Esta es la primera parte de un artículo más largo sobre el tema de la "Incineradora" y sobre el asqueroso "PaP". Se escribió en mayo del 2011 para la Revista "Oarso" de Errenteria. Una prestigiosa publicación en toda Euskadi, que se presenta y se vende en "Magdalenas", con motivo de estas fiestas renterianas.
Venía colaborando hace años con mucho éxito y me encontraba encantado. Este artículo, sin explicaciones de ningún tipo, ni devolverme el material, me lo censuraron totalmente. Algo inaudito y que correspondía al Régimen que llegaba a Errenteria y al que no le gustaban las críticas al negocio del "PaP". El equipo directivo, con gran bajeza, sacrificó mi artículo y a un comentarista para caer en gracia a los de Bildu. Luego, se publicó, íntegramente, en "El Mundo" y en "Primeran.com". Dejé de colaborar en ese medio que censuró lo que ustedes van a leer ahora , en su primera parte. Fue muy elaborado, con muchos datos y trabajo que me costó. Y con muchas informaciones de colaboradores de los que, nunca, he desvelado su procedencia. Tiene una actualidad absoluta. Por eso lo prohibieron unos miserables.
El PaP es un medio dudoso de
efectividad, no exime de los restos últimos, sobre los que hay que decidir
entre vertedero o incineradora, suponiendo un inasumible incremento de gasto,
en este momento de crisis a las clases medias y populares, y fue un medio que
sólo sirvió para crear sociedades como Garbitania S.L.
Odón, que pactó
con la partitocrácia de EB y Aralar para conseguir una mayoría, no supo
enfrentarse a estos partidos en el tema de San Marcos. Grupos reaccionarios que
cedieron sus votos a ANV; por lo que hemos purgado años de retraso, sobre esta
necesidad imperiosa del siglo actual en el ámbito europeo, imprescindible para
deshacerse de los últimos restos, que procuran en las sociedades avanzadas: las
incineradoras.
Un pacto que nos involucró, de
lleno, a los habitantes del territorio mancomunado, con un contrato a Imanol
Azpiroz, sin que sepamos qué pruebas o requisitos tuvo que realizar para llegar
a este destino, como vicepresidente cobrando casi 3.000 euros, algo inusual
hasta entonces, en un vicepresidente.
Se vendió desde la Mancomunidad que, con menos dinero y tiempo, se
daría solución al problema de los residuos del territorio. Y no es cierto. Los
datos contrastados que tenemos de Hernani, uno de los tres municipios a los que
se obligó con el PaP, arrojan un saldo demoledor. En este pueblo de Hernani, la
“gracia” del PaP costó 3 veces más que lo que se abonaba por el sistema de contenedores.
Concretamente 1.404.000 euros al año, por el sistema del PaP, frente a los 474.657 que hubiera costado por el
antiguo sistema.
Aunque, no todo es cuestión de
dinero. Se destacaba, además, la inmundicia de los olores nauseabundos; la
antiestética de unos “colgajos” indecentes en las aceras y portales o la
persecución a las bolsas incorrectamente colocadas por ciudadanos sospechados
de actuar incívicamente. Todo lo que los ciudadanos, para no volverse
locos, han intentado suponer una broma
pesada y carísima de unos partidos que habían perdido sus papeles, en aras de
una rentabilidad diferente y en defensa feroz de una Sociedad Pública,
Garbitania S.L., para la original puesta en marcha de los residuos.
El eje era, ésta, Garbitania S.L.. Con el PaP, crearon
esta Sociedad, en muchos momentos durmiente. Desde un principio la opacidad
inundó este alumbramiento. Siendo una sociedad pública pagada por los vecinos,
y por lo tanto exigida de transparencia, se careció de información sobre
candidatos presentados para cada puesto; de puntuación de cada uno en las
pruebas; de nombre y apellidos de los tribunales de cada uno de los puestos a
cubrir.
Se contrató a un gerente,
además de un técnico asesor, dos técnicos de medio ambiente, así como
informadores para la oficina de atención del PaP y varios coordinadores de
departamentos, sin descartar nueva ampliación de personal; publicitándose todo
en un anuncio, pagado por todos los contribuyentes, y realizado solo en dos
periódicos de la órbita abertzale. Ni siquiera, en la página web del
ayuntamiento de Hernani, se informaba sobre ello y estando formada la mesa de
contratación por ANV y EB. Se actuaba de modo nada participativo ni traslúcido
Garbitanía S.L., era poner
dinero y más dinero, para duplicar servicios y encarecer la recogida.
Comenzaron con 600.000 euros, como capital inicial aportado por los
ayuntamientos de Usurbil, Hernani y Oiartzun. Pidiendo un préstamo a largo para
hacer frente al presupuesto.
Aquello, como en todas las
dictaduras, acabó sin tener en cuenta el sentir vecinal, obligando a acatar el
sistema sin réplica posible, pagando “a escote”, por los demás de la
mancomunidad, los gastos repetidos del experimento del PaP e imponiendo
sanciones a los dos meses de haber comenzado esta tiranía de los adefesios
insalubres en la vía y vida públicas.
Sin aportar mayores pruebas,
se perseguía a humildes vecinos, castigados ya por la crisis, por residuos
mezclados; por no respetar días o puntos de depósito; enviando a agentes
municipales para la denuncia.
En cierta ocasión, narraban,
cómo al encontrar cerca de “Proyecto
Hombre”, una bolsa reventada al lado de un árbol, registrándola, encontraron
restos de documentos bancarios a nombre de una señora que fue citada y denunciada.
Hay otro caso espeluznante,
cuando en el punto de recogida de Akarregi, zona para personas con problemas a
para adaptarse al horario o calendario, se encontró varias bolsas de plástico
con papel. Registradas las mismas, en la inspección se halló documentación a
nombre de quien también fue, sin más, sin aportar otra prueba, denunciado.
Algunos se fueron
acostumbrando a este sistema, en un drama de supervivencia ante la rigidez.
Muchos temían criticarlo. La mayoría tenía miedo. Y otros hicieron agitación
política, ajustándose la gorra para que no se moviera nadie.
Sin embargo, las cuentas no
salían. La transparencia era opacidad absoluta. En los prolegómenos, en el
estudio previo del PaP, iba a resultar perfecto y revolucionario. Y hasta hubo
cándidos que se lo creyeron.
Hernani iba a recibir, en
compensación por el reciclado, casi 257.000 euros al año. En concreto, según
ANV y EB, se ingresarían 172.000 euros por envases ligeros o de plástico y
otros 85.000 euros por el cartón y el papel.
A los ocho meses de haberse iniciado el PaP, según el
interventor municipal, Hernani no ingresó ni céntimos por estos conceptos. Y
aquí encontramos cómo un ayuntamiento como el de Hernani, que dedicó tanta
vehemencia a perseguir bolsas de basuras y a identificarlas con pobres vecinos,
no puso la misma diligencia para cobrar
los 130.000 euros que se aseguraron como ingresos que se iban a tener por el
PaP.
Sucedían hechos no narrados
por la prensa que en gran medida era la cómplice de este barullo. Hernani, con
19.500 habitantes, contrató a 8 operarios para la recogida de basura, más 2
educadores a domicilio para corregir desviaciones entre la población. Mientras
tanto, en Usurbil, con 5.700 habitantes, se contrataron a 6 operarios. Lo cual
no encuadra. Hernani, o no contrató al personal suficiente o Usurbil contrato
a excesivo número de trabajadores.
Efectivamente, en Hernani faltaba personal y lo solventaban con un excedente de
horas extraordinarias, donde se realizaban hasta jornadas de 11 horas diarias.
La situación se iba
complicando y las cifras se desbordaban y el encarecimiento era muy
preocupante. La recogida de basuras, por el sistema de contenedores, en el
2009, supuso un gasto de 474.657,
mientras que entre mayo y diciembre del 2010 fue de 761.532 euros. A ello,
habría que añadir los 315.500 euros de sueldos de los 8 trabajadores, sumando
1.075.032 euros en tan sólo estos 7 meses del 2010.
La situación era ya insostenible...........
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