por “Tristán” y “Martín”, a pesar de la congoja de la perversa acción, se han comportado con absoluta entereza. Las señoras eran ellas. Se han mostrado como dos  criaturas guapas (estaban hoy Aida y Ariadna, bellísimas), esperanzadas,  porque la preciosura no la hace el dinero, pero sí que la maldad afea conciencias y encorva siluetas ya laminadas por el rencor y envueltas en la perversidad. Y lleva en pernada la soledad de la cruz. Todo no lo resuelven los caudales, ha quedado meridianamente claro esta tarde.




 
Han faltado hoy esos grandes momentos continuados de las últimas intensas semanas. Aunque este arranque ha supuesto algo que merece ser siempre destacado en PV: Que esta belleza siniestra de algunos pasajes, de su estética y puesta en escena, es demoníaca pero muy acorde con la realidad que se vivió en aquella España latifundista y de mantenidos. Y lo hace sin caer en la trampa del panfleto sino transcribe sobre la cruda realidad sin sobrepasarse. A veces ahorra en economía sentimental y esta forjando, en los capítulos actuales, algo muy de aquellos impactantes e inolvidables filmes de Charles Bronson: La confianza entre los que se quieren, la fidelidad  y la venganza. Excelentes las tres buenas actrices. Hiperexpresiva y torturada “Francisca Villa”. Inquebrantable “Aurora Ulloa”. Y una “Candela” excelente que se acerca cada día más al existencialismo. Una mujer retroalimentada por su propia experiencia. Buscando siempre su libertad a través de la verdad y la angustia.
Quiero destacar a un actor muy importante y discreto que, hoy, ha estado sublime: Fernando Coronado. De él dije que era un actor de cine. Hay intérpretes que son especialistas en hacer cine. Son, el cine ellos mismos. Se encuentran por encima de muchos otros, mejores que ellos, porque se desenvuelven dentro de los parámetros del lenguaje de la imagen en movimiento. Como lo era Robert Mitchum, entre muchísimos, peor actor que Charles Laugthon, pero más de cine. Fernando es silencioso, discreto, flemático, recto, casi parece que no está porque no lo necesita. Cuando habla baja de precio el pan. Es muy elegante (acuérdense de aquella secuencia en la que le “abría paso” a una recién llegada “Carmen”a "la Casa de Comidas") y distinguido en su humildad y a pesar de ser un “posadero” sin estudios, un ser  íntegro y a mucha honra, de los pies a  la cabeza. Representa el lado sagaz que siempre luce en los escépticos que de tanto bregar en la praxis, se las conocen todas. Rudo y cariñoso, algo tímido, es un personaje muy a destacar en la serie. Es, como Carlota, actriz que cuando le veo, me trae en el siglo XXI las imágenes de lo que fue aquello inmensísimo del nacimiento del cine. Y ese alto grado de observación, que se da de igual modo en la catalana Carlota Baró, lo tiene Fernando Coronado. La reacción ante el estímulo de la cámara en su justa medida. Sin estridencias y sólo con el soporte del alma del actor, que no es poco. Y los dos, “Mariana” y “Alfonso”, respiran como los actores más genuinos del cine y reverberan algo muy atractivo en las historias del celuloide: Una enigmática melancolía, más o menos gestualizada.
La secuencia con el “capataz”, Mario Zorrilla, ha estado impecable. Sin dobleces, la trama estaba servida y perfectamente compaginada en las complicidades apalabradas (que no son las únicas, que viene “Ernesta” de modo similar con cebo incluido), entre estos dos actores que mostraban magistralmente, Fernando y Mario, un teatro de vulnerabilidad y de determinación respectivamente. Un pulso admirable dentro de una conspiración para no entregar a la burguesía, un niño, para con el cual sólo anida la  intención de aniquilarlo por parte del  abuelo que lo repudia. “Mauricio”, en su creación,  me recuerda a esos actores matones y piqueteros del cine, como James Gandolfini o Danny Green, mafiosos al mandato que mandan de igual modo en escalas intermedias, que luchan por recomponer una vida sobre una base de testosterona y puños secos, desde la ternura que les está prohibido demostrar. Es humilde y talentoso, Mario Zorrilla, y sigue sin rótulos de presentación  más notorios. Como Blanca Parés. 
 Y en el final: “The Plot”. “Ernesta”, Ana Isabel Rodriguez,  que es tan buena actriz de tele como de doblaje. Escuchar su voz a media tarde revive  a los difuntos y los subleva con nostalgia terrenal. Hoy, acompasada con esos quiebros en la voz, y con esas sus expresiones exageradamente teatrales, que sonaban a “falso”. Acude con una historia increíblemente montada, a la más sagaz de las pervertidas almas de PV y que  las sabe todas, pero que no se espera de la “telefonista” algo así. Porque cree que, el miedo y el sentirse sometida a su poderío, y no el complot, le hacen acercarse a ella por servilismo y jamás sospecharía que está  tejiendo una tela de araña. Ese es el talón de Aquiles de "Paquita".

PD: Muchísmas! gracias por vuestra atención y comentarios que me hacéis. De todo corazón. Es impresionante la cantidad de gente que lee estas mis crónicas de PV. No me lo esperaba. Seguid haciéndolo y divirtámonos tod@s. 
Dedicado a mi grupo, amigos y compañeros de San Sebastián que hemos luchado por salvar al donostiarra teatro "Bellas Artes". !Hemos ganado!.  El Gobierno Vasco ha paralizado el derribo.












2 comentarios:

  1. Maravillosa forma de contar este capitulo en donde como dices Mario Zorrilla me ha gustado. Es verdad que Fenando es muy bueno es todo un hombre. Me tienes enganchada Jose Ignacio, a ver si te conozco tengo mucha curiosidad por saber como eres. Eres muy diferente a todos bueno lo parece. Un beso

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  2. Gracias! Por tu forma de describir al personaje de Mario Zorrilla, duro desde la ternura que le está prohibida, mi Mauricio Godoy. Y gracias también por tan bellas palabras a uno de los grandes de PV D. Fernando Coronado; elegante, sutil y precioso...

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